Recientemente el Ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, lanzó la idea de construir varias ciudades nuevas en Siberia, cada una de ellas con una población de entre 300.000 y un millón de habitantes, con la idea de desarrollar este territorio en gran parte indómito, ¿qué piensan los rusos de un proyecto tan ambicioso y cuántos de ellos parecen dispuestos a dejarlo todo para mudarse a estas posibles futuras ciudades? Para averiguarlo, el banco Otkritié realizó una encuesta cuyos resultados fueron comunicados por la agencia de prensa RIA Novosti.
Los resultados muestran que el 40% de los encuestados ven con buenos ojos esta posible iniciativa, sobre todo porque podría contribuir a mejorar la situación demográfica del país. El 27%, en cambio, se opone por considerar que representaría un gasto inútil y considerable de dinero. El 23% no había oído hablar de la idea, mientras que el 10% se muestra indiferente.
También se descubrió que el 7% de los rusos estaría dispuesto a trasladarse a estas nuevas ciudades sin dudarlo, y el 16% de los que ya viven en Siberia. El 41% de los encuestados dijo que estaría dispuesto a considerar ese traslado bajo ciertas condiciones, mientras que el 51% dijo que no querría vivir allí en absoluto, una cifra que se eleva al 60% en San Petersburgo y la región de Moscú, pero que desciende al 32% entre los siberianos.
De hecho, el 29% de los rusos afirman que se trasladarían a estas ciudades si se les garantizara un puesto de trabajo y un salario 2-3 veces superior al actual. El 12% podría verse tentado por una prima de asentamiento de más de un millón de rublos (11.760 euros), mientras que el 11% dice estar interesado principalmente en las cómodas condiciones de vida y la desarrollada infraestructura urbana que podrían ofrecer estas modernas ciudades.
Entre los detractores, las principales razones aducidas fueron que el clima es demasiado duro (44%), la situación geográfica demasiado remota (31%) y la simple falta de deseo de cambiar de lugar de residencia (28%).
La encuesta se realizó entre el 22 y el 24 de septiembre entre 1.015 ciudadanos de entre 18 y 65 años y residentes en ciudades de más de 100.000 habitantes.