El líder de la expedición, Alexánder Gúsev, explicó que se trata de un monumento funerario perteneciente a un hombre desaparecido o ahogado. Además del muñeco, que encarna el espíritu del difunto, los investigadores descubrieron dentro de la tumba un hacha, puntas de flecha y placas de hierro y cobre.
En las cercanías hubo otros hallazgos, entre otros, la tumba de una mujer con multitud de joyas: pulseras, pendientes, collares. Cerca de su cabeza había un caldero al revés, como marcaba la tradición.
En el campo de Niurymposllor había también dos tumbas pertenecientes a niños, incluyendo uno de seis u ocho años. La oficina de prensa explica que es de particular interés para los investigadores porque contenía muchos artefactos: cajas de cobre, cuchillos de hierro, varias placas y botones.
No es la primera vez que se encuentran tumbas de niños de esta edad en la zona. Suelen contar con abundantes objetos, por eso se puede deducir que “la población del norte de Siberia Occidental solía dar especial importancia a los niños de esta edad”. Es posible que esté relacionado con la transición de la infancia a la edad adulta. “Los chicos fueron enterrados con singular devoción”, explica Alexander Gusev. Cree que un mayor estudio de este lugar de enterramiento del siglo XIX puede proporcionar a los investigadores una cantidad significativa de material para reconstruir la historia de la región y sus territorios vecinos.
Una vez inventariados, los hallazgos se enviarán a un complejo de museos locales.
Además de los científicos de Yamal, participaron en la misión arqueólogos y especialistas de Tomsk, Siktivkar y Ekaterimburgo.
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