Así fue la visita de Neil Armstrong a la URSS (Fotos)

Historia
BORIS EGOROV
Neil Armstrong conoció a la viuda de Yuri Gagarin en su visita a la Unión Soviética en 1970.

Era difícil encontrar personas más populares en los años 60 y 70 que los cosmonautas. Pioneros en la exploración espacial, gozaron de una atención y un respeto universales. El 24 de mayo de 1970 llegó a la Unión Soviética uno de los ídolos de la época, el astronauta Neil Alden Armstrong, primer hombre en pisar la superficie de la Luna.

Antes de Armstrong, el único astronauta estadounidense que había estado en la URSS era Frank Bormann, comandante del Apolo 8, el primer vuelo tripulado alrededor de la Luna.

La histórica visita del primer hombre en la Luna a la URSS no comenzó en Moscú. El 24 de mayo, Armstrong voló a Leningrado (actual San Petersburgo), donde fue invitado a pronunciar un discurso sobre “La exploración de la superficie lunar” en la 13ª sesión del Comité Internacional de Investigación Espacial (COSPAR). Delegados de 30 países se reunieron para escuchar al famoso estadounidense.

Neil Armstrong pasó varios días en la capital cultural de la Unión Soviética. Visitó el Hermitage, el Museo Naval y el Gran Palacio de Peterhof, entre otros lugares de interés.

También visitó el crucero Aurora, amarrado en el muelle, y que marcó el inicio de la Revolución bolchevique en Rusia.

Tras la conferencia, Armstrong voló a la “capital de Siberia”, Novosibirsk, el 29 de mayo. El estadounidense visitó por iniciativa propia la casa donde a principios del siglo XX vivía y trabajaba el científico Yuri Kondratyuk, cuyos cálculos de la trayectoria óptima del vuelo a la Luna fueron utilizados por la NASA en el programa Apolo. Neil incluso recogió un puñado de tierra de la parcela junto a la casa como recuerdo.

Para que el astronauta pudiera apreciar la belleza de la naturaleza siberiana, se le llevó en un viaje en yate al embalse de Novosibirsk, en el río Ob, conocido popularmente como el “mar de Ob”.

Durante un picnic en la costa, Neil Armstrong demostró sus dotes culinarias cocinando una sopa de pescado tradicional rusa, conocida como ujá.

La capital de la Unión Soviética se convirtió en la última etapa del viaje del famoso astronauta. Ninguno de los pasajeros del vuelo Novosibirsk-Moscú del 31 de mayo adivinó que no eran los pilotos de Aeroflot los que llevaban el timón, sino Armstrong y el cosmonauta soviético Gueorgui Beregovói, que lo acompañó durante parte del vuelo.

El astronauta estadounidense recorrió la Plaza Roja, visitó el mausoleo de Lenin y depositó flores en la tumba de Yuri Gagarin en el muro del Kremlin.

Durante una reunión con Alexéi Kosygin, Presidente del Consejo de Ministros de la URSS, Armstrong le entregó un recipiente con muestras de suelo lunar y una pequeña bandera soviética que, junto con los astronautas y las banderas de más de 130 naciones, había estado en la superficie lunar. En respuesta, Kosygin dijo a Neil que “el pueblo soviético admira su valor y sus conocimientos como ningún otro”.

Por invitación personal del destacado diseñador de aviones soviético Andréi Tupólev, Armstrong visitó el hangar donde se almacenaba el último avión supersónico de pasajeros, el Tu-144. Se convirtió en el primer extranjero en echar un vistazo al interior del “Concorde soviético”.

Lo más interesante para Neil Armstrong fue, por supuesto, la visita al 1er Centro de Formación de Cosmonautas Gagarin, de carácter científico y de investigación, en la Ciudad de las Estrellas, no muy lejos de Moscú. La primera mujer cosmonauta del mundo, Valentina Tereshkova, fue la que hizo la visita guiada al estadounidense.

El momento más emotivo para Armstrong durante su viaje fue el encuentro con las viudas de los cosmonautas caídos: Valentina Gagárina y Valentina Komarova, cuyo marido, Vladímir Komarov, fue el primer hombre que murió en el espacio. Como Neil admitió más tarde a los periodistas, se sintió “profundamente conmovido” por la conversación. 

Entre los regalos que recibió Armstrong antes de abandonar la Unión Soviética se encontraban maquetas de las naves espaciales Soyuz-4 y Soyuz-5 y un rifle de caza que le regalaron cosmonautas soviéticos que se habían hecho buenos amigos.

La visita de Neil Armstrong a la URSS en 1970 fue un paso importante en el proceso de mejora de las relaciones entre las dos superpotencias durante la Guerra Fría. Hizo posible, en parte, el primer vuelo espacial tripulado experimental soviético-americano, el Soyuz-Apollo, en 1975.

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