‘Me gustaría estar todos los días a -20ºC y con sol’, dice un argentino que vive 10 años en Rusia

Archivo personal de Patricio Bastos
Ha cambiado su Córdoba natal por una aventura increíble en Rusia. Se ha establecido en Kírov, se gana la vida como profesor de español e inglés y en su tiempo libre se dedica a viajar por Rusia y descubrir los lugares más impresionante del país eslavo.

Patricio Bastos llegó a Rusia en 2013, primero fue a Arcángel, donde trabajó de profesor en una escuela de idiomas. En Córdoba había estudiado el ruso durante un par de años y decidió mejorar el idioma practicándolo en Rusia y después conseguir un buen trabajo en su país. Finalmente, dio un giro inesperado a su vida y se mudó a Rusia. 

- ¿Por qué tomaste la decisión de trasladarte a Rusia? 

- Yo tenía una vida muy cómoda en Argentina, una vida construida por mi familia. Vivíamos en una casa grande y siempre íbamos de vacaciones... Quería hacer una aventura y me preguntaba si podía arreglármelas para sobrevivir en Rusia. Tenía 25-26 años. Estaba recién graduado de la facultad de Ciencia Política y sabía que era difícil abrirse paso en Argentina con este diploma. 

2-3 años antes había empezado a estudiar el ruso y sabía que cada año había más negocios entre Rusia y Argentina, mi nivel era básico a pesar de que lo había estudiado 3 años en la Universidad de Córdoba y pensaba que al pasar un tiempo largo en Rusia podría estudiar el idioma mejor y tener una ventaja si quisiera trabajar en el comercio exterior. Por ejemplo, en Córdoba había solo 2 traductores de ruso entonces y cada vez más negocios en la parte agropecuaria. 

En un primer momento lo planteé así. Primero estuve 6 meses en Arcángel, luego tuve que irme pero sabía que volvería. Empecé a buscar trabajo y decidí ir a otra ciudad. Un día me propusieron hacer una entrevista en una escuela de idiomas de Kírov y me ofrecieron buenas condiciones. Pensé que mejor eso que vivir en Argentina aunque no era Moscú o San Petersburgo. Entonces pensé en quedarme un tiempo en Kírov y después mudarme a una ciudad más grande. Pero con el tiempo entendí que no era necesario. Entendí que con este trabajo podía permitirme ir a Moscú tanto tiempo que quisiera y no había necesidad de mudarme. A día de hoy no tengo planes para mudarme a otra ciudad.  

Doy clases de español e inglés, aunque desde la pandemia la escuela suspendió sus clases y empecé a buscar a mis propios alumnos. Me fue tan bien que sigo trabajando para mí mismo. 

- ¿En tu tiempo libre te dedicas a viajar?

Sí. Con mi familia he viajado mucho por mi país. Así que al llegar aquí empecé a viajar también. Las primeras vacaciones que tuve las aproveché para ir al Baikal. Aprovechaba también para visitar las ciudades que están cerca de Kírov, como Kazán, Nizhni Nóvgorod. Decidí cada año pasar el 9 de mayo en las grandes ciudades para ver el Día de la Victoria, el primer 9 de mayo fui a Moscú.

Además, me interesaban los lugares profundos. Entonces, en 2014 fui al lago Baikal. Fui en tren, parando en algunas ciudades hasta llegar a Irkutsk. Al año siguiente fui desde Omsk hasta Salejard en barco con un amigo y luego tomamos otro barco que iba más allá del círculo ártico.

- ¿Hasta dónde llegaste?

- He llegado a Antipayuta en la desembocadura del río Obi y allí nos encontramos con los nativos nenets con sus carpas, trineos. En la ciudad de Novi Port tienen el frigorífico bajo tierra donde guardan el pescado para conservar y después venderlo. Esto fue en el 2015.

En 2016 quise ir a Manpupunior en república de Komi. Íbamos a pie a través del paso Diátlov lo que es la parte norte de los Urales, me pareció algo fantástico. Pero el mismo año hice un viaje más pequeño al Parque Nacional de Taganái en Zlatoúst. Cuando volvimos de Manpupunior, recogí a mi esposa en Kírov y nos fuimos a las islas Solovetski. Entonces le dije: ‘Tú querías ir de vacaciones al mar, aquí está’, - se ríe. 

- ¿Es rusa tu mujer?

