¿Por qué los ‘Dragones Reales Escoceses’ consideran al zar ruso Nicolás II su ángel de la guarda?

Historia
BORIS EGOROV
Están convencidos de que gracias a su intercesión celestial han podido salir prácticamente indemnes de los conflictos armados de las últimas décadas.

El emperador ruso Nicolás II no es una figura insignificante para los Dragones Reales Escoceses. Un icono que representa al monarca canonizado en el año 2000 cuelga en el cuartel general del regimiento en Edimburgo y lo acompaña durante las operaciones militares, mientras que la banda de esta unidad militar toca el himno del Imperio ruso, “¡Dios salve al zar!”, en los actos ceremoniales.

Entonces, ¿cuál es la conexión entre el zar ruso y los soldados británicos de élite?

Un regalo real

El Regimiento Real de Guardias Dragones Escoceses se considera, de hecho, la élite de las Fuerzas Armadas del país. Se formó en 1971 combinando el 3er Regimiento de Carabineros (Prince of Wales Dragoon Guards) y el 2º Regimiento de Dragones (los llamados “Royal Scots Greys”).

Ambas formaciones militares tienen una larga historia (desde el siglo XVII) y se les atribuyen muchas victorias gloriosas, pero son los “Greys” (Grises) los que tienen un vínculo especial con Rusia.

En 1894, la reina Victoria, en honor del compromiso del zarévich Nicolás Alexándrovich (futuro emperador Nicolás II) con su nieta favorita, la princesa Alicia de Hesse (futura emperatriz Alexandra Fiodórovna), le nombró coronel honorario del 2º Regimiento de Dragones.

No había entonces nada raro en este gesto. Así, al mismo tiempo, el príncipe de Gales (futuro rey Eduardo VII) se convirtió en jefe del 9º Regimiento de Húsares de Kiev.

Fuertes lazos

El 19 de noviembre de 1894, en San Petersburgo, en presencia de los príncipes de Gales, Nicolás, que ya se había convertido en zar, aceptó el patronazgo honorífico sobre el regimiento y, dos años más tarde, el teniente coronel Alfred Welby representó oficialmente a los Dragones en su coronación.

En 1896, el emperador Nicolás II realizó su primera visita al extranjero tras su coronación a Gran Bretaña. Para una reunión con la reina Victoria en el castillo de Balmoral en Escocia, llegó con el uniforme rojo de los Royal Scots Greys y fueron estos soldados los que le acompañaron en su viaje por el país.

En 1902, Nicolás II encargó su retrato con el uniforme de coronel del Regimiento de Dragones al famoso artista ruso Valentín Serov y se lo regaló a sus cargos. Hoy se encuentra en el Royal Scots Greys Museum del Castillo de Edimburgo.

Para siempre en la memoria

El asesinato del zar Nicolás II en 1918 conmocionó a los dragones escoceses. En señal de duelo por su martirio, todavía llevan una solapa negra bajo la boina.

En 1998, representantes del regimiento asistieron al nuevo entierro de los restos de la familia real en la Fortaleza de Pedro y Pablo de San Petersburgo y, tres años después, representantes del Club Caledonio de Moscú (una organización pública que promueve el patrimonio histórico y cultural de Escocia y Rusia) regalaron a los Dragones el mismo icono que representa a Nicolás II, del que ya no se separan.

Los “Grises” están convencidos de que fue gracias a la intercesión de su ángel de la guarda celestial que pudieron evitar el sufrir casi ninguna baja en los conflictos armados que siguieron.

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