Se les concedió el máximo honor y se convirtieron en “Héroes de la Unión Soviética”. Sin embargo, la codicia, la lujuria, la cobardía (o la mala suerte) les impidió conservar su título después de la guerra.
El asesino
El Sargento Mayor Piotr Kuznetsov recibió el título de Héroe de la Unión Soviética el 10 de enero de 1944, por la ejecución ejemplar de una serie de misiones de combate y por demostrar coraje y heroísmo en el campo de batalla. Toda la carrera militar de Kuznetsov consistió en servir en un pelotón de reconocimiento que hizo numerosas incursiones en la retaguardia de las tropas alemanas, destruyendo puestos, matando a soldados enemigos y capturando prisioneros para interrogarlos con el objetivo de obtener información valiosa.
Después de la guerra, Kuznetsov trabajó como jefe de seguridad de una fábrica productora de azúcar en la región de Sumi, en la Ucrania soviética. En 1947 se peleó con el director de la fábrica, quien habló con desprecio de los veteranos de guerra que, en palabras del director, “llevaban trozos de hierro colgando en el pecho”. Kuznetsov sacó el arma honorífica que le fue entregada en reconocimiento de sus hazañas y disparó, asesinándolo, al hombre que, según él, le había ofendido. Fue condenado a 10 años de prisión y despojado de todas sus medallas.
El traidor
Durante el otoño de 1943, el capitán Semión Bichkov participó en 60 combates aéreos, algunos de ellos sobre Stalingrado y el saliente del Kursk, derribando 15 aviones enemigos en solitario y reclamando una victoria compartida. Por su valentía y heroísmo Bichkov fue galardonado con el título de Héroe de la Unión Soviética.
El 10 de diciembre de 1943, el avión de Bichkov fue derribado por disparos de artillería antiaérea germana. Fue capturado y aceptó colaborar con los nazis. Bichkov pilotó aviones alemanes desde las plantas en las que eran fabricados hasta los campos de aviación del Frente Oriental, participó en operaciones aéreas contra los partisanos, dio discursos de propaganda en los campos de prisioneros de guerra y participó activamente en la creación de la fuerza aérea del colaboracionista Ejército de Liberación de Rusia (ERS).
Ascendió al rango de mayor mientras luchaba codo a codo con los nazis y fue condecorado oficialmente por los alemanes. En abril de 1945, Bichkov se rindió a los estadounidenses quienes, a su vez, lo entregaron a las autoridades soviéticas. Fue despojado de su título y ejecutado por traidor a la Madre Patria.
El espía
Los días 20 y 21 de abril de 1945, durante la Batalla de Berlín, el comandante de un batallón de artillería, el Teniente Mayor Alexéi Kulak, proporcionó cobertura de artillería durante un ataque de infantería a través del río Mühlenfliess, y no abandonó su posición a pesar de estar herido. Premiado con el título de Héroe de la URSS por su hazaña, Kulak vivió con este reconocimiento hasta su muerte en 1984. Sin embargo, un año después de su muerte se supo que, en 1962, mientras era un agente encubierto del KGB en Nueva York, había ofrecido sus servicios al FBI, con el que colaboró durante los siguientes ocho años. En 1990 Kulak fue despojado, póstumamente, de su título de Héroe.
El timador
A diferencia de la mayoría de los héroes soviéticos cuyos honores militares fueron rescindidos debido a crímenes posteriores, Valentín Purgin (nombre real Vladímir Golubenko) nunca realizó ninguna hazaña heroica y nunca combatió en el frente.
Criminal estafador, era un maestro en el arte de falsificar pasaportes, certificados e incluso honores y medallas. Durante años engañó a la redacción de uno de los principales periódicos soviéticos, Komsomólskaia Pravda, en el que consiguió un trabajo como corresponsal con la ayuda de documentos falsos. Después de organizar un viaje falso al frente de la Guerra Soviética-Finlandesa (a la que nunca fue), Purgin describió sus hazañas heroicas con mucho colorido y, recopilando documentos y méritos falsos, envió una solicitud para que le concedieran el título de Héroe de la Unión Soviética.
