Cómo unos JUDÍOS RUSOS se convirtieron en GENERALES DE LA WEHRMACHT

Historia
BORÍS YEGÓROV
Según la doctrina nazi, deberían haber muerto en algún campo de concentración. Pero en cambio lograron ocupar altos cargos en las fuerzas armadas del Tercer Reich.

No todos los judíos fueron enviados a campos de concentración para morir en el Holocausto. Decenas de miles de ellos lucharon por Alemania en la Segunda Guerra Mundial, e incluso recibieron condecoraciones.

‘Mischlinge’

A los Mischlinge (como los nazis llamaban aquellos que tenían raíces mixtas judías y “arias”) se les permitió servir, pero se les prohibió ascender en el escalafón. En la práctica, esto dependía de si el individuo era valioso para el régimen.

Realmente, docenas de Mischlinge lideraban divisiones, cuerpos de tropas y ejércitos. Sobre el mariscal de campo Erhard Milch, cuyo padre era judío, Herman Goering, quien lo valoraba mucho, dijo: “Yo decidiré quién es judío y quién no”.

La situación del Mischlinge alemán y la de Mischlinge de la Europa del Este era muy diferente. En los territorios ocupados de Polonia y la Unión Soviética, los alemanes no tuvieron el menor interés en conocer el “porcentaje de sangre judía” que tenía una persona. Todas las de origen judío mixto fueron clasificadas como judíos y sufrieron el mismo terrible destino.

Sin embargo, varios judíos rusos no sólo evitaron acabar como el resto, sino que lograron ocupar altos cargos en el Ejército alemán.

General balcánico

La conquista de Yugoslavia llevada a cabo por la Wehrmacht en en 1941 fue seguida de cerca por el excoronel del Ejército imperial ruso y veterano de la guerra civil rusa, Borís Shteifon. Tras la desaparición del movimiento de los blancos, este había encontrado refugio en los Balcanes, donde escribió sus memorias y se convirtió en profesor de ciencias militares.

Ya con 59 años, Shteifon no tenía intención de retomar su carrera militar, pero la llegada de los nazis le hizo cambiar de opinión. Los comunistas yugoslavos de Josip Broz Tito intensificaron su resistencia contra los invasores, pero al luchar contra los alemanes, a menudo también mataron a emigrados de la Guardia Blanca.

Para contrarrestar a los partisanos de Tito, los alemanes crearon el Cuerpo de Protección Ruso (CPR), al que se unieron emigrantes rusos que vivían en Yugoslavia. Con unos 11.000 efectivos, era una de las unidades de emigrantes blancos más grandes de la Wehrmacht. Además de cazar comunistas, el cuerpo aseguraba las líneas de comunicación del país y llevaba a cabo operaciones punitivas; más tarde, se enfrentó al avance del mismísimo Ejército Rojo, lo que provocó una minirrepetición de la guerra civil rusa.

A Borís Shteifon se le ofreció el puesto de jefe de personal de la CPR y lo aceptó. Los alemanes sabían muy bien que era hijo de un judío asimilado, pero decidieron hacer la vista gorda. Según el investigador Iliá Kuksin, los oficiales de la Wehrmacht lo veían principalmente como un táctico militar altamente calificado y dedicado anticomunista. Para ellos era suficiente que su madre fuera rusa y que él mismo hubiera sido bautizado.

El teniente general Borís Shteifon comandó el cuerpo hasta los últimos días de la guerra, muriendo de un ataque al corazón el 30 de abril de 1945. Su fuerza de combate cruzó la frontera de Austria y se rindió allí a los británicos. A pesar de las demandas soviéticas, los soldados no fueron entregados a Moscú, ya que la mayoría de ellos nunca habían sido ciudadanos de la URSS.

Un oficial, dos agencias de inteligencia

El futuro general mayor de la Wehrmacht, Borís Holmston-Smislovski, provenía de una noble familia de origen judío. Habiendo pasado por el crisol de la Primera Guerra Mundial y la guerra civil rusa, como miles de otros oficiales rusos, terminó en el exilio.
Pero mientras que la mayoría de los emigrantes blancos deseosos de vengarse de los bolcheviques sólo se pusieron del lado de los alemanes durante la guerra, Holmston-Smislovski entró en los círculos militares germanos con mucha anterioridad, incluso antes de que Hitler llegara al poder. En 1928-1932, fue entrenado en labores de reconocimiento en el Reichswehr Truppenamt (Dirección de Tropas).

Los contactos que hizo allí facilitaron su ascenso en la cadena de mando de la Abwehr, el servicio de inteligencia militar alemán. La genealogía judía de un activo tan valioso no era un problema.

En 1943, el jefe de Abwehr, almirante Wilhelm Canaris, intervino personalmente a favor de su oficial cuando éste fue arrestado por cargos de traición. Holmston-Smislovski se opuso abiertamente al plan del jefe del CPR, Vlasov, de luchar en el frente occidental: creía que los rusos deberían hacer la guerra sólo contra los bolcheviques.

A lo largo del conflicto, Holmston-Smislovski organizó y llevó a cabo operaciones de reconocimiento y sabotaje en la retaguardia soviética, y localizó y eliminó unidades partisanas. Para estas misiones se le dio el mando de una división rusa con 10.000 efectivos, rebautizada al final de la guerra como el 1er Ejército Nacional Ruso. En mayo de 1945 llevó los restos de su “ejército” varios cientos de soldados) a Liechtenstein, donde fueron internados. El Gobierno de este pequeño Estado se negó a extraditarlos a la URSS, rechazando las acusaciones soviéticas sobre supuestos crímenes guerra.

Holmston-Smislovski continuó sus actividades de inteligencia, esta vez al servicio de Estados Unidos. También fue asesor del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de la República Federal Alemana y del presidente argentino, Juan Perón.

BoríHolmston-Smislovski murió en 1988, a la edad de 90 años, en el mismo Liechtenstein que había llegado a amar durante y después de la guerra.

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