Los cuentos sobre los bogatires, hombres fuertes del pasado lejano, se encuentran entre los cuentos favoritos de todos los niños y niñas rusos a la hora de dormir. Iliá Múromets, que estuvo tumbado en una estufa durante 33 años y luego se curó milagrosamente para ayudar al príncipe Vladímir a salvar las tierras rusas. Alesha Popovich, que lucha contra el dragón Tugarin, o el antiguo bogatir Sviatogor, atrapado por la Tierra, debido a su poder. Estos héroes parecen haberse “originado” en las tierras rusas antes de que se adoptara el cristianismo.
¿De dónde procede la palabra ‘bogatir’?
La propia palabra bogatir no es de origen ruso. Fue tomada de las lenguas turcas, donde “*baɣatur” significa “héroe; guerrero; comandante de guerra”. En las tierras rusas, estos guerreros destacados se llamaban jrabr (храбр, “valiente”), vitiaz (витязь, “guerrero”) o mólodets (молодец, “joven”). ¿Por qué necesitaban entonces los rusos una palabra turca?
Entre los mongoles-tártaros, los guerreros más destacados se llamaban “bogatires” y los rusos adoptaron este nombre para sus héroes, para subrayar que no eran más débiles que los bogatires mongoles. En los cuentos rusos, los héroes también se llamaban bogatires.
¿Qué fuentes hablan de los bogátiros?
Las bilinas rusas eran canciones épicas dedicadas a famosos acontecimientos históricos (o pseudohistóricos) del pasado ruso. Las bilinas eran cantadas por generaciones de bardos y transmitidas oralmente. La primera vez que se recopilaron y publicaron como libro fue en 1804 y se estudiaron y recopilaron a lo largo del siglo XIX. Los historiadores conocen varios centenares de bilinas, que se dividen en la crónica de Kiev, la de Nóvgorod y las bilinas de toda Rusia, en función del lugar donde se desarrolla la acción.
Los bogatires que protagonizan las bilinas no son representaciones exactas de ciertos héroes reales del pasado. Son más bien imágenes colectivas de héroes arquetípicos que incorporan historias sobre diferentes guerreros, creadas a partir de mitos antiguos.
Los bogatires ‘mayores’
Los bilinas mencionan docenas de bogatires rusos diferentes. Hay tres bogatires mayores: Sviatogor, Volga Sviatóslavich y Mikula Selianínovich.
Sviatogor es el bogatir más antiguo y fuerte. Los historiadores y filólogos coinciden en que Sviatogor es probablemente un héroe precristiano de la tradición rusa. Sviatogor es un enorme gigante que vive en las montañas sagradas. Cuando camina, la Madre Tierra tiembla, los bosques tiemblan y los ríos se desbordan. Diversas bilinas cuentan que Sviatogor está atrapado en la tierra (tras intentar levantar todo el peso de la Tierra, recogido en una bolsa) o inmovilizado en un ataúd de piedra. En cualquier caso, Sviatogor es la personificación de un antiguo poder omnímodo. Es demasiado fuerte y pesado para que la Tierra pueda cargarlo.
Volga Sviatoslavich es otro bogatir precristiano. Su madre era una princesa y su padre una serpiente mágica, de ahí la capacidad de Volga de transformarse en varias criaturas y entender el lenguaje de los animales. Hay muchos relatos sobre la conquista de Volga de las tierras extranjeras, indias o turcas.
Mikula Selianínovich es el último bogatir campesino. Su patronímico, Selianínovich, significa “hijo de aldeano” y es invencible, porque “la madre Tierra ama a sus parientes”. Es Mikula quien le da a Sviatogor una bolsa con todo el peso de la Tierra, que Sviatogor no puede levantar. El nombre de Mikula es una variación del nombre Nikolái (Nicolás) y, en Rusia, San Nicolás es venerado, especialmente hasta nuestros días. Los historiadores sostienen que Mikula Selianínovich podría ser una especie de antiguo dios pagano campesino adorado posteriormente bajo el nombre de San Nicolás.