- Sí, es de Kírov, no le gusta tanto este tipo de viajes porque estoy dispuesto a soprtar todo tipo de incomodidades: sentarme en un tren por la noche, después tomarme un autobús que va de un pueblo a otro, ponerme una mochila pesada... Ella prefere un descanso más relajado. Pero a veces nos podemos coordinar. Una vez ella estaba haciendo unas especializaciones en la Universidad de Penza, estuvimos allí cerca de un mes y yo tenía 2 semanas de vacaciones, era un buen momento para ir al sur porque estbamos muy cerca del mar Negro, tan solo a 1.500 km. (Se ríe). Y pudimos visitar Volgogrado, Elistá (en Kalmukia). 

También fui en coche a Izhevsk, Uliánovsk, me interesaba ver los museos de los aviones. Llegué a Samara, Togliatti. Los fines de semana o cuando tenía un poco de tiempo intentaba ver estos lugares o recorrer la región de Kírov. Me gusta salir con mi cámara, sobre todo en otoño, tratar de fotografiar. 

- ¿Qué parte de Rusia te ha impresionado más hasta ahora: el norte, el Lejano oriente, el sur?

- Antes de venir vi la película El regreso de Zviáguintsev que mostraba el norte, Karelia, región de Leningrado, Para mi este tipo de belleza era muy particular. Las nubes oscuras, el sol y los árboles en color verde, me encantaban estos paisajes y soñaba con viajar por estos lugares. O, por ejemplo, ver las iglesias de madera.

Cuando vivía en Arcángel pude visitar Kizhí y a mi me pareció un lugar impresionante. Lo que ves por primera vez te llama más la atención, queda guardado para siempre. Incluso varias veces volví a esta región. Por ejemplo, Kénozero en el sur de la región de Arcángel me pareció un lugar fantástico.

En Karelia.

A Karelia volví 2 o 3 veces y con mi auto pude recorrer varios de estos lugares, detenerme a orillas de un lago donde hay iglesias de madera, y en verano, en otoño. En otro momento llegué hasta la región de Múrmansk. Y cosas simples por ejemplo hay un lugar que se llama Kandalaksha, que tiene una bahía y una montaña desde la cual puedes ver el mar y creo que hay paisajes que no puedes ver en otros lugares. Por ejemplo, ves el horizonte y no entiendes dónde empieza el cielo y termina el mar, es como un lugar mágico. 

- ¿Has tenido la suerte de ver el autora boreal?

Sí, me sucedió cuando estuve en Arcángel y en Manpupunior. Dormimos en las tiendas de campaña y una noche se pudieron ver. Las luces no fueron tan brillantes pero con verlas un rato, unos minutos... Es algo inolvidable.

- ¿Qué ciudades rusas destacarías?

- En primer lugar, Petrozavodsk por esa combinación de ciudad y naturaleza que tiene. Podías pasar la noche en la ciudad, luego salir a recorrer la región durante el día, volver a la ciudad a comer algo rico y al día siguiente volver a salir. Y como fui 2 o 3 veces a este lugar, pude ver distintas cosas, para mi es la mejor de las ciudades. 

En Kamchatka.

En verano de 2022 fue a Kamchatka, en el mismo viajé fui a Sajalín (estuve 5 días en la isla), Jabárovsk, Komsomolsk del Amur y pasé 3 días en Vladivostok.

En Vladivostok.

Y Vladivostok me volvió loco. Me gustaba el relieve de la ciudad. Hacía mucho calor, veía a la gente muy relajada, el ánimo de estar en la playa.

Playa en Vladivostok.

La ciudad tiene una arquitectura que a veces se pareceía a San Petersburgo.

Vladivostok.

Entonces me pareció un lugar muy lindo. Comida muy rica, al aire libre.

Patricio Bastos en Vladivostok.

Estuve en agosto y me recordaba España, lo de comer paella en la calle. También tiene museos interesantes. Recuerdo una exposición de las fortalezas que había en Siberia. Había una parte que tenía unos micrófonos colgados que te contaban distintas historias: qué plantas crecen, cómo impacta el sol en estos lugares, cómo se organiza la pesca, cómo se construyen las casas... Esto me encantó y la posibilidad de hacer playa en la ciudad, te bañas y sigues caminando, el agua estaba bien de temperatura.

Vladivostok.

Tienen un faro que está en una lengua de tierra y esta lengua de tierra recibe olas de distintas direcciones, es un fenómeno difícil de entender, algo poco habitual, ese lugar me gustó mucho. También pude ir a las playas en las afueras de la ciudad. Había piedras y mucha vegetación. Eran playas diferentes a las que estoy acostumbrado. 