Debido a la negligencia del departamento de honores militares, Purgin recibió el honor de Héroe de la Unión Soviética. El estafador, sin embargo, pronto fue descubierto gracias a un artículo laudatorio en un periódico en el que aparecía su fotografía. El criminal fue reconocido por las víctimas de sus crímenes y por algunos oficiales de la ley. En 1940 el “héroe” fue ejecutado.
El pendenciero
El sargento Vasili Grigin, que perdió un ojo y fue herido en numerosas ocasiones, demostró valentía y coraje durante un ataque al cruzar el río Danubio. Sin embargo, la vida del héroe en la posguerra se fue al traste debido a una serie de acontecimientos que fue enteramente de su propia creación. Fue acusado y juzgado en los tribunales, hasta en seis ocasiones, por gamberrismo malicioso, robo y lesiones corporales graves, hasta que, en 1964, fue finalmente despojado de su título de Héroe. Esto no le hizo rectificar y pasó a ganarse cuatro sentencias de cárcel más, por varios delitos cometidos.
El ladrón
El 26 de septiembre de 1943, durante la Batalla del Dniéper, el sargento Vasili Vanin participó en el montaje de un pontón transportable de 30 toneladas. Pero bajo fuego de artillería pesada y transportando con una sola mano placas de 75 kilos de peso. Cuando el pontón fue dañado repentinamente en una explosión, Vanin fue el primero en saltar al agua y, bajo fuego de ametralladora, arregló más de 30 agujeros de la plataforma, logrando así la transferencia de material militar de una a otra orilla.
Pero en la vida civil al condecorado héroe no le fue tan bien. En diciembre de 1945 acabaría siendo procesado por robar un arma a un policía, por repetidos robos y violación. Así, dejó de ser un Héroe de la URSS y fue sentenciado a 10 años de cárcel.
El delincuente sexual
Durante la defensa de Sebastopol, Nikolái Vorobiov fue comandante de la batería antiaérea número 365, denominada como Fuerte Stalin en los documentos alemanes. Sufriendo enormes pérdidas, la unidad de Vorobiov repelió 15 ataques enemigos, derribando cinco aviones alemanes y destruyendo seis tanques alemanes. El 7 de junio de 1942, tras ser gravemente herido, fue evacuado de Crimea y una semana más tarde se le concedió la famosa condecoración.
En 1952 Vorobiov emborrachó a una menor de edad y luego la violó.
Condenado a un campo de prisioneros, también perdió su título de Héroe. “El crimen que he cometido es repugnante. Es el incidente más obsceno de mi vida, que ocurrió como resultado de mi embriaguez. Admito plenamente mi culpa y haré todo lo posible por expiarla”, declaró el acusado sobre su comportamiento.
Todos los intentos de Vorobiov de limpiar su nombre y recuperar su título de Héroe, algo que intentó inmediatamente después de su liberación, resultaron en vano. Murió poco después, a la edad de 39 años, en 1956.
El prisionero de guerra
El 18 de noviembre de 1941, cerca de la aldea de Bolshiye Sali en la región de Rostov, una batería de de 76 mm perteneciente a un regimiento de artillería, en la que servía el sargento mayor Fedor Balesta, libró una batalla desigual contra los alemanes, consiguiendo destruir 22 tanques enemigos. 16 artilleros soviéticos fueron asesinados. Tres de ellos, incluyendo a Balesta, fueron condecorados póstumamente con el título de Héroe de la Unión Soviética.
Sin embargo, más tarde se supo que Balesta no había muerto, sino que había sido apresado y retenido durante algún tiempo en un campo de prisioneros de guerra en Mariupol. Poco después de la liberación de la ciudad, en marzo de 1944, fue reclutado de nuevo por el Ejército Rojo. Prestó servicios distinguidos, especialmente en la lucha por la liberación de Yugoslavia durante el mes octubre de aquel mismo año, cuando, cerca de la ciudad de Zaječar, dirigió su unidad en un ataque en el que eliminaron a 16 soldados enemigos, destruyendo además dos vehículos cargados de municiones.
Fue condecorado con la Orden de la Gloria de Tercera Clase por esta hazaña, pero Balesta nunca pudo recibir su medalla. Murió el 22 de noviembre de 1944. Dieciocho años más tarde, el decreto que le otorgaba el título de Héroe de la Unión Soviética fue anulado por el Presidium del Soviet Supremo de la URSS “por considerar que su concesión carecía de fundamentos”.
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