La Unión Soviética fue muy buena en la creación de cosmonautas superestrellas, sin importar su especie.
Laika, una perra de 3 años, se convirtió en el primer animal en el espacio el 3 de noviembre de 1957. Antes de alcanzar la fama mundial, Laika previamente había vagado por las calles de Moscú.
Cuando comenzó la carrera espacial de la Guerra Fría, tanto la URSS como Estados Unidos tenían como objetivo enviar un ser humano al espacio, pero se sabía poco sobre los efectos de los viajes espaciales en las estructuras biológicas. Por lo tanto, Laika sirvió de conejillo de Indias para futuros cosmonautas humanos, siendo enviada a bordo del Sputnik-2 con electrodos adheridos a su cuerpo. Estos monitoreaban los efectos de la radiación espacial en sus órganos.
Tristemente, la perrita murió después de unas horas en el espacio. Once criaturas más serían enviadas al espacio para allanar el camino al viaje orbital del humano Yuri Gagarin del 12 de abril de 1961. Siete de ellos sobrevivieron.
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