El nuevo estado soviético estableció el deporte y la cultura física como uno de los pilares de su ideología. “Un espíritu sano requiere un cuerpo sano”, solía decir el oficial soviético Kliment Voroshilov. Desde la infancia, los niños soviéticos tenían que hacer ejercicios, mientras que las clases de educación física eran obligatorias en todas las escuelas y universidades. Los estudiantes tenían que pasar pruebas especiales para cumplir con las normas que probaban que uno estaba “listo para el trabajo y la defensa”.
La guardería era el lugar en el que los niños soviéticos aprenderían a hacer deporte de manera regular. Profesores y médicos haciendo gimnasia con niños, 1965.
No importa lo temprano que te despiertes, nunca te olvidarás de los ejercicios matutinos. Eso era lo que el estado soviético propagaba activamente, especialmente a través de carteles. Ejercicios matutinos como parte del programa en todos los campos de niños y lugares de vacaciones, así como en el ejército, 1936.
Ejercicios matutinos de los cadetes del Kremlin, 1926-27.
Estudiantes haciendo ejercicios matutinos en la azotea de su dormitorio, 1932.
En las fábricas también comenzaba el día con ejercicios. Trabajadores de una fábrica textil calentando para el día, 1960.
El esquí era uno de los deportes de invierno obligatorios en las escuelas y se convirtió en un deporte nacional. Esquiadores de todas las edades participando en una carrera de esquí en masa, 1927.
Niños en una clase de esquí, 1946.
El patinaje sobre hielo fue otro gran amor del pueblo soviético. Dos parejas haciendo una rutina de baile, 1947.
Los niños debían fomentar el espíritu competitivo, por lo que había muchos torneos entre escuelas en diferentes deportes: desde disciplinas de grupo como el fútbol y el baloncesto hasta carreras, gimnasia, natación y deportes de invierno que ya hemos mencionado. Tres escolares preparándose para competir en un concurso de natación, 1946.
La natación y el buceo eran increíblemente populares. Un buzo, 1934.
Los niños tenían que subir por la cuerda dentro del programa escolar de educación física, no todos eran aficionados a este tipo de ejercicio. Dos niñas escalando, 1973.
El estado soviético enfatizó la importancia de la gimnasia artística. Las clases de deporte incluían ejercicios sobre barras paralelas, potro y barras horizontales. Mientras que la escuela de entrenamiento de los gimnastas profesionales era muy potente. Un grupo de jóvenes gimnastas femeninas durante su programa de entrenamiento diario, 1964.
Los ejercicios de barra eran muy comunes en el ejército soviético y entre los hombres. Se instalaron barras para el ejercicio en muchos patios. Un hombre haciendo un truco en una barra, 1935.
Era habitual hacer composiciones complicadas de forma rápida y sincronizada como parte de las actuaciones de la escuela. Un grupo de pioneros actuando, 1932.
La variedad de estudios de gimnasia era un gran lugar para los fotógrafos de la vanguardia soviética. Un póster con gimnastas masculinos, 1926.
¡Preparados, listos, ya! Carrera de 100 metros, en los años 30.
Todos los años, la Plaza Roja celebraba enormes desfiles de cultura física. Los atletas marchaban con banderas y estandartes por la Plaza frente a los líderes soviéticos que veían el espectáculo desde el mausoleo de Lenin. Dos atletas femeninas ondeando banderas, 1936.
Los desfiles de cultura física también eran conocidos por las complicadas figuras que los participantes hacían con sus propios cuerpos. Se requería un trabajo duro para preparar el espectáculo, ya que todo debía salir perfecto. Un grupo de gimnastas femeninas actuando, 1936.
Estos desfiles eran espectaculares. Atletas femeninas actuando, 1936.
Por cierto, este es uno de los ejercicios estáticos más populares, en la Unión Soviética se llamaba “beryozka”, como un abedul. Mejor no intente repetirlo en casa! Gimnastas femeninas practicando, 1936.