1968 fue especialmente duro para las fuerzas norvietamitas. La Operación Thunder, lanzada por los estadounidenses, estaba diseñada para bombardear objetivos militares en la República Democrática de Vietnam y estaba teniendo un efecto paralizante en el esfuerzo bélico del país asiático. El comando militar de Vietnam del Norte había decidido que era hora de contraatacar.
El 12 de enero de aquel año, cuatro biplanos Antónov AN-2 de la Fuerza Aérea de Vietnam del Norte, convertidos en bombarderos, se dirigían rumbo oeste hacia Laos. Según la página oficial de la CIA, los aparatos tenían como misión destruir una base de radar de EE UU que guiaba en sus ataques a los bombarderos de la USAF.
La instalación del radar a batir, llamada Puesto 85, estaba en la cima de la montaña de Phou Pha Thi, a 5.800 pies de altura y sólo 125 millas náuticas de Hanoi. Air America, propiedad de la CIA, proporcionaba apoyo aéreo a la instalación, técnicos y fuerzas de seguridad.
“Parecía la Primera Guerra Mundial”
Los AN-2 llegaron al blanco a primera hora de la tarde, y dos de ellos lo atacaron mientras los otros volaban en círculos en las cercanías, esperando su turno. Por pura coincidencia el capitán de Air America, Ted Moore, volando un helicóptero UH-1D Huey que transportaba munición se acercaba al lugar y se encontró con el ataque. “Parecía la Primera Guerra Mundial”, recordaría.
Persiguieron a un AN-2 cuando éste regresaba a la frontera con Vietnam. Moore pudo colocar entonces su helicóptero sobre el biplano, mientras que uno de los tripulantes, Glenn Woods empuñó un rifle AK-47 y disparó sobre el aparato vietnamita.
Un momento, ¿qué hacía un miembro de la CIA con un Ak-47 soviético?
Las armas estadounidenses solían fallar en las duras condiciones de la guerra en Vietnam. De hecho, hubo numerosos casos de pelotones americanos que fueron aniquilados debido al mal funcionamiento de los M-16. Durante una emboscada nocturna de la guerrilla vietnamita, las últimas palabras transmitidas por radio por una compañía de tropas estadounidenses fueron: “Sin granadas de mano, todas las armas atascadas”.
Según la web War is boring, el Pentágono comenzó a desarrollar una cadena secreta de suministro de armas incautadas a las tropas de Vietnam del Norte. Los contratistas del gobierno incluso fabricaron incluso cartuchos sin ninguna marca de identificación. Las armas soviétivas eran ideales para llevar a cabo misiones de comando en Vietnam del Norte, Laos y Camboya, por lo que no resulta extraño que Glenn Woods supiese usar y usase su rifle soviético para derribar a un avión soviético.
Doble suerte
Según John Davis en su libro Wings over Vietnam, la persecución (y el tiroteo) continuó 20 minutos hasta que Moore y Woods observaron cómo el primer AN-2 caía y se estrellaba contra una cresta justo al oeste de la frontera norvietnamita. Unos minutos más tarde, el segundo aparato chocaba contra la ladera de una montaña, un poco más al norte.
En cuestión de horas, un equipo de tierra controlado por la CIA llegó al primer avión caído estrellado y encontraba en su fuselaje agujeros de bala.
Ted Moore y Glenn Woods obtuvieron el logro de haber derribado un avión desde un helicóptero, una singular victoria aérea en la guerra de Vietnam.
Dos meses después, los comandos norvietnamitas atacaron y destruyeron la base de radar, infligiendo la derrota terrestre más mortífera contra personal de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos durante toda la Guerra de Vietnam. Woods murió en combate en Laos, un año más tarde.
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