- ¿Y has estado en el sur de Rusia, en el mar Negro?

- Estuvimos solo en Gelendzhik algunos días. Para mi es curioso ver a los rusos actuar cuando hace calor, no es natural en ellos. Y ellos les resulta gracioso verme a mí en invierno, porque puedo estar muy, muy abrigado, todo cubierto, solo se me ven los ojos. Reservamos un día para ir a Rosa Jútor, aquí hay mucho para hacer todo el año, porque puedes combinar la playa con la montaña. Un momento que me gustó mucho fue cuando volvíamos en tren que pasaba por toda la costa e iba fotografiando con mi cámara las escenas de la palya al atardecer, la gente bañándose, divirtiéndose, haciendo windsurf. Fue lo que más me gustó.

¿Cuál era mi estrategia? Yo pensaba que mientras tenía la oportunidad primero debería ir a ver los lugares más difíciles. Ir al sur siempre será mas fácil y accesible, y lo dejé un poco de lado.

- ¿Qué planes de futuros viajes tienes?

- Hay un lugar en Rusia que me llama mucho la atención: es la ciudad de Norilsk y la meseta de Putorana. Quería ir allí el año que viene, pero en la agencia de turismo me han dicho que en Norilsk se ha vuelto restaurar un régimen de autorización y que los extranjeros no pueden entrar en la ciudad.

Pero en Rusia siempre hay alternativas, así que pensaba ir a Magadán. Me gustaría conocer la ciudad y hacer unas caminatas por el lago Jack London y las montañas. 

- ¿Y qué te parecen las ciudades grandes, como Moscú y San Petersburgo? Hasta ahora no las has mencionado...

- He visitado muchas ciudades grandes por toda Rusia, en 2011 estuve 11 días en Moscú y San Petersburgo.

San Petersburgo.

En general, mis tres ciudades favoritas en el mundo son Moscú, San Petersburgo y Budapest. Iba todos los años a Moscú, en el Mundial de Fútbol de 2018 trabajé como guía de turismo durante 40 días y pude recorrer muchos sitios y ver muchos museos. Siempre cuando voy a Argentina me detenía en Moscú y trataba de quedarme 2 o 3 días. En San Petersburgo estuve menos pero me encanta. En 2017 estuve allí en el Día de la Victoria.

El 9 de mayo en San Petersburgo.

Mi hotel estaba justo al lado de la Plaza del Palacio y me levanté muy temprano para colarme en el desfile. Entonces estaba allí el tanque T-34 que abre el desfile y al lado estaba yo.

- ¿Y qué impresión te causó el 9 de mayo?

- Lo vi en Ekaterimburgo, en Moscú varias veces y en San Petersburgo. Me sorprendió mucho ver a los veteranos brindando, a los niños dándoles flores a los veteranos. Era bastante conmovedor escuchar por primera vez todas estas canciones conmemorativas, tiene algo que te llega al coarzón. Me pareció muy emocional. Me sorprendió ver la técnica militar, es algo impactante. El abuelo de mi esposa todavía vive, tiene 99 años y es veterano de guerra, entonces hablar con él a menudo sobre estos temas es algo muy emocionante, tienes el privilegio de hablar con el testigo de la historia. 

Cuando fuimos para el sur, uno de los lugares que yo quería visitar era Volgogrado. Estuve en Mamáiev Kurgán. La música que hay en este monumento, y verlo al atardecer, la silueta de esta estatua es algo impactante...

- Cuéntanos, cómo sobrevives en el clima ruso.

- Cuando llegué me encargué de comprarme ropa aquí porque nada de lo que podía traer sería suficiente. (Se ríe). Tengo la teoría de que hay personas que se adaptan mejor al calor y otras mejor al frío, y me parece que a mí el frío me sienta bien. Paseando por la calle me ha sorprendido ver a las personas que tenían frío y yo no.

El lago Baikal en invierno.
Patricio en el lago Baikal.

Me gusta abrigarme pero cuando caminas por la calle, sientas todo el calor en todo el cuerpo, solo la cara está expuesta al frío y puedes sentir cómo pestañeas, por ejemplo. El frío también me hace sentir activo, es muy lindo cuando hay sol y hace mucho frío.

- A qué temperaturas más bajas has llegado a estar?

- Por ejemplo en Kírov hoy estamos a -26ºC, pero es algo inusual. En general, he llegado a estar a -40ºC.

- ¿Fue en Siberia?

