¿Qué pasó con el Acorazado Potemkin después del rodaje de la famosa película?

Historia
ALEXÉI TIMOFÉICHEV
En junio de 1905, Rusia se sorprendió al oír la noticia del motín de la tripulación de un buque de guerra de la Armada Imperial, el Potemkin. Hoy aquel hecho sigue siendo recordado gracias a la película de 1925 de Serguéi Eisenstein. Pocas personas saben sin embargo la historia de cómo terminó la revuelta y cuál fue el destino de la tripulación y la propia nave.

Un carrito con un niño en él cae por unos escalones mientras la multitud corre en pánico por los disparos de los soldados... Esta escena, de El Acorazado Potemkin, es una de los más icónicas del cine mundial. La película trata de un buque de guerra ruso amotinado durante la Revolución de 1905, que sacudió a todo el imperio.

Flota imperial

El Potemkin, que era el barco más poderoso y moderno de la Armada rusa en ese momento, se quedó en el puerto de Odessa, en el Mar Negro, después del levantamiento, uniéndose a él un barco más pequeño que los rebeldes también lograron tomar. El motín a bordo del Potemkin provocó disturbios en toda la ciudad y soldados del gobierno mataron a decenas de personas al calmar los disturbios, aunque, como sostienen algunos historiadores, la escena famosa de las escaleras nunca tuviese lugar.

Como respuesta a las duras medidas del gobierno, el Potemkin realizó varios disparos, pero nadie resultó muerto. No hubo un terrible bombardeo por parte de la nave revolucionaria, como muchos residentes de Odessa temían. En cambio, el Potemkin salió del puerto y navegó hacia la escuadra principal de la Flota del Mar Negro, leal al Zar y que se acercaba a Odessa para tratar con el barco rebelde. El motín horrorizó tanto a las autoridades que estaban listos para destruir este entonces modernísimo buque, que había entrado en la flota sólo un par de meses antes.

Sin embargo, cuando los barcos “enemigos” se encontraron, no hubo batalla. El Potemkin y once buques de la flota zarista no intercambiaron fuego, sobre todo porque los almirantes carecían de la determinación de luchar. Estaban inseguros acerca de la lealtad de sus propios marineros, y por lo tanto, dejaron pasar al Potemkin.

Unido con otro acorazado

Este es el punto en el que terminó la película de Eisenstein. Pero, en la vida real, las peripecias del Potemkin estaban lejos de terminar.

Resultó que los temores de los almirantes no eran infundados y uno de sus acorazados desertó de la flota y se unió a los amotinados del Potemkin. Ambos barcos volvieron a Odessa, pero los leales zaristas entre la tripulación del segundo barco prevalecieron, y el Potemkin volvió a encontrarse solo.

El barco revolucionario no podía permanecer en Odessa, y como los marineros revolucionarios no querían exportar su rebelión en la ciudad, el Potemkin partió hacia el puerto rumano de Constanza, esperando también hacerse con comida y combustible. Los rumanos, sin embargo, se negaron a suministrar el barco, por lo que partió hacia el puerto de Feodosia, en Crimea. Allí, sin embargo, tampoco pudo obtener los suministros necesarios, por lo que optó por volver al puerto rumano.

Historia vergonzosa

Mientras tanto, la Flota del Mar Negro envió a un barco que se suponía debía torpedear al Potemkin, pero no pudo encontrar el acorazado que navegaba en la vecindad de Constanza. Las fuerzas principales de la flota se concentraron en su base en Sebastopol, donde la situación también era tensa y se esperaba el estallido de nuevos motines.

El hecho de que la flota imperial no podía ni capturar al Potemkin ni perseguirlo por el Mar Negro era humillante para Rusia. "Esperemos por el amor de Dios que esta historia complicada y vergonzosa termine", escribió el emperador Nicolás II en su diario cerca del final de las aventuras de Potemkin.

La indignación del zar se intensificó por la negativa de Rumania de aprehender y extraditar a la tripulación de Potemkin una vez que el barco ancló allí. Entonces, los marineros abandonaron el barco y obtuvieron un estatus parecido al asilo político. La nave misma, sin embargo, pronto fue devuelta a Rusia, y renombrada Panteleimón, por un santo ortodoxo.

Aquellos marineros a los que las autoridades rusas lograron capturar fueron sometidos a juicio, algunos fueron ejecutados y otros enviados al duro exilio siberiano. Sin embargo, la mayoría de los amotinados regresaron a Rusia sólo después de que el zar fuera derrocado en febrero de 1917.

El Panteleimón en acción

En cuanto al Panteleimón, el barco vio posteriormente algo de acción, viviendo además una serie de percances. En 1909, accidentalmente hundió un submarino ruso. En 1914, poco después del inicio de la Primera Guerra Mundial, el Panteleimón luchó contra la Marina Otomana en la batalla de Cabo Sarych frente a la costa de Crimea, y un año más tarde, atacó a los turcos de su propia costa.

En 1916, el Panteleimón fue retirado, ya que era casi obsoleto, habiendo sido superado por los nuevos avances en la tecnología naval. La nave fue capturada por los alemanes cuando tomaron Sebastopol en mayo de 1918, después de la derrota del Kaiser fue entregado a los aliados.