A lo largo de la semana pasada tanto los medios de comunicación estadounidenses, como políticos y usuarios de Internet han especulado sobre la posibilidad del que el balón de fútbol que el presidente ruso, Vladímir Putin, regaló al presidente Trump fuera un dispositivo de escucha.
Quizá no sea la fuente más fiable para los estadounidenses, pero un veterano de los servicios secretos rusos comentó lo siguiente: “En todo el mundo se utilizan tecnologías más complejas para recopilar información. No hay necesidad de usar una pelota, además, una que ni tan siquiera se ha fabricado en Rusia”.
¿Cómo se ha desarrollado esta historia?
La senadora Lindsey Graham tuiteóirónicamente: “Si fuera yo, revisaría el balón de fútbol en busca de dispositivos de escucha”. Por su parte, el presentador de la NBC, Jimmy Fallon, advirtió al presidente de que podría haber un dispositivo de escucha electrónico en su interior, al igual que el famoso Gran Sello. Los soviéticos descubrieron que el embajador William Harriman era un apasionado coleccionista de objetos hechos de maderas extrañas, de modo que el 1945 le regalaron una réplica de madera del sello de EE UU. Era tan bonito que el embajador lo colgó en la pared de su despacho. No sabía que dentro había un micrófono. Finalmente fue descubierto en 1952, cuando se detectó la señal de radio.
La verdad es que las bromas resultaron ser, en parte, ciertas. El balón cuenta con un dispositivo en el interior. Sin embargo, no está muy bien escondido. El logotipo Near-field Communication (NFC) se puede ver claramente en el balón. Se trata de un chip transmisor incrustado bajo la capa exterior del balón y, como Adidas ha explicado en su sitio web, permite a los jugadores acceder a determinada información y a una serie de juegos online después de conectarse y descargar una app. Adidas ha explicado que la etiqueta NFC no se puede modificar y que solo puede enviar información a un dispositivo activo que esté cerca. En ningún caso puede recibir información.
Mientras tanto, la agencia Bloomberg sugirió que el chip original “podría haber sido cambiado, reemplazado con un dispositivo de espionaje o... el balón entero fue expresamente fabricado para que se pareciese al modelo de Adidas”.
Tal y como dicen en Digg.com, “el balón de Putin podría ser un vector para un ciberataque... pero cualquier otro objeto también podría serlo”.
Al parecer, el único país en el que los periodistas aprueban el regalo es... Francia, ganadora del Mundial. El diario Le Parisien llamó a la pelota “símbolo de un nuevo acuerdo maravilloso”, mientras que Le Point la llamó “la pelota de la amistad”.
Alucina con los sorprendentes objetos que el KGB confiscó a espías occidentales en la URSS durante la Guerra Fría.