- No, aquí, en Kírov, por las fiestas del Año Nuevo.

Kírov en invierno.
Kírov en invierno.
Kírov en invierno.
Kírov en invierno.

He ido al Baikal a finales de febrero-principios de marzo, quería verlo congelado. Y este fue para mi uno de los mejores viajes.

El lago Baikal en invierno.

No hacía tanto frío pero sí notabas frío al estar mucho tiempo al aire libre.

Lago Baikal.

Lo pude disfrutar: siempre estuve en movimiento y estaba muy abrigado. Me gusta ver la nieve, el hielo y el sol. Lo que más me molesta, en realidad, es la oscuridad o, por ejemplo, cuando no hace suficiente frío, la nieve empieza a derretirse, hay barro y es más difícil caminar.

El lago Baikal en invierno.
El lago Baikal en invierno.

Me gustaría tener todos los días -20ºC y sol en lugar de tener un cielo nublado y estar a -2ºC. 

El lago Baikal en invierno.

Normalmente, voy a Argentina a finales del año y puedo pasar allí cerca de un mes, entonces siempre acorto un poco el invierno. 

- ¿Cuál es tu época favorita del año en Rusia?

- Me gusta el otoño dorado, sé que dura poco, aquí em Kírov son 2 semanas. En Argentina o no lo hay o no es tan intenso como aquí.

Región de Kírov en otoño.
Región de Kírov en otoño.
Región de Kírov en otoño.

Me gusta este período también porque sientes que tienes que estar al aire libre todo lo que puedas antes de que venga el frío. En este período del año agarro el coche y trato de salir y visitar distintos lugares de la región de Kírov, fotografiarlos, tratar de hacer las mismas fotos en verano, en invierno, si se puede. 

- ¿Vas a la dacha?

- Mi suegra tiene su casa de campo, ella quiere que vaya a cosechar las patatas pero no me gusta nada esta idea. (Se ríe). Prefiero ir a lugares de la naturaleza donde podré descansar. Si tuviese una casa de campo, la tendría para relajarme no para trabajar. (Se ríe).

- ¿Y qué otras costumbres rusas te extrañan?

- Al principio, cuando viajaba mucho en tren, las personas que viajaban conmigo querían hablar, entonces podías escuchar los consejos que no has pedido o preguntas muy personales, generalmente, de personas mayores. Una de las cosas que no me gusta de Rusia es Dostoievski. 

- ¿Dostoievski?

- En el sentido de que un hombre mata a la vieja y después está atormentándose toda la vida por haberlo hecho. ¡No lo hagas si te vas a atormentar! Entonces, no puedes disfrutar ni de una cosa ni de la otra. A veces veo esta conducta en las personas. Otra de las cosas que no me gusta: vivo en un barrio normal de Kírov, la rampa para acceder al edificio está tan mal hecha que es imposible usarla. ¿Por qué la han hecho tan mal? Es un edificio que tiene 15 años, pero nadie en todo el edificio se ha movido para solucionarlo. Y es un problema al que las personas se enfrentan todos los días, pero no hacen nada al respecto y me cuesta entenderlo... 

- ¿Y la comida rusa? ¿Te has acostumbrado?

- Creo que hay mucha más variedad de cosas en Rusia que en Argentina. Por ejemplo, allí si quieres comprarte un té, tienes 2-3 variedades en el supermercado y listo. Aquí tienes toda una góndola. Entonces, veo que Rusia es mucho mas abierta comercialmente que Argentina, veo una infinidad de productos que yo no conocía, incluso productos argentinos que en Argentina no consumimos, por ejemplo, los camarones, el marisco. Argentina es muy conservadora en esto, comen 4-5 cosas, nada más. Marisco y pescado es mucho más frecuente y accesible en Rusia. Mi plato favorito aquí es sopa finlandesa, así se llama, se hace con smetana (nata agria) y salmón. Este plato para mi es un manjar. 

Patricio lleva un blog en Telegram donde podrás ver más imágenes de Rusia y sus viajes.

Síguenos en nuestro canal de Telegram: https://t.me/russiabeyondes 

LEE MÁS: La historia de un marinero argentino que se ha enamorado de Taganrog

La ley de derechos de autor de la Federación de Rusia prohíbe estrictamente copiar completa o parcialmente los materiales de Russia Beyond sin haber obtenido previamente permiso por escrito y sin incluir el link al texto original.

Lee más

Esta página web utiliza cookies. Haz click aquí para más información.

Aceptar cookies