El KGB era temido y tenía mucho poder sobre la vida de las personas. La policía secreta vigiló muy de cerca a la gente del ámbito intelectual. Antes o después un actor recibía una “invitación” para pasarse por Lubianka, donde estaba el cuartel general del KGB. Aquí os dejamos con tres historias de actores soviéticos y los servicios secretos.
Mijaíl Kazakov (actor y director ruso e israelí, 1934-2011)
La KGB lo reclutó en 1957 y le asignó la misión de seducir a una periodista estadounidense.
Ese año llegaron a Moscú gran cantidad de extranjeros para participar en el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. El KGB necesitaba agentes urgentemente para intentar conseguir la mayor cantidad posible de información. El actor soviético entró entre los candidatos de la policía secreta.
Años después el actor recordaba que el KGB lo atrajo a sus filas de manera lenta pero constante: “Todo comenzó con la policía, luego subimos más y más y más. Y luego lo dijeron sin rodeos: ‘¿Eres un hombre soviético?’”
El KGB le prometió que no le haría preguntas para que delatase a sus amigos y le concedió una serie de libertades inimaginables para otras personas (viajar al extranjero, etc). Además le financiaron sus “misiones”.
Aunque la primera “tarea” sorprendió al actor, ya que tenía que seducir a una periodista estadounidense que iba al festival de Moscú.
“Me dijeron que tenía que ‘mantener relaciones sexuales’ con la periodista estadounidense
Colette Schwarzenbach”, recordó Kazakov.
El KGB entregó dinero al recién reclutado agente para que saliera con la chica y también le proporcionó trajes para que estuviera más atractivo.
Aunque la misión fue un fracaso, ya que el agente no se pudo resistir. “Me enamoré... y eso me salvó. Se lo confesé todo a ella”.
Kazakov esperaba que el KGB renunciara a él tras lo sucedido pero la policía secreta mantuvo al actor cerca. Posteriormente confesó que participó en una misión que tenía como objetivo comprometer a una secretaria de la embajada estadounidense.
Años después Kazakov vio a su objetivo en un documental de la televisión rusa: “La miraba y la miraba... y luego me puse a llorar”, comentó el actor que se arrepentía sinceramente de haber colaborado con la policía secreta.
Faína Ranévskaia (actriz soviética, 1896-1984)
En Rusia, Ranévskaia es famosa por sus ingeniosas frases, muestra de su fuerte carácter. Cuando se le acercó el KGB hizo el papel de “agente reclutada” y consiguió beneficiarse de la oferta.
Un joven agente del KGB invitó a la actriz de 70 años a un “diálogo” en donde el hombre dio un discurso acerca de las intrigas que rodeaban a las oficinas de información extranjera y del deber de cada ciudadano de enfrentarse a ellas.
La aguda actriz respondió al reclutador: “Chico, ¿dónde estabas cuando yo era más joven?”.
Entonces Ranévskaia pasó al ataque y le dijo al agente del KGB que había estado esperando esa oportunidad toda su vida pero que había un problema, y era que hablaba en sueños. La actriz vivía en un apartamento comunal y eso suponía un peligro para las misiones.
El reclutador se tragó la excusa de la actriz e informó que no iba a ser un agente de confianza aunque fuera leal a la causa del KGB. Sin embargo, un mes después la actriz pudo mudarse a su propio piso en Moscú. Todavía hoy sigue siendo un misterio si fue gracias a la ayuda del KGB.
Andréi Mirónov (actor soviético, 1941-1987)
Para el conocido y querido actor Andréi Mirónov todo comenzó con una charla casual en la calle Arbat de Moscú. El actor y otro amigo de la misma profesión conocieron accidentalmente a dos chicas que hablaban inglés. Los jóvenes no sospechaban nada y las mujeres les ofrecieron que las acompañaran a un jardín situado dentro de la embajada de EE UU.
Poco después de ese encuentro Mirónov recibió una “invitación” del KGB. Amenazaron al actor con una investigación criminal por haber visitado el territorio de un país extranjero si el correspondiente permiso por parte del Estado, ya que oficialmente el jardín de la embajada se considera territorio de EE UU.
Entre un arresto y la cooperación con el KGB, el actor optó por la segunda opción. No se sabe con seguridad si el actor consiguió librarse de las garras del KGB.
Con las manos en la masa. Sorprendentes objetos que el KGB confiscó a espías occidentales. Lee el texto aquí.
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