Las cosas más insólitas que los cosmonautas rusos han llevado al espacio (Fotos)

Estilo de vida
EKATERINA SINÉLSCHIKOVA
A veces entre las cosas realmente necesarias que se envían a la estación orbital hay algo para la "diversión" y el "alma".

Un anillo de boda y una pajarita

Por algo se llevaron a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI) objetos tan inusuales para el espacio: un anillo de compromiso y una pajarita para una ceremonia de boda orbital. En 2003, el cosmonauta ruso Yuri Malenchenko se comprometió en ausencia con su amante Ekaterina Dmítrieva: toda la ceremonia se celebró por videoconferencia, y los recién casados se pusieron los anillos ellos mismos. El novio contó incluso con un testigo espacial: el astronauta Edward Lu. Contamos en detalle esta boda aquí.

Instrumentos musicales

Para acortar de algún modo las veladas espaciales, muchos astronautas llevan consigo instrumentos musicales en órbita. Uno de los primeros en hacerlo fue Alexánder Ivánchenkov, que en 1978 tocó para sus colegas con una guitarra acústica. Fue entregada especialmente a bordo de la estación Saliut-6 con ayuda de la nave de carga Progress-2. Para que la guitarra sonara con normalidad fue necesario aflojar un poco la tensión de las cuerdas e introducir espuma en el interior del propio instrumento.

El cosmonauta Oleg Kononenko optó por un instrumento más exótico. En 2011, se llevó consigo el instrumento nacional de Yakutia, el arpa de boca, el jomus, y lo tocó en ingravidez.

Por su parte, el cosmonauta Román Romanenko en 2012 prefirió la armónica. Incluso antes del vuelo admitió que no sabía tocarla, pero dijo que durante su vuelo quería aprenderla para apoyar al equipo.

Antorcha olímpica

El principal símbolo de los Juegos Olímpicos ha conseguido visitar el espacio. En 2013, los cosmonautas rusos Oleg Kotov y Serguéi Riazanski llevaron la antorcha a la EEI: la portaron por todas las salas de la estación y estuvo en manos de todos los miembros de la tripulación, incluidos sus colegas extranjeros. La antorcha se llevó incluso al espacio exterior: allí Kotov y Riazanski se la pasaron unos a otros, imitando una carrera de relevos, y luego filmaron el acontecimiento con una cámara de vídeo. Posteriormente, el símbolo olímpico regresó a la Tierra y fue entregado a los representantes del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos.

Peluches

Otra tradición es llevarse pequeños peluches en los vuelos. No es sólo una especie de ritual, sino que también tiene una utilidad práctica, porque cuando cambia la gravedad, los objetos más ligeros son los primeros en "despegar". Así es más fácil para los astronautas trazar su camino desde el cosmódromo hasta la alta atmósfera y calcular sus acciones posteriores.

Entre estos juguetes hubo incluso un símbolo de los Juegos Olímpicos de 1980: un osito de peluche llamado Misha. Su diseño se ideó dos años antes de los Juegos, por lo que en 1978 Misha se encontraba en la estación Saliut-6. Fue enviado al espacio por un avión soviético por los cosmonautas soviéticos Vladímir Kovalenok y Alexánder Ivanchenkov.

Por su parte, el famoso personaje de dibujos animados Cheburashka estuvo en el espacio hasta dos veces. El primer vuelo tuvo lugar en 2016, y el segundo, en 2022. La última vez Cheburashka fue entregado por el estudio Soyuzmultfilm personalmente al comandante de la nave Soyuz MS-22, Serguéi Prokopiev.

Golf espacial

Así es, ¡enviaron al espacio un palo y unas pelotas de golf! En 2006, el cosmonauta ruso Mijaíl Tiurin envió una pelota de golf a la órbita terrestre durante un paseo espacial. Sin embargo, no lo hizo por diversión, sino como parte de una campaña publicitaria para la empresa canadiense Element 21. La pelota de golf no era corriente: estaba hecha de una aleación especial de metal y su peso era 15 veces menor que el de una pelota normal (sólo 3 gramos). Poco después del impacto, la pelota ardió en las densas capas de la atmósfera.

Iconos

Son invitados bastante frecuentes en las naves espaciales rusas. El cosmonauta Oleg Artémiev explica que los lleva a petición del clero, y también añade que llevar iconos es "una necesidad de la gente que vuela al espacio". Los iconos no tienen condiciones especiales de almacenamiento, y pueden guardarse en cualquier sitio: desde el compartimento de carga hasta un traje espacial.

Objetos de arte

De todas las cosas que los cosmonautas rusos han llevado a la EEI, ésta es la más insólita. La escultura "Aspr1m (Asprim)" de Taras Zheltishev viajó al espacio a finales de agosto de 2023 y regresó a la Tierra un mes después. El objeto artístico es sólo una pequeña parte de la gran colección de juguetes artísticos de Zheltishev, cada uno de los cuales tiene su propio nombre e historia. "Asprim" representa la "Estación Curiosity" en el universo ficticio del artista. "Para mí, es una oportunidad de demostrar que el arte puede ir más allá del marco habitual", - comentó el propio autor el envío de Asprim al espacio.

Casete con canciones de Visotski

En 1977, los cosmonautas Yuri Romanenko y Gueorgui Grechko viajaron a la estación Salyut-6. Decidieron llevar consigo un casete con canciones de Visotski. Cuando llegó el momento de regresar a la Tierra, quisieron dárselo al propio artista, poniendo en él el sello de la estación como confirmación de que sus canciones habían estado realmente en órbita terrestre. Sin embargo, más tarde decidieron conservarlo a bordo, para las siguientes tripulaciones. Aunque el casete se quedó en la estación, los cosmonautas decidieron llevarse la caja con la funda guardapolvo y se la regalaron a Visotski tras una de sus actuaciones.

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