Los camellos de dos jorobas procedentes de Asia Central se desenvolvían perfectamente en las estepas cercanas a la ciudad y, en condiciones de ausencia de carreteras y escasez de vehículos, eran sencillamente indispensables.
Estos "barcos del desierto" transportaban carga, municiones y piezas de artillería. Dos camellos fuertes, resistentes y sin pretensiones podían sustituir fácilmente a tres caballos.
Las tropas soviéticas utilizaron activamente camellos en otras partes del frente. Según la leyenda, uno de ellos llamado "Saltamontes" llegó incluso a Berlín, donde escupió en el muro del Reichstag capturado.
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