¿Cómo vivían los soldados rusos en la línea del frente durante la Primera Guerra Mundial?

Historia
BORÍS YEGÓROV
Cuando pensamos en la Primera Guerra Mundial, imaginamos interminables días grises en trincheras sucias, fuego de artillería pesada y cargas suicidad de la infantería contra nidos de ametralladoras. Pero esa no es toda la verdad. Había cosas en la vida militar: vacaciones,  celebraciones, la diversión y, simplemente, hacer el tonto.

La Primera Guerra Mundial, o la Gran Guerra como fue llamada por sus contemporáneos, estuvo marcada por el amplio uso de la llamada “guerra de trincheras”, cuando durante meses, o incluso años, las tropas podían mantenerse en estado de espera en trincheras opuestas entre sí. Los días de los soldados estaban llenos de aburrimiento y más aburrimiento. No es de extrañar entonces que estuvieran ansiosos por dar algo de color a la rutina diaria en cuento surgía la oportunidad.

Las representaciones teatrales eran muy populares entre los soldados. A veces organizaban sus propios espectáculos de aficionados, pero la verdadera celebración se llevaba a cabo cuando artistas famosos les visitaban, de gira.

Un soldado escribió en una carta a casa sobre la visita de la famosa bailarina Evguenia Lopujova: "Nuestros 'Caballeros' de Kursk, Smolensk, Riazán y otros lugares dieron vueltas alrededor de los artistas y miraron cómo bailaba la Señora Lopujova. Y ella lo hacía genial. El bosque y las colinas nos protegían del enemigo, y nos divertíamos justo bajo la nariz de los alemanes".

Los soldados recibían regalos no solo de sus familias. Numerosas organizaciones de retaguardia realizaron obras de caridad para reforzar la moral de la tropa. Los regalos para los soldados eran hechos por las autoridades de la ciudad, empresarios individuales y ciudadanos comunes. Como escribió un corresponsal del periódico Sovreménnoie Slovo, los soldados veían estos regalos como un símbolo de los fuertes vínculos entre la sociedad y el Ejército, una prueba de que el país no se había olvidado de ellos.

La confraternización entre soldados rusos y alemanes (y austríacos) en el frente oriental de la Primera Guerra Mundial comenzó a finales de 1916 y se extendió ampliamente en 1917, cuando el Ejército ruso estaba completamente desmoralizado. Esta foto fue tomada en 1915 y puede mostrar uno de los raros casos de confraternización que ocurrieron ese año.

Soldados musulmanes del 267º Regimiento de Infantería Dujovshchinski en oración. Alrededor de 1.5 millones de musulmanes sirvieron en el Ejército ruso durante la Primera Guerra Mundial. Temiendo que pudieran ponerse del lado del Imperio otomano, que se había autodeclarado el protector de todos los musulmanes, las autoridades rusas desplegaron musulmanes principalmente en el teatro de operaciones europeo.

Los soldados se preparan para una competición de tira y afloja, una de sus actividades más queridas.

Soldados rusos se divierten cerca de la pequeña ciudad francesa de Mailly-le-Camp en 1916. Más de 45.000 oficiales y soldados lucharon en la Fuerza Expedicionaria Rusa en Francia y tomaron parte en la defensa de la región de Champagne y la Batalla de Verdun.

Los soldados del 267 ° Regimiento de Infantería Dujovshchinski celebran una pelea de bolas de nieve en 1916.

Los soldados se preparan para celebrar la Pascua y se reparten huevos y pasteles en abril de 1917. Al encontrarse en un estado de total anarquía, en aquellos momentos el ejército ruso sufría deserciones masivas, insubordinaciones, confraternización con el enemigo y hasta linchamientos de oficiales.