Zar Pushka, el cañón más grande del mundo, diseñado para defender el Kremlin

Ciencia y Tecnología
ALEXÉI TIMOFÉICHEV
El cañón Zar Pushka tiene merecido su pomposo nombre: se trata del cañón más grande del mundo. Esta pieza de la Artillería Real fue construida para defender el Kremlin, y fue colocada en su territorio hace más de 400 años. Según algunos rumores, el cañón no había disparado nunca, pero esto no es cierto.

El Cañón del Zar en el Kremlin de Moscú está registrado en el Libro Guinness de los Récords como el cañón de avancarga más grande del mundo. Fue diseñado para disparar proyectiles que pesaban 800 kg cada uno. El cañón pesa casi 40 toneladas y se necesitan 200 caballos para transportarlo.

El calibre del Cañón del Zar es de 890 milímetros, pero existen las armas de artillería aun más grandes, como el Mortero de Mallet en el Reino Unido y el “Pequeño David” en Estados Unidos, cuyo calibre es de 914 milímetros. Sin embargo, estas armas son morteros, no cañones, y eso significa que el Cañón del Zar situado en el Kremlin es una pieza de artillería insuperable por su tamaño.

También hay que tener en cuenta que los morteros se fabricaban en los siglos XIX y XX, con el uso de tecnología (relativamente) moderna, mientras que el Cañón del Zar fue moldeado de bronce y data del año 1586. El cañón fue fabricado en Moscú por el moldeador de bronce, Andréi Chójov.

Chójov creó este gran cañón durante el reinado del zar Fiódor Ivánovich, hijo de Iván el Terrible. Sobre la superficie del cañón hay una imagen del zar a caballo, con una corona en la cabeza y un cetro en la mano. La inscripción encima de la figura del zar reza: “La gracia de Dios, el zar y el gran duque Fiódor Ivánovich, autócrata de toda la Gran Rusia”. Hay otras dos inscripciones, una de ellas dice quién fabricó el cañón y la otra especifica que su construcción fue realizada a petición del zar.

Existe la teoría de que el nombre del cañón (Zar) viene de esta imagen de Fiódor Ivánovich. Sin embargo, la mayoría de la gente cree que el nombre, más bien, tiene que ver con el gigantesco tamaño de este arma, que fue absolutamente extraordinario en su época.

¿Disparó alguna vez o no?

Algunos afirman que Chójov creó su cañón para impresionar a los extranjeros con el supuesto poder del estado de Moscú, pero no para utilizarlo como un arma de verdad. Según esta teoría, el cañón no habría disparado nunca. Sin embargo, en 1980, cuando empezó la restauración del cañón, fue inspeccionado por los especialistas de la Academia de Artillería. Encontraron restos de pólvora y llegaron a la conclusión de que el cañón había disparado al menos una vez.

La información que tenemos sobre la forma en la que se usó el Cañón del Zar también contradice a la teoría que afirma fue el cañón fue fabricado únicamente con fines propagandísticos. El cañón fue instalado en la Plaza Roja. Se suponía que debía de ser usado para defender el acceso al Kremlin desde el Este, pero nunca se usó en ningún combate real. En el siglo XVIII, el cañón fue trasladado al Arsenal del Kremlin.

Durante la invasión de Napoleón en 1812, hubo un incendio en Moscú y el carro de madera del cañón fue destruido. Más tarde, se creó el carro de hierro que se mantiene hasta ahora. En aquel momento se fabricaron también las balas, que ahora están colocadas delante del arma. Los proyectiles del cañón son puramente decorativos y son demasiado grandes para ser usados, incluso con el Cañón del zar.

Además del Cañón del Zar, también hay una Campaña del Zar. Pronto, Russia Beyond le contará la historia de esta pieza fascinante...