5 canciones de Vladímir Visotski que tienes que conocer

TASS
Fue todo un símbolo en la URSS. Único en muchos sentidos, seguro que no confundes su voz con la de nadie

Nacido en el seno de una familia pobre de Moscú en 1938, Vladímir Visotski se convirtió en un talentosos cantante, autor de canciones y actor. Entre sus mejores actuaciones se encuentran la de capitán de la policía en la serie televisa El lugar de encuentro no puede cambiar, la de oficial del Ejército Blanco en Dos camaradas estaban sirviendo y la de Don Juan en Pequeñas Tragedias.

Su actuación teatral más famosa fue la de Hamlet en el teatro Taganka de Moscú, el escenario más moderno durante las décadas de 1960-70.

Todo lo que Visotski hizo, bien fuera en el teatro, como cantante o simplemente su vida, lo hizo lleno de nadriv, que se define como una especie de arrebato emocional incontrolable, cuando una persona saca fuera sentimientos profundos y escondidos. Murió bastante joven, a los 42 años, en la cima de su fama. Desgraciadamente, tenía un lado oscuro y su vida estuvo afectada por el alcohol y las drogas. El 25 de enero habría cumplido 80 años.

Su vida fue como la una estrella de Hollywood. Siempre tuvo automóviles caros, chaquetas de cuero a la última moda y estaba rodeado de las mujeres más bellas. Su última esposa fue la actriz francesa Marina Vladi. Todos los hombres soviéticos envidiaban a quien estuviera casado con una mujer extranjera.

Visotski compuso cerca de 600 canciones, que cantaba tocando su guitarra. Aquí presentamos algunas de ellas, que siguen siendo populares, y seguro que reflejan la misteriosa alma rusa.

1. Adiós a las montañas

“Mejor que todas las montañas es el Monte,

que nadie ha subido nadie todavía”.

Esta frase se ha convertido en un popular aforismo en Rusia. Se trata de una canción de la película Vertical (1967), en la que Visotski tiene un papel destacado y toca varias canciones. Dice que siempre que alguien va a la montaña deja allí su corazón. Y cada vez que alguien siente pena al abandonar las montañas no hay nada que se pueda hacer porque “a veces incluso los dioses bajan a la tierra”.

Esta canción es una especie de himno para los alpinistas y mochileros rusos. Así que la siguiente vez que estés en el monte, agarra una guitarra y canta esta canción cuando estés sentado alrededor de una fogata.

2. No me gusta

“No me gusta cuando un extraño lee mis cartas

echando un vistazo sobre mis hombros”.

En una entrevista con Visotski  trató de explicar a los periodistas su propio credo vital con esta canción.

En general no le gustan las cosas que rechaza un hombre fuerte y honesto: los rumores, la autoconfianza extrema, cuando alguien trata de darte una puñalada por la espalda o cuando alguien trata de meterse en tu alma. Se indigna “cuando sufren los inocentes” y no está contento consigo mismo cuando actúa con cobardía.

3. Caballos caprichosos

“Pero mis caballos son tan caprichosos, tan difíciles de complacer.

No dejan tiempo para la vida, para una canción...”

Esta canción imita las antiguas melodías rusas e incluso cuenta con motivos de un viejo romance gitano. Es uno de los mejores ejemplos del nadriv con el que solía cantar Visotski. Se trata de una historia lírica de un hombre que siente que la muerte está cerca y grita: “Corred más lento, caballos míos, corred más lento”. Quiere vivir un poco más: “Déjame estar en el precipicio”.

Échale un vistazo a le escena de la película Noches Blancas, en la que Mijaíl Baríshnikov baila al son de esta canción de Visotski.

4. Gimnasia mañanera

“Si estás en tu apartamento,

simplemente túmbate en la alfombra.

¡Un, dos, tres! ¡Completa los movimientos correctos!”

Junto con las canciones llenas de angustia, Visotski también tenía algunas alegres como Por qué los salvajes se comieron al capitán Cook. Quizá Gimnasia mañanera (1968) sea una de sus canciones divertidas más famosas de Visotski.

5. Canción lírica

“¿Qué día de la semana, en qué momento

vendrás a mí cautelosamente?

¿Cuándo te llevaré en mis brazos,

a donde sea imposible encontrarte?

Como hombre de un pensamiento y sentimientos profundos, Visotski también escribió canciones románticas. Esta canción que dedicó a su esposa Marina te hará llorar. El héroe canta a su mujer que la sacará incluso de un bosque mágico, incluso si la Madre Naturaleza trata de pararlo.

Si quieres saber más sobre el impacto de Visostki en la cultura rusa, lee este artículo

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