Una mañana de octubre de 1990 en la portada del periódico Komsomólskaia Pravda apareció la foto de una mujer llamada Katia Mayórova. Aparecía como una joven atractiva pero también peligrosa... ya que estaba posando con un arma.
“Miss KGB”, decía el titular. ¿Quién era Katia Mayórova, la única poseedora del inusual título de “belleza de los servicios de seguridad”?
A pesar de la glasnost -el intento de Mijaíl Gorbachov de hacer más transparente el gobierno soviético- el KGB siguió siendo una de las instituciones estatales más secretas de la URSS. La todopoderosa agencia tenía la imagen de ser un aparato de seguridad serio y ampliamente temido, ajeno a cualquier frivolidad.
Así que los lectores soviéticos se sorprendieron al ver un artículo que presentaba a una empleada del KGB como una mujer joven, brillante y atractiva. Los corresponsales extranjeros también se interesaron por la misteriosa Miss KGB.
David Remnick, que entonces estaba en el Washington Post, fue un afortunado corresponsal internacional que se las arregló para conocer a Miss KGB y le hizo una breve entrevista, sancionada desde Lubianka - el cuartel general de la KGB en el centro de Moscú.
“El día señalado fui a Lubianka, donde la camarada Mayórova me explicó que el concurso de belleza del KGB tenía lugar en 'privado'. Llevaba un jersey de angora. Le gustaban los Beatles. Trabajaba como secretaria, pero estaba certificada en el manejo de armas pequeñas. ‘Tratan de darnos habilidades para todo’, dijo. Asegurado una vez más, aunque de forma inesperada, que la Unión Soviética se encontraba en un estado de delirio mortal, le di las gracias a Katia y me despedí”, recordaba David Remnick años después.
Aunque la breve entrevista al Washington Post no reveló muchas cosas respecto a la historia de Miss KGB, arrojaba algo de luz sobre su personalidad y las intenciones de la institución.
“Supongo que piensan que seré la nueva cara del KGB”, decía Mayórova en su entrevista a Remnick. “Nos gustaría que la gente pensara que los que trabajamos aquí no somos monstruos”, añadió.
“Desempeñaba el papel de reina de la belleza con desenfreno. Reía y sonreía en todas sus respuestas y cuando le pidieron que posara para una foto, se acercó a un busto de Dzerzhinski y lo arrulló. No estaba casada y dijo que no salía necesariamente con hombres del KGB”, señaló el corresponsal.
Remnick descubrió que el concurso de belleza era “privado” y que no se revelaba el número de concursantes.
Algunos creen que no hubo ningún concurso de belleza, sino solo el deseo de Vladímir Kryuchkov -jefe de la KGB en ese momento- de cambiar la imagen pública de la institución. Pasar de ser un espeluznante aparato de seguridad represivo a una institución estatal que servía al bien del público.
Independientemente de que hubiera o no un concurso, esta iniciativa no dio muchos resultados, ya que el KGB dejó de existir como institución y fue reemplazada por el Servicio Federal de Seguridad de la Federación de Rusia - FSB - poco después del colapso de la Unión Soviética.
No se sabe qué pasó con Miss KGB tras la caída de la URSS. Simplemente desapareció de los radares públicos tan rápido como apareció en la portada de Komsomólskaia Pravda.
Esta no fue la última vez que una institución de seguridad apeló al público a través de una imagen femenina positiva. Haga clic aquí para leer la historia de Daria Yusupova, la policía más guapa de Rusia.
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