Los tres Bogatires
Todos los demás bogátires se consideran bogátires “menores”. Hay docenas de ellos en las bilinas y, francamente, la mayoría de los rusos ya no los recuerdan. Pero todo el mundo conoce el cuadro seminal de Viktor Vasnetsov "Los bogatires". El cuadro, que tardó casi 20 años en pintarse (1881-1898), encarnaba la pasión que la sociedad rusa sentía por el saber natural de la tierra rusa. Los bogatires representados son los héroes más conocidos de las bilinas, Dobrinia Nikitich (izquierda), Iliá Múromets (centro) y Alesha Popovich (derecha).
Iliá Múromets es en realidad el más famoso de todos los bogatires rusos. Se le considera el “protector de la tierra rusa”. Su historia, contada en varias bilinas, es muy arquetípica para Rusia. Durante los primeros 33 años de su vida, Iliá no podía caminar, a causa de una enfermedad desconocida. Una vez, cuando estaba solo en su casa, llegaron tres peregrinos pidiendo agua. “No puedo moverme”, dijo Iliá, pero los peregrinos insistieron en que se levantara y les llevara agua. Inesperadamente, Iliá se levantó y trajo un cubo de agua. Los ancianos le indicaron que bebiera el agua y se curó. Después de eso, Iliá sintió un enorme poder y se dirigió a Kiev para ayudar al príncipe Vladímir a proteger la tierra rusa, dicen las bilinas.
Las biografías de Dobrinia Nikitich y Alesha Popovich están muy cerca una de la otra en las bilinas. Ambas lucharon contra malignos gragones: Dobrinia lucha contra Zméi Gorinich, mientras que Alesha lucha contra Tugarin Zméi. Ambos protegen al pueblo ruso y son hermanos entre sí. Ambos bogatires se describen como cultos y leídos. Dobrinia habla doce idiomas y Alesha toca el gusli, una especie de cítara eslava (en el cuadro, se puede ver el gusli colgado a la espalda de Alesha, a la derecha).
¿Eran reales los bogatires?
Las bilinas no son una lista o colección completa, se contaron oralmente durante siglos, tienen innumerables variaciones y añadidos. No todas las bilinas han sido registradas. Así pues, los relatos de los bogatinos comprenden hechos reales del pasado con ficción y también es así con los héroes.
Por ejemplo, se considera que el Alesha Popovich de las bilinas era realmente Alexander Popovich, un boyardo de la región de Rostov, que murió en la batalla de Kalka en 1223. Sin embargo, en el siglo XIII, Alesha Popovich ya era un famoso héroe de la tradición, por lo que parece que el personaje real fue influenciado por la tradición y no al revés.
Lo mismo ocurre con Iliá Múromets. Se cree que su prototipo real es San Iliá Pecherski, un monje del lavraPechersk de Kiev Pechersk, que murió en 1188. Su cuerpo se conserva allí y los historiadores fechan su entierro en los siglos XII y XIII.
En 1988, los médicos realizaron un examen de las reliquias de San Iliá. El estudio demostró que era un hombre grande y tenía una altura de unos 177 cm. Lo más destacable es que el cuerpo mostraba signos de enfermedad de la columna vertebral, lo que coincide con la historia de Iliá Múromets, que permaneció en una estufa durante 33 años. Los huesos del cráneo son inusualmente gruesos y las muñecas y clavículas son mucho más grandes que la media en los humanos. La causa de la muerte fue probablemente un golpe de un arma afilada (lanza o espada) en el pecho.
¿Podría ser que San Iliá Pecherski fuera realmente el prototipo de Iliá Múromets? Sea así o no, Iliá Múromets es considerado el santo patrón de las Fuerzas de Misiles Estratégicos de Rusia y del Servicio de Guardia de Fronteras de Rusia. Y todavía está de guardia.
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