¿Han prohibido hablar en los museos de Rusia?

Legion Media
Los museos rusos son famosos por las ‘bábushkas del KGB’ de penetrante mirada. ¿Te atreves a hablar delante de ellas? ¿Está permitido hacerlo?

Nadie lo vio venir: visitantes al museo enfrentándose a los guías y a los administradores. El campo de batalla fue la Galería Tretiakov, una de las principales pinacotecas del mundo. ¿Cuál fue el detonante? La supuesta prohibición según la cual se impedía hablar en las salas de exposición.

Los rumores sobre la absurda prohibición se hicieron virales después de que un grupo de profesores de la Universidad Estatal de Moscú y sus estudiantes fueran expulsados de la galería. El incidente ocurrió durante una visita educativa, que no había sido acordada de antemano. Posteriormente, el grupo envió una carta al Ministerio de Cultura ruso, quejándose de que se les había prohibido “intercambiar opiniones” entre ellos. Entonces, en las redes sociales comenzaron a aparecer inmediatamente comentarios que recordaban casos similares.

“Mis amigos y yo decidimos dar un paseo para ver nuestros cuadros favoritos. Éramos cinco. Estábamos hablando sobre las pinturas, señalando los vestidos y los sombreros que aparecían en los retratos. Entonces, los vigilantes de sala comenzaron a mandarnos callar:

‘Solo pueden hacer visitas guiadas los guías oficiales'.

‘¿De qué visita guiada hablas? Solamente estamos hablando sobre los cuadros'.

‘No está permitido’.

‘Así que, ¿se supone que tenemos que caminar el silencio?’

‘Si no te gusta, habla con la administración’”.

Quien describe este episodio en su página de Facebook es Tim Iliásov, redactor jefe de la revista Fashionograph. Sin desanimarse, Tim y sus amigos continuaron su discusión hasta que un guardia de seguridad los escoltó fuera del lugar.

Disculpas por parte de la administración

El museo lanzó inmediatamente una ofensiva de relaciones públicas. Explicaban que no está prohibido hablar en las salas. La Galería Tretiakov obliga a los guías a tener acreditación para que  puedan moverse sin interrumpirse.

Sin embargo, la explicación que dio en Facebook la investigadora principal de la Galería Tretiakov, Tatiana Goriácheva, mezcló lo que ocurrió con emocionales opiniones sobre los problemas a los que se enfrentan los empleados del museo: el bajo nivel de cultura de los visitantes es una constante pesadilla, al igual que los guías no oficiales.

En su post Goriácheva lamentaba que los guías no profesionales y sus oyentes acapararan (no fue su palabra) las imágenes “más queridas”, haciendo que los guías oficiales de las Tretiakov tuvieran que desviarse para mantener el interés de sus grupos. “Los guías oficiales saben cómo medir el tiempo de sus tours para evitar choques con los demás. En cambio, a los no oficiales no les importa. Hacen lo que quieren y a veces pueden ser bastante descorteses”, afirmó. Goriácheva afirmó también que hablar dentro de la Galería Tretiakov no está prohibido y que nadie sería expulsado por hacerlo.

Sin embargo, su post provocó la ira de los usuarios de las redes sociales, porque Goriácheva escribió sobre los visitantes corrientes de la Tretiakov en términos poco halagadores: “... De alguna manera tenemos que reconciliar nuestra educación universitaria con los requerimientos del público general<...> El público suele interesarse menos por el barroco o el rococó que por cómo aporreó Iván el Terrible a su hijo hasta matarlo o por la forma en la que murió la princesa Tarakánova”.

La crítica de arte petersburguesa resumió la indignación online, haciendo un chiste sobre el tema:

“Lo odio. Odio cuando la gente camina por MI museo”.

Posteriormente Goriácheva borró su mensaje y la Galería Tretiakov se disculpó por el malentendido. La parte positiva es que este acalorado debate en las redes sociales ha revitalizado el interés en los museos como un lugar de visita durante los fines de semana. Por cierto, la entrada a la Galería Tretiakov es gratuita los miércoles, hablar incluido.

Visitar la Tretiakov es como hacer un viaje por Rusia, aquí te contamos por qué.

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