Prueba el ayuno de dopamina, de moda en Silicon Valley, como lo hacían los ascetas rusos

Pixabay, Russia Beyond

Según una nueva tendencia en Silicon Valley, para aumentar la productividad viene bien eliminar cualquier experiencia que traiga placer, lo que hace que haya picos de dopamina en el cerebro. Se trata de una especie de ayuno mental. Pero los “nerds” de California no fueron los primeros en tener la idea. Los ermitaños rusos habrían hecho que los chicos de Sillicon Valley parecieran aficionados. .

La dopamina es un neurotransmisor que lleva mensajes de una parte del cerebro a otra. Cada vez que sientes placer, ya sea por la comida, la bebida, la interacción social o una buena película/libro, se libera dopamina como una especie de “recompensa” para el cerebro.

Modelo de una molécula de dopamina

Los “geeks” de Silicon Valley dicen que nos enganchamos a la dopamina, de la misma manera que a una sustancia ilícita. Cameron Sepah, profesor clínico de psiquiatría en la UC San Francisco, es el principal defensor de la práctica, y en su perfil de LinkedIn tiene una guía de ayuno de dopamina. “Descansar de los comportamientos que desencadenan fuertes cantidades de liberación de dopamina (especialmente de forma repetida) permite a nuestro cerebro recuperarse y restaurarse”, escribe.

El ayuno de dopamina significa no comer, no comunicarse, no tomar nada tóxico, no leer, no interactuar físicamente. Obviamente, no tener sexo y no hacer ejercicio activo. ¿Cuánto tiempo dura esta pausa? Algunos lo hacen durante solo por un día, otros se las arreglan durante más tiempo, pero, tampoco es fácil dejar el mundo de lado durante mucho tiempo, y menos cuando se trabaja en el ámbito de la tecnología. Aunque hay mucho escepticismo sobre la utilidad de estos ayunos de dopamina. En Russia Beyond hemos decidido explorar las prácticas de ayuno espiritual y mental que hacían algunos ermitaños ortodoxos. Depende de ti adoptarlas o no.

Sin comida

San Serafín de Sarov

San Serafín de Sarov (1759 - 1833) vivió en una celda monástica en el bosque a partir de los 40. Cada semana iba a un monasterio cercano, comulgaba, tomaba un poco de pan y volvía a su existencia solitaria. Sin embargo, más tarde se supo que Serafín usaba el pan para amansar a los animales del bosque, mientras que él se limitaba a comer aegopodium, una especie de hierba del bosque.

Sin contacto físico

San Teófano el Recluso

En 1866 San Teófano el Recluso (1815 - 1894), un conocido y venerado obispo, predicador y teólogo, dejó todos sus asuntos eclesiásticos y se retiró a un monasterio. Después de seis años, en 1872, decidió recluirse por completo, sin ver a nadie, pasando sus días leyendo y escribiendo, y realizando servicios religiosos en una capilla que hizo en su celda. Su reclusión duró 22 años, hasta su muerte en 1894. Murió solo en su celda.

Sin comunicación

San Nilo de Stoloben

San Nilo de Stoloben (finales del siglo XV - 1555) comenzó su dura vía de ermitaño en 1515, cuando se mudó del monasterio de Kripetski a una aislada casa del bosque, donde pasó 13 años. En 1528 decidió retirarse por completo y se mudó a la isla de Stolobni (en el lago Seliguer, en la región de Tver), donde comenzó a vivir yendo de refugio de refugio, y más tarde se construyó una casa.

Durante 27 años San Nilo vivió solo, cultivando plantas para alimentarse y sin comunicarse con nadie. El único hombre con el que habló fue el sacerdote que fue antes de la muerte de Nilus para permitirle comulgar y escuchar su última confesión.

Sin hacer ejercicio

San Simón Estilita

Hubo una serie de ascetas cristianos que vivían en plataformas sobre las columnas. Se dedicaban a predicar, ayunar y rezar. El más conocido fue Simeón Estilita el Viejo, (390 - 459), que permaneció en su pilar durante 37 años hasta su muerte.

San Serafín de Sarov también era un estilita, excepto que usaba una piedra maciza como lugar de penitencia. Estuvo de pie en una piedra durante 1000 días consecutivos, rezando. La gente se acercaba a él para pedirle consejo espiritual y veían que los animales no atacaban al asceta. Aunque sí que lo hicieron algunas personas. Según la hagiografía de Serafín, unos ladrones se enteraron de que esperaba recibir cuantiosos regalos e importantes ofrendas. Los bandidos le atacaron y le rompieron con un hacha. Pero Serafín no se defendió, aunque era un hombre joven y fuerte ya que hacerlo habría implicado romper sus votos. Los ladrones no encontraron nada cerca de él y se fueron.

Un monumento de San Serafín de Sarov

Sobrevivió al ataque aunque quedó encorvado para el resto de su vida. Más tarde, cuando los atacantes fueron detenidos, Serafín los perdonó.

¿Qué les espera a los que hacen ayuno de dopamina?

James Sinka, un empresario de Silicon Valley, dice que el ayuno de dopamina es “una oportunidad para parar, reflexionar y volver a comprometerse de la manera que queremos, no de la manera en que hemos sido entrenados”. Por su parte, Trevor Cox en su Libro de los sonidos argumenta que los sonidos de la naturaleza, el aislamiento y la escasa comunicación descargan nuestro cerebro, lo que nos trae sentimientos de felicidad y serenidad.

Quizá sea precisamente eso lo que buscan en Silicon Valley, un poco de felicidad en medio de bulliciosas carreras. Bueno, nosotros nos limitamos a comentar que gracias al entrenamiento los ascetas rusos fueron capaces de alcanzar la iluminación e incluso la santidad. ¿Deberíamos, entonces, esperar que dentro de poco aparezcan iluminados desarrolladores de tecnología?¿Y Facebook, la mayor granja de dopamina del mundo, habría podido salir de la mente de un desarrollador ascético?  

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