Svetlana Soluiánova, la boxeadora rusa más bella

Estilo de vida
RUSSIA BEYOND
A pesar de tener una infancia difícil es la campeona de Europa y quiere ganar el oro olímpico.

A primera vista pocos pensarían que a esta joven le gusta el boxeo… y mucho menos que es una campeona europea.

En marzo de 2018, Svetlana Soluiánova, de 24 años, ganó el Campeonato Femenino de Boxeo de Rusia y en junio del mismo año obtuvo la medalla de oro en el Campeonato Europeo de Boxeo Femenino, tras ganar cinco combates en la categoría de 51 kg. No es de extrañar que algunos medios de comunicación rusos se refieran a ella como la “boxeadora más bella de Europa” y que la revista Glamour Russia la haya nominado para el premio que conceden a la mejor deportista del año. ¿Cómo se metió en este duro deporte y qué piensa de quienes la critican?

Svetlana nació en la pequeña ciudad rusa de Dimitrovgrad (961 km al este de Moscú). El comienzo de su vida fue duro. Su madre no estaba con ella, ya que se encontraba en prisión, y esta futura estrella del boxeo vivió con su tía y, posteriormente, con una amiga de su madre durante más de 12 años en total. “Creo que ese período de mi vida me enseñó que siempre debo contar conmigo misma y no con nadie más”, dijo.

Tomó su primera clase de boxeo hace diez años. “Mi hermano me habló de una clase de boxeo gratuito que iban a hacer cerca, así es como comenzó mi historia”, explica a Russia Beyond.

“Hubo mucha gente que me decía que no iba a tener un futuro decente”, recuerda. “En momentos tan difíciles empiezas a dudar de ti misma y tratas de cambiar la situación de la mejor manera posible. Lo he conseguido gracias a mis seres queridos, a mis familiares y, sobre todo, a mi entrenador [Airat Bogdánov]. Es como un padre para mí. Estoy agradecida porque él me ha hecho como soy ahora”.

Si no hubiera sido boxeadora, Svetlana probablemente se habría dedicado a la música. “Hice musica y boxeo hasta noveno. Pero tuve que elegir cuando me gradué en la escuela de música”, dice. A pesar de inclinarse por el boxeo, sigue tocando la guitarra de manera habitual y escribiendo canciones. No tiene unos gustos musicales tradicionales. Le encanta el blues ruso y artistas como Serguéi Nagovitsin y Mijaíl Krug.

Le hacen un montón de preguntas sobre su aspecto, pero nunca consideró seriamente hacerse modelo. Lo que realmente quiere es una medalla de oro en unas olimpiadas, “el objetivo más claro y más importante de cualquier deportista”.

“Si comparas como soy en la vida real y las fotos, soy totalmente diferente”, admite. “No suelo ir a menudo a salones de belleza. Solo voy dos veces al mes, para teñirme el pelo. No soy rubia natural. En casa solo tengo un espejo grande y lo uso para practicar boxeo, más que para posar”.

También admite que no usa mucho maquillaje y que prefiere usar ropa deportiva porque pasa la mayor parte de su tiempo entrenando en el gimnasio. “Entreno cinco horas al día y paso las noches en casa habitualmente. Toco la guitarra y escribo en mi diario”. A pesar de su apretada agenda, Svetlana encuentra tiempo para todo lo que considera importante, es decir, sus amigos, su familia y su novio.

La medalla de oro en el Campeonato de Europa no ha cambiado mucho la vida de Svetlana: “Entreno duro y no me permito descansar, ya que sé que soy la campeona de Europa”. A veces pierde una pelea, pero siempre cuenta con el apoyo de su entrenador. “Es la persona a la que más escucho y me tomo muy en serio cada una de sus palabras”, señala. “A veces aprendo más de las derrotas. Me motivan”.

A pesar de sus logros, la gente sigue criticándola y le acusa de parecer varonil o, por el contrario, afirma que su éxito se debe simplemente a su buen aspecto.

Svetlana no se lo toma en serio: “No se puede reconfortar a todo el mundo. Simplemente es imposible. Me parece que, con demasiada frecuencia, la gente solo se fija en tus victorias y se olvida de todos los obstáculos que te cruzas en el camino”.

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