A principios del siglo XVIII en Rusia, apareció el calendario "místico", que contenía la predicción astrológica para los distintos signos del zodiaco, predecía el destino del Estado y determinaba el planeta regente del año.
Al parecer, esta edición se hizo siguiendo el ejemplo de los calendarios europeos, que se publicaban en Europa en los siglos XVII-XVIII en grandes cantidades y eran muy populares.
No sólo indicaban la fecha: contenían previsiones meteorológicas, astronómicas y astrológicas, consejos médicos, fiestas religiosas importantes y fechas de ferias. Rusia sólo contaba con una publicación de este tipo, el Calendario de Brúsov, pero engendró un sinfín de rumores, prejuicios y leyendas.
Los calendarios europeos y el nigromante ruso
El nombre del calendario procede del hombre que se tomó la libertad de imprimirlo.
Yacob Brúsov fue uno de los principales aliados de Pedro el Grande; el zar lo apreciaba sobre todo por su erudición. Era versado en matemáticas, astronomía, construcción militar y estudió el sistema educativo y las leyes inglesas durante la época de la Gran Embajada, el viaje diplomático de Pedro I al extranjero.
La erudición de Yacob dio lugar a muchas leyendas. Se decía que hacía rebotar balas, creaba relojes perpetuos, convertía flores en personas vivas, predecía el tiempo de forma inequívoca y podía convertir a un anciano en joven. La conciencia mitológica y la falta de educación de la mayoría de la población impidieron que la gente entendiera exactamente lo que hacía. En El negro de Pedro el Grande, el escritor ruso Alexánder Pushkin escribió que el científico era conocido entre el pueblo como "el Fausto ruso". Pero la implicación de Yakov en la ciencia no fue la única razón de la mitificación de su imagen: el calendario Brúsov, que lleva el nombre del científico, desempeñó un papel aparte.
Los calendarios de este tipo se conocen en Europa desde el siglo XII, en forma de libro de bolsillo o pergamino enrollado varias veces. Además del propio calendario, puede contener: consejos dietéticos y de salud, una previsión meteorológica, consejos agrícolas, una previsión astrológica, los Diez Mandamientos y los Siete Pecados Capitales. Los calendarios eran más parecidos a un gran manual de uso general, aunque algunos eran tan pequeños que podían engancharse al cinturón, un tipo de calendario muy utilizado por los médicos. Los calendarios se hicieron tan populares que en el siglo XVII sólo eran superados por la Biblia en circulación en Inglaterra, y a mediados de siglo se imprimían unos 400.000 al año. El calendario de Brúsov no apareció hasta principios del siglo XVIII y se convirtió en el único análogo ruso de los calendarios de referencia.
Predicción meteorológica y pronósticos astrológicos
En 1706 se abrió la imprenta civil de Moscú, subordinada a la orden de Artillería, comandada por Yacob Brúsov. No dirigía la imprenta, sino que censuraba las obras, determinaba su difusión y editaba las ediciones. Entre las ediciones publicadas por la imprenta había varios calendarios: uno contenía información sobre la hora de salida y puesta del sol en Moscú; otro trataba sobre las fiestas ortodoxas; el tercero y el cuarto contenían información astrológica. Yacob no tenía nada que ver con la fabricación de calendarios y figuraba en las primeras páginas precisamente como editor, pero el calendario basado en los cuatro primeros calendarios se denominó "de Brúsov" en aras del éxito comercial. El científico era muy popular y su nombre en el título impulsó las ventas.
El calendario se reimprimió varias veces y era una copia de la edición original con pequeños añadidos. En la mente popular, Brúsov se convirtió finalmente en un practicante de la brujería con la reedición del calendario, que abarca el periodo de 1800 a 2000. Contenía predicciones para cada año: qué fortuna favorecería a una persona, qué ocurriría a nivel nacional, el carácter de una persona en función del signo del zodiaco. Por ejemplo, Tauro era descrito como: "...glorioso de sí mismo, majestuoso, audaz, astuto, apto para la ciencia; las mujeres iracundas, discutidoras, enamoradizas y lujuriosas, al primer marido sobreviven. Si la vida de un Tauro no se trunca en el vigésimo año, puede prolongarse hasta los 77 años".
Las predicciones se hacían para varios años a la vez, siendo un ciclo de 28 años: por ejemplo, si se hacía una predicción para el año 1802, servía para 1830, 1858, etc. He aquí, por ejemplo, la predicción dada por el calendario de Brúsov para todos los años que se ajustan a este cálculo: "Un gran cambio en cierto Estado famoso; un nuevo modo de gobierno en cierta república; una batalla gloriosa; un gran soberano reinará".
También había un "planeta regente" para cada año, del que supuestamente dependían el clima, las cosechas, las epidemias y las catástrofes naturales. Por ejemplo, los años regidos por Saturno se consideraban de mala suerte: "Los observadores de las estrellas creen que cuando reina este planeta, el año es bastante perjudicial para la gente: se producen hambrunas, peste, frío y muchas enfermedades infecciosas. Las personas nacidas en ese año tienden a ser sombrías, tacañas, poco sociables, vengativas pero laboriosas". El dominio de Júpiter, por el contrario, se consideraba afortunado: "El planeta Júpiter es ardiente y valiente por naturaleza, y es honrado como planeta de la felicidad, las ciencias, la abundancia y la riqueza. Las personas nacidas en estos años son felices, fieles, misericordiosas y virtuosas, justas, amables y piadosas...".
La mayoría de los agricultores eran campesinos y se interesaban especialmente por las predicciones de las cosechas y el tiempo, pero el calendario campesino llegó más tarde, cuando el editor Ivan Sitin empezó a utilizar la información del calendario de Brúsov para sus calendarios y anuarios en 1896. Este calendario ya no era tan místico y, a falta de comunicación instantánea y acceso a la información a través del teléfono e Internet, podía ser muy útil en la vida cotidiana. Los campesinos lo utilizaban para saber cuándo realizar las labores agrícolas. El calendario también tenía una sección con breve información sobre la historia mundial y nacional, leyes básicas del Imperio ruso, información sobre fiestas ortodoxas; los viajeros podían averiguar la distancia entre estaciones de ferrocarril. Se podía encontrar incluso una lista de todas las entidades de crédito a corto plazo y formas de prestar primeros auxilios - en total había 15 secciones y 504 páginas en el calendario.
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