Conoce a Tatiana Sorókina, la rusa que ha criado 81 niños

Estilo de vida
KSENIA ZUBACHOVA
A lo largo de las últimas tres décadas, Tatiana y su marido han adoptado y cuidado 79 niños. Además, el matrimonio tuvo dos hijos propios.

La casa de la familia Sorokin en Rassvet (pueblo de la región de Rostov, al sur de Rusia) se parece a las demás. Es un edificio de dos pisos que está rodeado de un jardín con una puerta metálica. A primera vista, nada revela que es el hogar de la familia más grande de Rusia. Ha adoptado y criado, nada más y nada menos, a más de 80 niños.

“Actualmente vivo con 15 niños (11 chicos y 4 chicas)”, dice la matriarca de la familia, Tatiana Sorókina, de 67 años. “Tres estudian en la academia, dos chicos mayores (de 18 y 20 años) están en la universidad y otros viven con sus propias familias”.

La mujer explica que a lo largo de los últimos 30 años han vivido en su familia hasta 81 niños. Entre 1991 y 1993 llegaron al máximo de habitantes bajo el mismo techo: 23. ¿Cómo lo han hecho y por qué acoger a tantos niños? La heroica madre comparte su historia con Russia Beyond.

Cómo empezó todo

Todo comenzó en Majachkalá (capital de Daguestán, a 1.900 km al sur de Moscú) en 1968, cuando Tatiana, de 18 años, conoció a su futuro marido Mijaíl Sorokin, que en aquella época tenía de 23. El hombre había crecido en un orfanato, por lo que formar una familia era importante para él. Ambos trabajaban cuando Tatiana dio a luz a Anna en 1970. Poco después, en 1973, llegó Iván. El niño sufría una enfermedad grave y debido a un error médico quedó incapacitado.

Aunque los padres no planeaban adoptar niños, el destino les deparaba otros derroteros. Dejaron Majachkalá y fueron a buscar trabajo en Volgodonsk. De camino se detuvieron en la ciudad de Tsimliansk. Allí compartieron apartamento con una mujer que pidió a los Sorokin que cuidaran de su hija de un año mientras ella iba “en busca de una vida mejor”. La mujer regresó cinco años más tarde y decidió enviar a su hija a un orfanato, momento en el que los Sorokin la volvieron a cuidar.

Esto no fue más que el principio. En los años siguientes adoptaron a varios niños con discapacidades, incluyendo tres a los que les hicieron cirugía facial y tres niñas que habían sufrido radiaciones radioactivas. En 1989, con 11 niños adoptados y dos propios, los Sorokin se convirtieron en una de las primeras familias de la URSS en recibir el estatus de “orfanato familiar”, una iniciativa estatal que daba a los niños la oportunidad de vivir en una familia real, en vez de en un orfanato, sin tener que pasar por el procedimiento oficial de adopción.

En resumen, a lo largo de un periodo de 30 años, Tatiana y Mijaíl criaron de manera altruista 79 niños. Desgraciadamente, Mijaíl falleció hace seis años.

El dinero importa

Las autoridades locales y el Fondo Ruso para la Infancia apoyaron a la familia de diferentes maneras. En 1990 se mudaron a una casa propia de un apartamento de tres habitaciones y recibieron un minibús. En 2002 compraron un nuevo vehículo, que acabaron cambiando por uno de ocho plazas. Desafortunadamente en 2015 el minibús sufrió un accidente y tuvieron que retirarlo.

“Necesitamos un minibús, porque no podemos ir a ningún sitio... Durante las vacaciones los niños a menudo no tienen nada que hacer”, declaró Tatiana. “Les compré equipamiento deportivo. En casa juegan a tenis de mesa, en la escuela juegan al fútbol, pero sería muy bueno llevarlos a pescar, a hacer senderismo o a visitar a otras familias con niños adoptados”.

Se las arreglan para llegar a fin de mes. En el marco del programa “orfanato familiar” reciben del Estado una ayuda financiera mensual que asciende a unos 9.458 rublos (140 dólares) por niño, pero solo se aplica a ocho de los 15 niños. Los otros no tienen derecho porque fueron adoptados oficialmente.

“Solemos gastar unos 250 rublos (3,7 dólares) por persona cada día en alimentos, 500 rublos (7 dólares) en gastos por niño y unos 1.000 rublos (14,8 dólares) en otras cosas, como juguetes, ropa, medicinas y la escuela”, dice. “Mi marido murió hace unos años, así que algunos niños reciben una pensión por la pérdida de uno de sus padres, otro recibe una pensión por discapacidad. Desde 1999 yo recibo también una ayuda por discapacidad: 25.000 rublos (367 dólares) al mes”.

La mayoría del dinero se utiliza para la compra de comestibles y ropa. Este mes los Sorokin también se están preparando para el comienzo del curso, lo que podría ascender a unos 100.000 rublos (1.478 dólares) en total.

¿Cuántos son suficientes?

Todos los niños de la familia llaman “mamá” a Tatiana y todos han crecido de manera adecuada. La mayoría son graduados universitarios, trabajan, están casados e incluso han formado sus propias familias. Siguen en contacto con Tatiana y la apoyan. Su propia hija de sangre ha seguido sus pasos y ha adoptado.

“A menudo nos visitan desconocidos simplemente para ver cómo vivimos”, dice Tatiana. “Muchos padres se ponen en contacto conmigo a través de Internet y me piden ayuda. A veces mi consejo les sirve, a veces yo misma me enfrento a los mismos problemas. Muchos de los que nos han visitado también decidieron adoptar”.

No se trata de pensar cuántos niños son demasiados, sino de lo cariñosos que son los padres, piensa esta madre coraje. “Es mejor permitir que una familia adopte unos cuantos niños y ver cómo les va. Si se acoge a un niño por dinero, entonces eso saldrá a la luz, será obvio y deberán retirárselo. Pero esto resulta extremadamente doloroso para el niño. Por eso durante los últimos años solo hemos adoptado a los que habían sido abandonados por otras familias adoptivas. Sobre el papel parece fácil, pero en realidad ocurre que los niños simplemente quieren amor, besos y una palabra amable, por no hablar del borsch y las gachas”.

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