Humor, marihuana y política: así se adapta un moscovita a vivir en Israel

Archivo personal
¿Cómo convertirse en el ‘ministro del humor’? ¿Cuánto tiempo se tarda en aprender la jerga local? ¿Cómo adaptarse a una nueva forma de vida? Estas y otras preguntas han sido respondidas por Emil Rabinóvich, quien hace un año cambió el invierno ruso por Haifa.

Hace frío en Rusia. Decidí mudarme porque el clima ruso no es para mí. Quiero bañarme bajo un sol cálido, rodeado de una exuberante vegetación y de la positividad. Como tengo raíces judías y el derecho a mudarme a Israel, decidí instalarme aquí.

No me gusta la ley rusa sobre la marihuana. En Israel la ley es más tolerante, y aquí se toman en serio las propiedades medicinales del cannabis. Creo que es un enfoque más culto.

Un año después de mudarme, puedo mantener una conversación básica en hebreo. Todavía no lo hablo bien, no es el lenguaje fonéticamente más melodioso y puede ser bastante peculiar a veces, pero hay idiomas más complicados por ahí.

Hay muchos rusos en Israel. Y muchos más rusoparlantes, incluyendo bielorrusos, ucranianos y georgianos. El 10 o incluso el 20% de la población de Haifa es una diáspora de habla rusa. Estamos bastante aislados y en la mayoría de los casos nos comunicamos entre nosotros. Hablamos con los israelíes en hebreo principalmente en las tiendas y a veces en el trabajo.

Cuando digo que soy de Moscú, todo el mundo se sorprende. Porque Moscú es una ciudad llena de oportunidades y Rusia es un país enorme. Los rusoparlantes en Israel tienen menos oportunidades y más obstáculos, el principal de los cuales es el idioma.

Un grupo de repatriados (entre ellos yo) hemos creado el Ministerio del Humor. Es básicamente una comedia en vivo en ruso. En Rusia, y aquí también, hicimos nuestra propia versión del KVN [un popular programa ruso de sketchs]. Continuamos con la comedia y más tarde nos juntamos para hacer monólogos. Al comienzo, la mayoría de los que venían a nuestras actuaciones eran amigos y amigos de amigos, pero ahora nos anunciamos y conseguimos que aparezcan personas al azar en busca de risas.

Estoy grabando vídeos preelectorales para un candidato electoral. Una de las razones para mudarme fue mi insatisfacción con la actual situación política en Rusia. Creo que hay más democracia aquí. Recientemente se han celebrado elecciones regionales en todo Israel, y los candidatos hicieron campaña y celebraron distintos actos. Haifa es una ciudad pequeña. Conozco a personas que trabajaron en la sede de uno de los candidatos, pero decidí filmar un vídeo independiente. Al mismo tiempo, trabajo con gente en Moscú, escribiendo guiones para varios proyectos.

Lo más difícil de todo fue acostumbrarse a los precios. En Israel, todo es más caro que en Rusia. El sabbatno me afecta mucho. Vivo en un distrito árabe, así que las tiendas no cierran los sábados. Pero durante el sabbat los trenes y el transporte público dejan de funcionar, así que es difícil ir al aeropuerto o a otra ciudad. A veces las reparaciones de las carreteras empiezan sin previo aviso, por lo que hay que encontrar rutas alternativas rápidamente.

Lo que echo en falta es la variedad y el ritmo de Moscú. Israel tiene una atmósfera más tranquila, casi sedentaria a veces, especialmente aquí en Haifa. No extraño nada de Rusia aparte de la gente y la vida cultural, la locura propia de las grandes ciudades que inunda Moscú.

Pincha aquí para leer cómo Stalin apoyó a Israel pero acabó convirtiéndose en su enemigo.

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