La historia del ‘jazz’ en la URSS, de la bienvenida a la prohibición

Historia
BORÍS YEGÓROV
Aunque el pueblo soviético adoraba el ‘jazz’, los mandatarios no siempre compartían este amor. Aceptado al principio, pronto se consideró un símbolo del odiado mundo occidental.

Aunque resulte difícil de creer, en la década de 1920 los mandatarios soviéticos dejaron que llegara al país la música popular de su oponente político. El jazz estadounidense no solo se aceptó, sino que fue acogido con gran entusiasmo.

La razón para esa aceptación era simple. Los líderes soviéticos consideraban que el jazz era la música de la oprimida minoría afroamericana. La música tenía la capacidad para convertirse en otro instrumento en la lucha política.

La historia del jazz soviético comenzó el 1 de octubre de 1922, cuando se celebró en Moscú el primer concierto de jazz con músicos aficionados.

Años después, las populares bandas de jazz estadounidenses de Frank Witers y Sam Wooding visitaron la URSS. Dieron una serie de conciertos en los que tuvieron mucho éxito.

A finales de la década de 1920 aparecieron una serie de bandas locales de jazz en Moscú y Leningrado (actualmente San Petersburgo). Esta ciudad se convirtió en la meca para los amantes del jazz de todo el país.

Al principio, las bandas soviéticas tocaban jazz estadounidense, pero las obras de los compositores nacionales se fueron haciendo populares poco a poco.

Sin embargo, la actitud de los mandatarios hacia hacia el jazz cambió. En los años 30 fue proclamado como un ejemplo de la cultura burguesa y fue duramente criticado.

Se prohibió actuar a los músicos extranjeros de jazz en la URSS. Se dejó en paz a los músicos locales, pero sus actuaciones eran limitadas.

Durante la Segunda Guerra Mundial, hubo un respiro. Docenas de bandas de jazz daban conciertos a las tropas con el objetivo de levantarles la moral.

Después de la guerra, el jazz soviético sufrió el período más duro de su historia. Con el inicio de la Guerra Fría, la música fue vilipendiada. “Hoy toca jazz, mañana traicionará a su país”, era un eslogan propagandístico muy difundido en aquella época.

En los años 60 el jazz empezó a encontrar su lugar. Se formaron nuevas bandas y se publicaron libros y películas sobre el tema. En 1964 se inauguró en Moscú el legendario club The Blue Bird.

Se volvió a permitir la entrada al país a los músicos extranjeros. Entre otros muchos, visitaron el país socialista artistas como el famoso saxofonista Gerry Mulligan, Thad Jones y Mel Lewis.

Tras recuperar su estatus en la URSS, el jazz volvió a sufrir un duro golpe en 1991. El país entró en una crisis profunda, que también afectó al jazz. Muchos artistas abandonaron Rusia y las bandas se separaron. La crisis no terminó hasta la década de los años 2000.

Te presentamos una serie de canciones rusas, muy rusas, que son conocidas en todo el mundo.

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