Aunque los trenes rusos son conocidos por llegar siempre a tiempo, aparentemente son notoriamente lentos en comparación con los trenes de otros países europeos.
Por ejemplo, la velocidad máxima de los trenes de larga distancia propulsados por locomotoras eléctricas fluctúa entre 100 y 120 km/h (62-74 mph), y rara vez alcanza los 140 km/h (87 mph). En cambio, los trenes de larga distancia de Alemania, España, Francia y Turquía suelen considerarse de alta velocidad, ya que pueden alcanzar los 320 km/h.
El tren más rápido de Rusia, el Sapsan Siemens Velaro, que conecta Moscú con San Petersburgo y Nizhni Nóvgorod, viaja a una velocidad máxima de sólo 250 km/h.
¿Por qué son tan lentos los trenes de pasajeros rusos? Hay varias razones:
Una de las razones es la célebre lentitud de los trenes de carga que a menudo utilizan las mismas vías que los trenes de pasajeros.
“Es más fácil coger una mochila al hombro y caminar hasta Vladivostok que llegar en un tren de mercancías, cuya velocidad media es de solo 18 kilómetros al día”, dijo en 2014 el entonces viceprimer ministro Arkadi Dvorkovich.
Poco ha cambiado desde entonces. De hecho, el problema es grave y está causado no solo por la lentitud de los trenes en sí, sino también por la escasa capacidad de circulación de las vías férreas.
En teoría, es posible acelerar los trenes de mercancías, pero esto requeriría muchas inversiones en nuevas infraestructuras que muy probablemente provocarían un aumento de los precios de las mercancías transportadas, como el carbón, por ejemplo.
Para evitar este resultado indeseable, los trenes de mercancías siguen siendo lentos y los trenes de pasajeros (que teóricamente podrían ir mucho más rápido) se ven obligados a ajustar su velocidad al horario de los lentos trenes de mercancías.
Otra cosa que ralentiza la velocidad media de los trenes de pasajeros en Rusia es el problema de los llamados “cuellos de botella”, partes de las rutas con poca capacidad de tráfico en las que los trenes se han congestionado y tienen que esperar su turno para pasar.
La mayoría de estos cuellos de botella se encuentran a lo largo del ferrocarril transiberiano, la principal arteria de transporte del país.
“[En Rusia], por el 20% de las líneas ferroviarias pasa el 80% del tráfico de mercancías y por el 80% de las otras líneas ferroviarias pasa sólo el 20% del tráfico de mercancías”, dijo el entonces jefe del Departamento de investigación del transporte ferroviario del Instituto de Monopolios Naturales, Vladímir Savchuk, en una entrevista con el periódico Kommersant (en ruso).
El experto también dijo que la compañía de Ferrocarriles Rusos (el monopolio estatal que gestiona el transporte ferroviario en Rusia) está interesada principalmente en desarrollar este 20% de las vías férreas dejando el resto desatendido.
Este problema hace que se reduzca la velocidad media de los trenes de mercancías y de pasajeros en general.
“En nuestro país hay muy pocas ‘líneas de seda’, es decir, las vías que no tienen cruces [que tienen las vías regulares] que puedan soportar la capacidad total de los trenes de alta velocidad”, dijo Sofía Dorófieva, que hace un par de años se convirtió en la primera mujer en Rusia en obtener el título de conductora de tren.
Sorprendentemente, el cambio de una economía planificada por el Estado a una de libre mercado que se produjo en Rusia tras la caída de la Unión Soviética en 1991 también causó algunos problemas a los trenes.
El sistema ferroviario desarrollado en la Unión Soviética se diseñó para satisfacer las necesidades de la economía planificada por el Estado, que no ponía mucho énfasis en la exportación. Cuando Rusia pasó a una economía de mercado en 1991, resultó que había demasiados vagones de carga en el país (más de un millón en total (en ruso) y aproximadamente 240.000 más de los necesarios) y estos vagones de carga vacíos obstaculizaban una logística ferroviaria eficiente que se estaba reorientando rápidamente hacia las necesidades de importación y exportación de la nueva economía rusa.
A medida que aumentaba el número de mercancías que se trasladaban al extranjero, la antigua infraestructura no ofrecía la misma eficacia y provocaba que los trenes fueran más lentos en general, ya que la reducción de la velocidad de los trenes de mercancías también ralentizaba la de los trenes de pasajeros.
Mientras las autoridades rusas buscan formas de mejorar la velocidad de los trenes en el país, los pasajeros impacientes pueden encontrar la salvación en disfrutar del ritmo pausado de los trenes rusos.
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