La moda soviética surgió casi simultáneamente con la fundación del nuevo estado. Su principal objetivo era establecer la producción de prendas de vestir en el país y proporcionar a la gente ropa barata y de buena calidad. Aunque tampoco quería olvidarse de la belleza.
Las primeras casas de moda de Moscú, formadas en los talleres de costura y confección de la ciudad, aparecieron a finales de la década de 1920 y principios del de 1930 en gran medida gracias a la diseñadora, Nadiezhda Lamanova, apodada “la Chanel rusa” por sus contemporáneos. Antes de la Revolución había hecho trajes para la Corte Imperial y los teatros de Moscú. Durante el período soviético diseñó ropa para la producción en masa. Además, de manera habitual acudían a ella las esposas de los jefes del Partido Comunista. Sus alumnos se convirtieron en los gerentes de las primeras casas de moda de la URSS. Las más populares fueron los grandes almacenes Mostorg (1933) y las empresas Mosbelyo (1934) y Mosshveya (1938).
Las primeras revistas de moda soviéticas que imprimieron fotos y patrones en lugar de dibujos empezaron a salir en 1936. Fueron publicadas por las propias casas de moda.
La casa de diseño de moda más conocida de la URSS se abrió al final de la Segunda Guerra Mundial en la calle Kuznetski Most en el centro de Moscú. Las modelos más famosas de la época acudían a los desfiles y la casa empleó a jóvenes diseñadores con talento, incluido Viacheslav Zaitsev, que todavía es popular en Moscú.
La Casa de Diseño de Moda en Kuznetski Moscú diseñó prendas para más de 500 fábricas y organizó desfiles de moda que estaban abiertos al público, y a los que asistían expertos que comentaban las últimas tendencias. Rara vez se identificaba a los diseñadores cuando se lanzaban las colecciones y normalmente se decía simplemente que habían sido creadas por el “colectivo de diseñadores de la Casa de Diseño de Moda”.
Después de la guerra se empezaron a abrir casas de diseño de moda en todo el país; en Kiev, Leningrado, Minsk, Riga, Tiumén y Novosibirsk. Eso sí, estaban controladas de manera centralizada. Empezaron a organizar desfiles de moda en casas de cultura y grandes almacenes.
La Casa de Diseño de Moda de Moscú solía crear dos colecciones al año. La primera era para la industria y las casas regionales de moda, y la segunda, para las presentaciones en el extranjero (solía ser habitual que estuvieran dedicadas a una república de la URSS en concreto) y para la élite soviética.
Las prendas de vestir no se podían comprar directamente a las casas de moda, sino que éstas vendían patrones que se podían usar para hacer ropa en casa. La gente hacía cola para comprarlos.
En los talleres de costura se simplificaron enormemente el corte, los accesorios y la tela con el objetivo de reducir los costes de producción. Como era de esperar, esto no era precisamente del agrado de las ciudadanas soviéticas.
La red de casas de diseño de moda, encabezada por la de Moscú, sobrevivió hasta el colapso de la URSS.
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