1. Hacer un gran viaje a Rusia...
Si planeas un viaje corto a Moscú y San Petersburgo, entonces no tienes necesidad de pasar años aprendiendo todos esos casos y declinaciones de palabras. Aunque si vas a cruzar el país en el transiberiano, ir al lago Baikal o a las tierras del Lejano Oriente ruso como Kamchatka, siempre será muy útil aprender un par de frases.
“Si planeas quedarte en Rusia por un largo período de tiempo, es extremadamente útil conocer el idioma”, comenta la lectora de Russia Beyond Carolyn Cooper. “El único lugar donde se habla inglés es en los hoteles. Aunque los rusos sepan algo de inglés, no lo oirás en la calle”.
2. Hacer negocios en Rusia
Rusia es un país atractivo para muchos trabajadores extranjeros. Obviamente, si consigues un trabajo en una compañía internacional con sede en Rusia o si te contratan como especialista en español desde el principio, no tendrás prisa por aprender el ruso. Sin embargo, como hemos mencionado antes, el ruso te será útil fuera del trabajo, en la vida cotidiana, sobre todo, si vives lejos de la capital.
Si planeas crear tu propia empresa y empezar a hacer negocios en Rusia por tu cuenta, hablar el idioma es esencial. En primer lugar, tendrás que tratar con la legislación que solo está en ruso y luego tendrás que contratar a gente rusa o encontrar socios.
“Sin conocer el idioma, no conseguirás nada, no importa si estás en Rusia o en cualquier otro país. Tienes que hablar con los clientes en su idioma”, dice Yolanta, una mujer de negocios de Lituania.
3. Leer la gran literatura rusa ¡en ruso!
Cualquier traducción, incluso la aclamada por los críticos y académicos, sigue siendo eso... una traducción. Julian Lowenfeld, poeta estadounidense y traductor de Alexánder Pushkin, admite que en inglés las palabras no tienen tantos matices emocionales. “Toma la palabra ‘hermano’ - en ruso puede ser mocoso, o bratok, o bratishka, o bratuja - y todo esto cambia el contexto y la relación emocional”.
La literatura rusa puede salvarte de la depresión y de los peores momentos de tu vida. Una mujer llamada Mary Hobson leyó a Tolstói cuando su marido estaba en su lecho de muerte, y a los 56 años decidió aprender el idioma - ahora tiene 94 años y es traductora de varios libros rusos.
Adentrarse en la literatura rusa, y especialmente la poesía, suponer abrirse a todo un mundo nuevo y sumergirse en la búsqueda eterna del significado de la vida. Además de trazar un camino para explorar la naturaleza de los seres humanos.
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4. Descubre algo nuevo sobre ti mismo
En primer lugar, aprender ruso es una gran práctica cognitiva para tu cerebro y una prueba para tu paciencia. Es un desafío constante y las interminables reglas, las palabras intraducibles y los sonidos extraños nunca dejarán que te aburras. Pero, además, es una oportunidad para conocer la peculiar mentalidad de los rusos (que, probablemente, sea muy diferente a la tuya) y para adentrarse en la misteriosa alma rusa, lo que te permitirá revelar los rasgos de tu propio carácter que tal vez hayan estado ocultos.
El actor británico Andrew Byron admite que cuando habla ruso se convierte en una persona diferente. “El inglés Andrew Byron es muy reservado, bastante tímido, y luego está ‘Andrei’, que es mi parte rusa. Es más extrovertido, hablador, atrevido y aventurero. Como inglés, soy cauteloso, ‘Bueno, tal vez, no estoy seguro’, mientras que como ruso, soy más decidido, como una voz que susurrase, ‘sí, hagámoslo!’”.
5. Impresiona a tus amigos (¡y a los ladrones!)
Créenos, si aprendes a maldecir en ruso, te convertirás en el centro de atención en cada reunión y nunca dejarás de divertir a tus amigos. No es que aprobemos los insultos en cualquier idioma, pero ¡es un hecho! ¿Recuerdas lo divertido que fue cuando Elizabeth Olsen le enseñó a Conan O'Brien unas cuantas palabras traviesas en ruso en su programa Late Night? De este vídeo, que tiene casi 3 millones de visitas todavía se sigue hablando en Internet.
Otra situación en la que simplemente tienes que saber algo de ruso es para evitar ser asaltado. El actor Dan Soder dijo una vez que siempre tenía mucho miedo de salir por la noche, pero luego se le ocurrió un truco: empezó a hablar con gente potencialmente peligrosa con un falso acento ruso.
Ahora imagina el efecto que tendría...