FSB vs. SOBR: unidades de las fuerzas especiales rusas se enfrentan para elegir al mejor soldado

Estilo de vida
NIKOLÁI LITOVKIN
Un corresponsal de ‘Russia Beyond’ presenció un enfrentamiento secreto entre las mejores fuerzas de operaciones especiales que luchan contra los islamistas radicales en las montañas de Daguestán.

Veinte de los mejores agentes del Servicio Federal de Seguridad (FSB) y de la Fuerza Especial de Despliegue Rápido (SOBR) de Rusia fueron invitados a las montañas de Daguestán a principios de abril. No para celebrar una fiesta: el objetivo del encuentro era identificar era encontrar el agente más efectivo de los que operan en la región.

Bloquear y cargar

A los hombres se les asigna un itinerario y se les encomiendan misiones para eliminar varios objetivos. Después de una sesión informativa, el grupo se divide y los soldados preparan los cinturones de munición para las ametralladoras situadas en sus vehículos. Todas las unidades llegaron a las montañas en sus propios medios de transporte, cada una llevando rifles Kaláshnikov con 500 cartuchos de munición de 7,62 x 54 mm en el maletero. Sería impensable para un ruso de a pie salir a la carretera con una ametralladora en su coche, pero si eres un oficial del FSB en servicio activo, en una región que lucha contra algunos terroristas, no hay problema.

Mientras tanto, un oficial explica la diferencia entre los pandilleros urbanos y los terroristas escondidos en las montañas y en el Medio Oriente. “Las pandillas temen a la muerte, mientras que los radicales no. Esa es la diferencia fundamental que hay que tener en cuenta cuando se persigue a personas que no tienen nada que perder y para quienes la muerte es sólo el comienzo de una vida nueva y mejor. Han sido objeto de un intenso lavado de cerebro. Creen sinceramente que están librando una yihad (guerra santa) al asesinar a mujeres, niños e ‘infieles’. Esa es la diferencia”.

Avanzando contra el terror

Diez minutos después, resuena el fuego de los rifles automáticos. Es la señal para el inicio de la primera misión: un avance acelerado para destruir a “terroristas” en un lugar determinado. Un operativo se pone a cubierto en cuanto surge la oportunidad  y dispara una serie de 50 ráfagas desde sus AK en la dirección del “enemigo”.

La unidad se encuentra con dos terroristas a 75 metros de distancia. Después de otra tanda de disparos, es hora de seguir adelante: los objetivos han sido eliminados. Pero momentos después los soldados se ven obligados a ponerse a cubierto una vez más. Esta vez están recibiendo balas desde sólo 30 metros de distancia, por lo que las unidades cambian sus AK por pistolas Yariguin, que son más fáciles de manejar durante el combate a corta distancia. Un agente, tumbado, dispara 32 balas. Es hora de moverse. Las unidades corren hacia el siguiente objetivo: cuatro terroristas, situados a 200 metros de distancia. Un coro de ametralladoras canta al unísono.

Hora de correr

Un agente salta sobre un vehículo blindado en movimiento. Mientras viaja a toda velocidad, se inclina por una escotilla y dispara a un terrorista en un viejo automóvil, que queda destrozado. Es el fin. El enemigo ha sido derrotado. Un hombre emerge de la zona objetivo. Está a punto de echar el bofe y es recibido por sus compañeros de servicio y una multitud de jóvenes que han sido llevados al campo de entrenamiento para ver a los hombres de operaciones especiales con sus propios ojos.

Al final de la competición, un agente de las fuerzas especiales del FSB de los que cubren la república de Chechenia fue declarado vencedor. Quedaron en segunda y tercera posición un agente del FSB y de la SOBR de la república de Daguestán.

Estas personas han pasado los últimos 10 años en las montañas vecinas, luchando contra los islamistas radicales. Según cifras oficiales del Ministerio del Interior, prácticamente no quedan terroristas en Daguestán gracias a sus esfuerzos. “No queda ni una sola célula activa en Daguestán. Sólo ocho terroristas permanecen en la lista de buscados”, afirmó en 2018 el ministro del Interior de la región, Abdurashid Magomédov.

Según los propios operativos, los enfrentamientos armados se han convertido en una verdadera rareza, aunque todavía se les envía regularmente a realizar ejercicios y operaciones de patrulla en las montañas durante varias semanas, para comprobar el estado de seguridad de la región.

El objetivo principal de las operaciones se centra ahora en la lucha contra la promoción de la ideología terrorista. “En Daguestán hay intentos incesantes de revivir células de organizaciones terroristas internacionales con combatientes que regresan a Daguestán desde el Medio Oriente”, aseguró Magomédov.

Los servicios de seguridad trabajan día y noche para mantener a los grupos islamistas radicales alejados de los medios de comunicación social y para detener a los agentes de reclutamiento, así como para vigilar los movimientos de los terroristas e ideólogos radicales que regresan desde el extranjero.

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