Así eran los condones soviéticos (Fotos)

Historia
ANNA SOROKINA
Los preservativos, que en la URSS se conocían oficialmente como ‘producto #2’, tenían una gran demanda entre geólogos y pescadores (y no sólo cuando iban a una cita).

Pregunte a cualquiera que haya vivido en la Unión Soviética qué es el “producto  #2”, e inmediatamente le dirán que así se llamaba a los condones en aquel entonces. El asunto es que al principio los condones se fabricaban en una sola fábrica en la URSS, la fábrica Bakovski, dedicada a productos de caucho, ubicada en la región de Moscú. Esta factoría producía sólo dos tipos de productos: condones (producto #2) y... máscaras de gas (producto #1). Los números de producto se asignaban dependiendo del grosor del caucho: cuanto más delgado era el caucho, mayor era el número.

Talco en lugar de lubricante

La fábrica de Bakovski empezó a funcionar a finales de los años 30. Según algunas fuentes, la producción de preservativos fue apoyada por una importante figura del Partido Comunista y un estrecho colaborador de Iósif Stalin, Lavrenti Beria, quien utilizó su alto rango para acostarse con numerosas mujeres, a menudo contra su voluntad.

Durante la guerra, la fábrica, por supuesto, sólo fabricó productos militares y volvió a la producción de condones a mediados de la década de los 50 del pasado siglo. La fábrica de Bakovski producía alrededor de 200 millones de “productos #2” al año. Más tarde, los condones comenzaron a ser fabricados también en Kiev y Armavir.

Esos condones eran muy diferentes del producto moderno: estaban hechos de goma y no estaban lubricados. En su lugar, se rociaban con polvo de talco.

Su olor tampoco era propicio para gozar de una atmósfera romántica. Además, esos viejos condones soviéticos no eran muy fuertes en cuanto a la sensibilidad que proporcionaban: según los estándares estatales de entonces, la goma debía tener 0,09 mm de grosor, mientras que los condones actuales sólo tienen 0,05 mm de grosor.

Bajo el mandato de Jruschov, los preservativos comenzaron a producirse en tres tamaños, lo que creó una vergüenza adicional para los clientes que hacían cola en las farmacias, ya que tenían que explicar el tamaño que necesitaban.

Un condón costaba 10 kopecks. En comparación, un litro de leche costaba 28 kopecks y una barra de pan, 24 kopecks.

La calidad de los preservativos soviéticos dejaba mucho que desear: muchos se rompían y, en general, eran demasiado gruesos y rígidos para ser cómodos. Sólo en 1980 la fábrica de Bakovski comenzó a fabricar condones de látex, cuya calidad era comprobada electrónicamente.

Pero incluso antes de que pasase esto, algunos ciudadanos soviéticos lograron hacerse con condones de mejor calidad en el mercado negro. “Los vendedores del mercado negro podían venderte los extranjeros, condones acanalados y que cosquilleaban. Costaban de 3 a 5 rublos, y la gente los lavaba [para su uso repetido]”, recuerdan aquellos cuya juventud transcurrió en los años 80.

Un artículo para cada caso

En la Unión Soviética, los preservativos estaban destinados a utilizarse como protección contra las enfermedades de transmisión sexual. Pero resultó que este producto tenía muchas otras aplicaciones.

Los preservativos eran muy solicitados por excursionistas, geólogos y pescadores porque eran indispensables como recipientes ligeros y herméticos para almacenar muestras de tierra, cigarrillos, cerillas o sal. Dicen que un condón de la fábrica de Bakovski podía contener hasta 1,5 litros de agua sin romperse. Los condones también eran una fuente inagotable de diversión para los niños, que los llenaban de agua y los arrojaban desde los balcones.

“Utilizábamos mucho los preservativos: primero, para el enlatado, cuando había escasez de tapas, y segundo, como galochas para las patas de mi primer bulldog en invierno, cuando las calles estaban salpicadas de sal (comentó una mujer rusa, a modo de recuerdo, en Internet). Yo misma estaba demasiado avergonzada para comprar una cantidad tan grande (ocho al día); mi marido se negó a hacerlo porque los preservativos tenían que ser del tamaño más pequeño; así que mi mejor amiga iba a la farmacia y gritaba desde la puerta “¿Tienes preservativos pequeños? Necesito 300” 

Tras el colapso de la URSS en 1991, el mercado se inundó de condones baratos de producción india y china, en envases brillantes. La fábrica de Bakovski trató de mantenerse a flote con la producción, entre otras cosas, de algunas variedades no convencionales, por ejemplo, preservativos pintados al estilo de Gzhel. En un momento dado, la fábrica se pasó a la producción de globos. Pero eso tampoco la salvó: en 2019, la fábrica Bakovski fue declarada en bancarrota y en marzo de 2020, la compañía fue liquidada.

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