El estadounidense trabajaba como tercer secretario de la sección política de la embajada EE UU, dedicada a recopilar información sobre defensa y seguridad de Rusia. El ataque terrorista en Boston había tenido lugar hacía poco y en EE UU creían que Rusia no estaba compartiendo suficiente información sobre la prevención de los ataques terroristas. Así que decidieron buscar una “vía directa” y trataron de reclutar a un agente del FSB involucrado en la lucha contra el extremismo en el Cáucaso Norte.
Enviaron a Fogle a su misión tarde por la noche. Anteriormente el agente del FSB había recibido dos llamadas de un “amigo”. Fogle llevó a la reunión una selección de objetos muy extraña: una peluca, un par de gafas, una brújula, un callejero de Moscú, un viejo teléfono, algo de dinero en metálico y una carta dirigida el agente.
La carta comenzaba con las palabras: “Querido amigo”, que convirtió en motivo de muchos chistes tras la captura de Fogle. En ruso este saludo se utiliza de manera irónica o en los encuentros oficiales con personas mayores. En la carta se le invitaba al agente a traicionar a su país enviando mensajes a la CIA vía Gmail, utlizando una conexión de Wi-Fi.
En resumidas cuentas, después de que Fogle saliera “de manera secreta” de la embajada en el asiento de atrás de un vehículo, se puso una peluca y fue a la reunión, aunque lo encontraron poco después.