La República Popular de Tuvá era un pequeño estado de Siberia oriental que recibía apoyo constante de la URSS. En tiempos difíciles, los tuvános se apresuraron a echar una mano a su "hermano mayor".
Pocas horas después del ataque del Reich a la Unión Soviética, Tuvá declaró la guerra a la Alemania nazi y ofreció su apoyo a la URSS.
Según la leyenda, a Hitler le hizo gracia la declaración de guerra de Tuvá, ya que nunca la encontró en el mapa. Sin embargo, nunca hay que subestimar al pueblo de Tuvá.
Durante la guerra, la República transfirió a la Unión Soviética todas sus reservas de oro, 50.000 caballos de guerra, así como 700.000 cabezas de ganado, 52.000 pares de esquís, 10.000 abrigos de piel de oveja, cientos de toneladas de productos agrícolas, así como diez cazas Yak-7B construidos con donaciones de los habitantes.
8.000 tuvános participaron en los combates contra los alemanes en las filas del Ejército Rojo. 5.000 de ellos recibieron condecoraciones y 11 tuvanos fueron incluso reconocidos como héroes de la Unión Soviética.
En 1944, la República de Tuvá pasó a formar parte de la URSS, y en la actualidad el territorio forma parte de la Federación Rusa.
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