No se puede decir que la deserción de los soldados alemanes a la URSS durante la Gran Guerra Patria fuera un fenómeno común, pero hubo cientos de casos. Sin embargo, los soviéticos no permitían a la mayoría de los alemanes participar en las batallas y les mantenían alejados de la línea del frente.
El desertor alemán más conocido que tuvo la posibilidad de luchar contra los nazis fue Fritz Schmenkel, un extrabajador de Stettin y un exsoldado de la Wehrmacht. Durante varios años luchó junto con los partisanos contra el Ejército alemán, organizó y participó en docenas de operaciones de éxito y misiones de sabotaje. Desafortunadamente, sus méritos fueron reconocidos solo veinte años después de su muerte.
Un antinazi acérrimo
Fritz Schmenkel siempre había despreciado y odiado el nazismo, especialmente desde que los nazis mataron a su padre durante una manifestación comunista en 1923. Compartiendo las opiniones de su padre, Fritz se unió a la Liga de Jóvenes Comunistas de Alemania. Nunca participó en la gran lucha clandestina, pero, sin embargo, se encontraba bajo vigilancia constante de la Gestapo.
En 1938, Fritz Schmenkel fue llamado a las filas del Ejército alemán pero no por mucho tiempo. Por sus llamamientos pacifistas a evadir el servicio militar, fue condenado a prisión. En octubre de 1941 Fritz fue liberado y enviado al Frente Oriental para su “reeducación”. Allí decidió desertar. En su última carta a su esposa Erna , escrita el 25 de noviembre, escribió: “Ahora sé qué hacer”.
“Lenin, Stalin, Thälmann”
A finales de noviembre de 1941 Fritz Schmenkel desertó de su 186ª División de Infantería, que se encontraba en la región de Smolensk. Tratando de llegar a las unidades del Ejército Rojo, Fritz se escondió en las aldeas cercanas.
Schmenkel no hablaba nada de ruso, pero usaba una combinación de tres palabras “Lenin, Stalin, Thälmann” que le ayudaron a conseguir comida de los lugareños y refugio. A cambio, les ayudaba con las tareas domésticas.
Pero un día la suerte le abandonó y fue capturado por los alemanes. Condenado a ser ejecutado por desertor, Schmenkel fue salvado por una unidad de partisanos llamada “Muerte al fascismo”, que entró en la aldea y tomó a Fritz como prisionero.
Iván Ivánovich
Aunque los partisanos descubrieron la historia de Schmenkel, no confiaban en él. No le dieron ningún arma, solo binoculares. Estaban preparados para dispararle si ponía un pie en la dirección equivocada.
Aun así, un día Fritz tuvo la oportunidad de demostrar lo que valía. Cuando el pueblo en el que se alojaron los partisanos fue rodeado por las tropas alemanas, Fritz encontró un rifle y mostró sus espectaculares habilidades a la hora de disparar e hizo mucho para salvar la unidad. Así se ganó la plena confianza y el respeto de los partisanos que quedaron impresionados por su actitud e incluso le dieron un apodo: Iván Ivánovich.
Schmenkel enseñó a los partisanos cómo manejar una ametralladora alemana MG-42, participó en los enfrentamientos, capturó provisiones enemigas y se hizo pasar por un teniente alemán en emboscadas y misiones locales de sabotaje.
La información sobre este soldado alemán que luchaba contra el Ejército alemán incluso llegó a Berlín. Como recompensa por capturar a Schmenkel, a los ciudadanos soviéticos se les prometieron ocho hectáreas de tierra, una casa y una vaca, mientras que los soldados alemanes que lo lograsen recibirían 2.000 Reichsmarks y dos meses de vacaciones.
Fue un milagro que Iván Ivánovich evitase la muerte el 23 de enero de 1943, cuando las tropas alemanas empezaron la Operación Estrella en Caída, una operación a gran escala que pretendía aniquilar la unidad de partisanos “Muerte al Fascismo”. Aproximadamente más de 1.500 de los 4.000 guerrilleros fueron asesinados o capturados.
Misiones de sabotaje
El comando soviético decidió que sería mejor usar las excepcionales habilidades de Schmenkel en las principales operaciones de sabotaje, en lugar de aplicarlas en las actividades partisanas. En junio de 1943 Schmenkel fue enviado al grupo de reconocimiento del Frente Occidental. Después de ser entrenado durante un tiempo, Fritz fue nombrado comandante adjunto de la unidad de sabotaje “Campo” que operaba en el oeste de Bielorrusia.
A finales de diciembre de 1943 Iván Ivánovich realizó su última misión al otro lado de las líneas enemigas. Varias semanas más tarde, fue capturado junto con dos de sus camaradas y ejecutado en la ocupada cuidad de Minsk el 22 de febrero de 1944. Después de eso, su nombre fue olvidado durante años.
Reconocimiento tardío
El nombre de Fritz Schmenkel resurgió solo en 1961, cuando las autoridades de seguridad soviéticas investigaron el caso de una unidad de la Polizei (Policía) que había sido destruida por los soldados de Schmenkel. Sorprendidos por el hecho de que un alemán hubiera estado a cargo de una unidad de partisanos, los investigadores empezaron a recopilar toda la información acerca de su vida. Después de tres años de investigación, cuando todos los detalles se aclararon, Fritz Schmenkel fue condecorado de forma póstuma con los galardones más altos de la URSS: la Orden de Lenin y el Héroe de la Unión Soviética.
La popularidad de Schmenkel aumentó significativamente: se convirtió en el protagonista de artículos, libros y películas. Su esposa Erna fue invitada a visitar la URSS. Una calle en Berlín y el 1 Escuadrón de Cazas de la Fuerza Aérea de Alemania Oriental recibieron su nombre. Sin embargo, después de la caída del bloque soviético, el nombre de Fritz Schmenkel quedó en el olvido por segunda vez.
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