Espías occidentales pillados 'in fraganti' por el KGB: el falso futbolista y la astuta diplomática

Historia
En ocasiones los espías se enfrentan a situaciones que parecen directamente sacadas de una película.

Mujer estadounidense se gana el aplauso del KGB

Una mujer vestida de blanco entra en un cine de Moscú, se sienta cerca de la salida de emergencia y durante unos diez minutos pretende que está fascinada por lo que ocurre en la pantalla. Entonces se pone unos pantalones y una chaqueta negra sobre su vestido y se suelta el pelo. Finalmente, sale del teatro.

Se trata de un suceso real de la operación “Setun” y la mujer de blanco es la vicecónsul de la embajada de EE UU, agente secreto de la CIA. Es 1977 y Martha se convirtió en agente gracias a su primer marido, que también trabajó para la Agencia pero murió en Vietnam.

Tras la muerte del marido, aprendió ruso y fue enviada a Moscú. Se convirtió en el primer agente femenino de la CIA en la URSS. Trabajo codo con codo con Alexánder Ogoródnik, topo de la CIA que era asistente personal del ministro de Exteriores soviético.

Ogoródnik fotografió durante dos años y medio todos los documentos que caían en su mesa, pero fue capturado y supuestamente tomó una pastilla para suicidarse. Martha no supo inmediatamente que lo habían capturado.

Martha fue al cine y después tomó un autobús, un troleibús, el metro y finalmente un taxi para ver a Ogoródnik. Sin embargo fue pillada con las manos en las manos en la masa en el puente Krasnoluzhski. Llevaba encima una roca hueca que se utilizaba como buzón secreto, un manual, equipamiento de espía, un cuestionario, oro, dinero en metálico y dos ampollas de veneno.

Cuando fue detenida luchó haciendo karate y dijo palabrotas en ruso, aunque no tenía opciones de poder escapar. En la operación especial para detener a la vicecónsul participaron más de 300 agentes de diferentes unidades, algunos escondidos en autobuses o en el puente que estaba al lado. Martha fue declarada persona non grata y expulsada del país. Impresionados por su trabajo, los oficiales del KGB le dieron una ovación en el aeropuerto.

Un futbolista impostor

El agente secreto y diplomático británico Bruce Lockhart estuvo en el epicentro de una conspiración contra los bolcheviques, un intento de matar a Lenin y el comienzo del Terror Rojo en Rusia. De hecho, las increíbles aventuras de este agente en en la Rusia soviética comenzaron mucho antes.

Cuando Lockhart llegó a Moscú en 1912 para trabajar lo confundieron con otra persona. La gente en Moscú había oído que iba a llegar un futbolista apellidado Lockhart y pensaron que era el diplomático. Así que lo invitaron a unirse al equipo de la Fábrica Textil Morózov.

En realidad el futbolista era su hermano pero el diplomático aceptó la oferta y ayudó a este equipo moscovita a ganar el campeonato, aunque antes solo había jugado de manera no profesional.

El trabajo de Lockhart para derrocar el régimen bolchevique comenzó durante su segundo trabajo en Moscú. Dirigió una conspiración de diplomáticos británicos y franceses contra los bolcheviques, y recibió para ello el equivalente a 293 kg en diamantes para crear la red de agentes. El plan consistía en sobornar a los guardias con rifle del Kremlin y enviarlos con las tropas rusas que habían desembarcado en Arjánguelsk, a más de 1.200 km al norte de Moscú y ayudarlos a tomar el poder.

Aunque la trama se descubrió porque el gobierno soviético contaba con gran cantidad de espías. Se arrestó a Lockhart, que fue expulsado del país. Esto no evitó que tuviera una turbulenta aventura amorosa con Moura Budberg, “la mujer de acero” y agente doble y que también fuera pareja de Maxim Gorki.