El precio de la extracción de petróleo siempre ha sido, y sigue siendo, muy bajo en los países árabes, muchos de ellos iembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Por lo tanto, algunos miembros de la OPEP siempre han tenido la opción de reducir o aumentar los precios de sus productos petroleros en los mercados mundiales para influir en la economía mundial. Arabia Saudí, como líder indiscutible de la extracción de petróleo, ya lo ha hecho en el pasado y en una ocasión contribuyó a derribar a la Unión Soviética.
La crisis del petróleo de 1973
La caída actual de los precios del petróleo no es nada comparado con la de 1973. El 17 de octubre de ese año, toda la Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo (OAPEC), respaldada por Egipto y Siria, dejó de vender petróleo a los países que apoyaron a Israel en la Guerra del Yom Kippur contra Egipto y Siria. Los países que apoyaron al Estado sionista fueron Canadá, el Japón, Países Bajos, Reino Unido y EE UU. El embargo estuvo acompañado por recortes graduales de la producción mensual. En diciembre de 1973, la producción de la OAPEC era un cuarto de los niveles de septiembre.
Ese mismo año, la producción de petróleo de EE UU correspondía al 16,5% de la producción mundial y el país era un importante importador de petróleo. Aunque EE UU y otros países a los que se dirigían las decisiones de la OAPEC eran clientes importantes, los bajos costos de extracción para los países de la OAPEC les permitían preservar su balanza de pagos incluso sin vender a EE UU y el resto de países mencionados. La decisión de la OAPEC en 1973 desencadenó una recesión mundial y una crisis económica. Al final del embargo en 1974, el precio del petróleo había subido de 3 a 12 dólares por barril y en EE UU, era aún más alto.
Los jeques saudíes prosperaron y rápidamente obtuvieron una enorme riqueza. Esta situación también fue muy beneficiosa para la URSS, que incrementó su extracción de petróleo y gas natural y se convirtió rápidamente en uno de los principales productores de petróleo y gas del mundo: los ingresos del petróleo y el gas representaban en ese momento más de la mitad de los ingresos nacionales.
Mientras tanto, en EE UU se duplicaron las tasas de desempleo y el PIB cayó un 6%. Pero el país norteamericano preparaba la manera de persuadir a Arabia Saudí para que actuara según los intereses de EE UU.
Cómo EE UU ganó la Guerra Fría
La crisis de 1973 tuvo consecuencias a largo plazo. Los automóviles japoneses que podían hacer el doble de kilómetros con un solo tanque de gasolina se convirtieron en líderes del mercado, mientras que los occidentales comenzaron a buscar nuevos depósitos de petróleo y mejores técnicas de extracción. Mientras tanto, la URSS seguía obteniendo enormes beneficios gracias a la venta de petróleo.
En 1979 la revolución islámica en Irán provocó un severo recorte en la producción de petróleo del país persa. Esto provocó un aumento de los precios mundiales del oro negro. La guerra entre Irán e Irak, que comenzó en septiembre de 1980, agudizó la situación. Pero a principios de los 80, los esfuerzos conjuntos de EE UU y otros países occidentales comenzaron a dar sus frutos. Los precios del petróleo comenzaron a bajar debido a la sobreproducción. En 1981, la administración estadounidense abandonó el control estatal de precios del petróleo y sus productos, al mismo tiempo que redujo los impuestos. Los precios cayeron continuamente desde 1980 en adelante.
En estas condiciones, todos los países, incluída la URSS, comenzaron a trabajar en fuentes de energía alternativas, incluyendo la energía nuclear. En 1986 tuvo lugar el desastre de Chernóbil. Todavía se discute si la razón del desastre fue la demanda de la administración de la URSS de aumentar la producción de energía de la planta, pero el desastre asestó un fuerte golpe a la economía, la imagen internacional y la industria energética de la URSS.
Poco después, en 1986, William Casey, entonces Director de la Agencia Central de Inteligencia de los EE UU, fue a Arabia Saudí. Según el asesor de seguridad nacional de Ronald Reagan, Richard Allen, Casey negoció con el rey Fahd lo que iba a ocurrir a continuación. Durante los seis años anteriores, el gobierno saudí había estado restringiendo los precios del petróleo, aumentando lentamente su extracción. Tras la visita de Casey, en septiembre de 1985, Arabia Saudí comenzó a aumentar rápidamente las extracciones aunque los precios todavía eran bajos.
Caída rápida
En cuatro meses, la extracción saudí aumentó de dos millones a diez millones de barriles diarios, y los precios cayeron en picado, de 32 dólares por barril a 10 dólares. Para la economía de la URSS - acostumbrada a ingresos exorbitantes por su petróleo- fue un golpe mortal. Sólo en 1986, la URSS perdió más de 20.000 millones de dólares (aproximadamente el 7,5% de los ingresos anuales de la URSS), y tenía un déficit presupuestario.
Pero la economía de Arabia Saudí también sufrió debido a los bajos precios. ¿Por qué lo hicieron? La opinión de Allen es que Casey ofreció a los jeques reparaciones financieras a cambio de la mudanza; esta opinión está respaldada por el hecho de que en 1986, el 80% del petróleo saudí fue vendido a través de Exxon, Mobil, Texaco y Chevron, todas empresas estadounidenses.
La Unión Soviética se sumió en una recesión tras la crisis del petróleo de 1985-1986. Fue suficiente para que la ya debilitada economía planificada se desmoronara. En 1986 los préstamos externos de la URSS eran de unos 30.000 millones de dólares; en 1989 habían alcanzado los 50.000 millones de dólares.
Los precios del petróleo de Arabia Saudí se recuperaron gradualmente hasta principios de la década de 2000, cuando finalmente volvieron a ser rentables, pero al gobierno saudí no pareció importarle mucho, ya que probablemente tenía fondos soberanos masivos ahorrados de los rentables años 70. EE UU también se benefició y en 1986, las gasolineras del país anglosajón incluso regalaron gasolina gratis para hacerse publicidad.
La crisis del petróleo ayudó significativamente a los EE UU a ganar la Guerra Fría contra la URSS: la recesión económica llevó a Gorbachov a tomar decisiones políticas enormemente impopulares. La perestroika fue un intento a la desesperada de reformar el sistema gubernamental, debido a la falta de fondos. La retórica populista de Gorbachov no caló bien en una población empobrecida. Muchas personas exigieron responsabilidad al gobierno por sus acciones miopes. Fue entonces cuando Boris Yeltsin entró con su dura crítica al sistema soviético en general. A finales de la década de 1980, el colapso de la Unión Soviética era casi inevitable.