7 fortalezas rusas que no sobrevivieron hasta nuestros días

Historia
ALEXANDRA GÚZEVA
Google Maps etiquetaría estos lugares como “permanentemente cerrados”. Por desgracia, muchas fortificaciones de Rusia, incluso las más poderosas, no han sobrevivido hasta nuestros días. Pero aún podemos verlas en antiguos grabados, pinturas e incluso fotografías.

1. Kitai-górod

El Kremlin no era la única fortaleza de Moscú. A mediados del siglo XVI, la regente rusa y madre de Iván el Terrible decidió hacer construir otra línea de defensa alrededor del corazón de la capital. La muralla de Kitai-górod, de 2,5 km de longitud, se levantó en un tiempo récord. Era más baja pero más gruesa que la muralla del Kremlin y más adecuada para la instalación de cañones de muralla.

La muralla demostró su valía para resistir varios ataques. Sin embargo, a finales del siglo XVIII perdió su importancia como estructura defensiva. Durante mucho tiempo siguió siendo sólo un símbolo del viejo Moscú, pero en tiempos de Stalin se decidió reconstruir fundamentalmente la ciudad. Hubo que ensanchar las calles y construir nuevas vías, pero la muralla de Kitai-górod obstaculizaba enormemente el tráfico: hay que pensar que tenía, nada menos, ocho puertas de entrada.

En la década de 1930 fue demolida, aunque varias secciones de la muralla han sobrevivido e incluso fueron restauradas en las décadas de 1990 y 2000.

2. Beli Górod (Ciudad Blanca)

Otro anillo fortificado alrededor de Moscú lo formaba la muralla de Beli Górod (Ciudad Blanca), construida alrededor de Kitai-górod a finales del siglo XVI. Durante el Periodo Tumultuoso, la muralla de Beli Górod sufrió graves daños y poco después dejó de ser una protección fiable para la ciudad. Los habitantes de la ciudad comenzaron a desmantelarla y a utilizar las piedras para construir casas.

A finales del siglo XVIII, Catalina II ordenó el derribo de la muralla y en su lugar apareció una carretera, el actual bulevar Ring. En algunos lugares se conservan restos de los cimientos de la muralla, por ejemplo, en la plaza Jojlóvskaia. Una de estas secciones de la muralla forma ahora parte de un espacio público de moda conocido como Yama [el Foso].

3. El kremlin de Sérpujov

Muchas ciudades rusas tenían kremlins (ciudadelas) y tan sólo la actual región de Moscú contaba con una docena, pero muchos kremlins no han resistido hasta nuestros días. Así, del kremlin de Sérpujov, construido en el siglo XIV, sólo quedan algunos fragmentos de la muralla y los cimientos.

Se levantó como una importante estructura defensiva en el camino de los tártaros-mongoles hacia Moscú. Sin embargo, a mediados del siglo XVIII, Sérpujov perdió por completo su importancia militar y la muralla comenzó a ser desmantelada y, en la década de 1930, lo que quedaba se utilizó como material de construcción para el metro de Moscú. Hoy en día, la alta colina en la que se encontraba el Kremin de Sérpujov se llama Sobórnaia Gora (Colina de la Catedral).

4. El kremlin de Irkutsk

Habría sido el kremlin más oriental de Rusia si hubiera llegado hasta nuestros días. Sin embargo, sólo queda un kremlin en Siberia: el de Tobolsk. Durante la conquista rusa de Siberia Oriental e Irkutsk, en el siglo XVII, se construyó un fuerte de madera en el lugar de Irkutsk y posteriormente se erigió un kremlin en su lugar.

A lo largo de su historia, nunca tuvo que defendió de ningún ataque y, cuando las fronteras de Rusia se ampliaron, la fortaleza perdió por completo su razón de ser; además, un gran incendio dañó gravemente sus muros. En el siglo XIX se instaló un jardín en el emplazamiento del antiguo kremlin y el único recuerdo que aún se conserva es la Iglesia del Salvador, uno de los edificios de piedra más antiguos de la ciudad.

5. El ‘Detinets’ de Vladímir

En los siglos XII-XIV, la ciudad de Vladímir, a 200 km de Moscú, era la capital del principado ruso más poderoso y aspiraba a convertirse en la capital de toda Rusia. En el siglo XII se construyó aquí un formidable sistema de fortificación con murallas de tierra y varios niveles de muros fortificados. La muralla sufrió graves daños durante el asalto tártaro-mongol a la ciudad en el siglo XIII. Más tarde se reconstruyó, pero, a medida que Moscú se fortalecía, Vladímir perdió su importancia y fue decayendo gradualmente, mientras que la muralla se desmoronaba y acababa perdiéndose.

Algunos edificios de piedra que datan del siglo XII han sobrevivido hasta nuestros días: la Catedral de la Dormición y la Puerta Dorada de Vladímir.

Según la leyenda, un carruaje que transportaba a Catalina II se quedó atascado en un charco al entrar en Vladímir por la Puerta Dorada en 1767; la emperatriz, enfadada, ordenó que se aplanasen las antiguas murallas de tierra para poder rodear la puerta. En esta foto se puede ver un fragmento de una de las murallas a la izquierda.

6. La fortaleza de Yam

Hoy es la ciudad de Kingisepp, en la región de Leningrado, pero en el siglo XIV la República de Nóvgórod construyó una fortaleza en la orilla del río Luga para proteger a la república de la Orden de Livonia. Construida en un tiempo récord (33 días), la fortaleza de Yam resistió todos los asedios.

Luego fue reconstruida. Fue capturada por los suecos, que la volvieron a reconstruir y, finalmente, en 1703, fue reconquistada por Pedro el Grande. El peligro que representaban los suecos pasó y la fortaleza fue desmantelada.

Hoy en día hay un parque donde se encontraba la fortaleza, que incluye un gran yacimiento arqueológico con restos de las murallas construidas en diferentes siglos.

7. La fortaleza de Ostrov

En la frontera occidental de la antigua Rusia, en la región de Pskov, había un gran número de fuertes defensivos construidos para defenderse de los ataques de la Orden de Livonia. Uno de ellos (la fortaleza de Izborsk) resistió varios asedios de los caballeros, pero ha sobrevivido hasta nuestros días.

Sin embargo, la fortaleza de la ciudad de Ostrov tuvo menos suerte. A finales del siglo XVI fue gravemente dañada por el ejército del rey polaco Stefan Batory. Después, la ciudad cayó en la decadencia y no hubo necesidad de reconstruir sus fortificaciones. En el siglo XVII la fortaleza quedó casi completamente en ruinas. Durante la Segunda Guerra Mundial, Ostrov fue ocupada por los nazis, que destruyeron lo que aún quedaba de los antiguos edificios.

Hoy en día sólo permanece allí una iglesia de piedra, la de San Nicolás el Maravilloso (construida en 1542), que es lo único que queda de la fortaleza de Ostrov.

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