¿Qué pasó con los soldados del Ejército Rojo que se apellidaban igual que algunos líderes nazis?

Las tropas soviéticas atacando las defensas alemanas durante la Gran Guerra Patriótica. Todo el pueblo se levantó para derrotar a Hitler, incluso aquellos que compartían apellidos con líderes del III Reich.

Las tropas soviéticas atacando las defensas alemanas durante la Gran Guerra Patriótica. Todo el pueblo se levantó para derrotar a Hitler, incluso aquellos que compartían apellidos con líderes del III Reich.

Iván Shaguin/Sputnik
Hubo algunos soldados soviéticos que, no teniendo nada que ver con los nazis alemanes, tuvieron la gran desgracia de compartir apellidos con los malvados líderes del Tercer Reich. Incluyendo a Hitler

En julio de 1941, los alemanes estaban en la ofensiva en el frente oriental. Avanzaban rápidamente, convirtiendo a su paso en cenizas aldeas enteras quemadas. Adolf Hitler se sentía satisfecho y esperaba la pronta victoria. El 4 de julio dijo: “El enemigo prácticamente ha perdido la guerra”.

Al otro lado del frente, sin embargo, otro Hitler no estaba de acuerdo con su infame tocayo. Semión Hitler, un judío ucraniano que había servido en el Ejército Rojo como operador de ametralladora desde 1940, hizo todo lo que pudo para evitar que Alemania ganara, como muchos otros millones de soviéticos.

Camarada Hitler

Semión Hitler, un valiente soldado soviético que no escatimó esfuerzos para defender a la Patria de los soldados de Adolf Hitler.

“El soldado del Ejército Rojo Hitler no era un fan del hombre con el mismo apellido”, ha descrito irónicamente Borís Akunin, escritor e historiador ruso. “¡Él solía disparar a los enemigos con su ametralladora gritando ‘Heil Hitler!’”.

De hecho, Semión Hitler fue tan bueno en disparar a alemanes que incluso fue condecorado por su valentía, y eso que para premiar a un ‘Hitler’ en aquellos días, sus comandantes se necesitaron armar de coraje.

Como se puede comprobar en los archivos, “durante ocho días el camarada Hitler eliminó al enemigo con el fuego de sus disparos” (desde una trinchera). La situación era más que nefastas: los alemanes habían atravesado las defensas soviéticas cerca de Tiráspol (ahora Moldavia/Transistria), habían rodeado la unidad de Semiónn Hitler y habían matado a casi todos los soldados. Herido, Hitler permaneció solo pero “continuó disparando hasta que se quedó sin munición”.

Después de eso, se arrastró durante 10 kilómetros para regresar junto a sus compañeros soldados. Hitler ni siquiera tiró su ametralladora, aunque seguramente era pesada y carecía de munición; pero el soldado no quería que los alemanes se quedaran el arma. 

Condecorando por valentía

Soldados soviéticos atacando.

El comandante del batallón de Semión Hitler, como se pudo leer en la web rusa EG.ru, estaba preocupado por la condecoración de este soldado. “Por un lado, su acto de valentía estaba fuera de toda duda; por el otro, podría ser peligroso firmar un documento que distinguiera a un hombre con ese apellido, especialmente en tiempos de guerra”. Pero prevaleció el sentido común: el general Gueorgui Sofrónov, que dirigía el Ejército Costero Separado, firmó personalmente el documento otorgándole a Semión Hitler una medalla, “Al Valor”.

Después de esta condecoración, Semión continuó sirviendo a su Patria. Desafortunadamente, no vivió para ver el final victorioso de la Gran Guerra Patria en Berlín. En junio de 1942, menos de un año después de su acto de valentía, Semión resultó muerto defendiendo la ciudad de Sebastopol. Después de la guerra, la familia de Semión cambió su apellido a Hitlev y pronto dejó la URSS para emigrar a Israel. 

Extrañas coincidencias

La historia sólo conoce a un Hitler que luchase por la URSS en el campo de batalla, pero había muchos otros soldados con nombres nazis que se comportaron heroicamente y fueron condecorados por el Ejército Rojo. Por lo general, se trataron de personas de origen alemán o judío. Por ejemplo, en 1944, Nikolái Göring, el hombre que compartía apellido con el Mariscal alemán del Aire Hermann Göring, recibió la Orden de la Estrella Roja por capturar a un comandante de pelotón de la División Panzer de las SS, ‘Totenkopf’, y llevarlo a territorio soviético a pesar de los disparos de ametralladora.

Soldados soviéticos luchan en el muelle de Grafskaia (Sebastopol).

Otro Göring más, Yákov, que sirvió como médico en Bielorrusia en enero y febrero de 1945, logró su Orden de la Guerra Patriótica por evacuar a más de 1.500 soldados soviéticos heridos del campo de batalla, sin dejar a ningún hombre atrás, durmiendo o descansando apenas. Como muchos otros Görings soviéticos, Yákov era judío, a diferencia de su tocayo, que fue responsable del Holocausto en gran medida. 

Mientras que Rudolf Hess, el secuaz de Hitler que fue arrestado en Gran Bretaña en 1941, dedicó su vida a la causa nazi, Nikífor Hess, un oficial soviético, no escatimó esfuerzos en matar nazis. En septiembre de 1942, lideró su pelotón en una ofensiva, matando a solas a siete combatientes enemigos. Recibió la Orden de la Estrella Roja. La misma condecoración fue recibida por Alexánder Bormann, con el mismo apellido de Martin Bormann, jefe de la Cancillería del Partido Nazi y secretario de Hitler.

El Bormann soviético lideró la fuerza aérea en un ataque soviético que destruyó más de 850 vehículos enemigos y 3.600 soldados durante varios meses. Como demuestra la historia, compartir apellidos con alemanes ciertamente no hizo a los ciudadanos soviéticos menos patrióticos y ansiosos de luchar por su tierra.

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