Varios guardiamarinas rusos, que se habían formado en Inglaterra durante aquellos años, participaron en el resonante triunfo. Como voluntarios en la armada británica, entablaron combate con franceses y españoles.
Por ejemplo, Mardarius Miliukov luchó en el buque insignia, el acorazado de 100 cañones Royal Sovereign. El buque sufrió graves daños y perdió más de 130 tripulantes entre muertos y heridos, pero Miliukov resultó ileso.
Otro futuro oficial de la marina rusa, Alexánder Kulomzín, sirvió en la fragata Euryalus, que remolcó al maltrecho Royal Sovereign. Él y los demás voluntarios rusos también sobrevivieron sanos y salvos a la batalla.
Sin embargo, no todos consiguieron regresar a Inglaterra en aquel momento. El futuro almirante y viajero Alexánder Ávinov fue capturado por los españoles y obligado a pasar varios meses en prisión en las islas Canarias.
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