Fuera los estereotipos: guía para interactuar de manera respetuosa con mujeres rusas

Lo sentimos mucho, pero aquí no hablamos de Natashas devoradoras de hombres.

Chistes ocasionales sobre una novia que te envían por correo o la guía para los aficionados argentinos sobre cómo complacer a las rusas. Todo esto se suma al conocido estereotipo acerca del conservadurismo de las mujeres rusas (“te cocinarán las mejores cenas sin pedirte nada a cambio”) y la facilidad a la hora de ligar con ellas (“saltarán sobre ti en cuento saques tu pasaporte extranjero”).

Ocurre con los estereotipos, la realidad suele quedar lejos. Aunque sigue habiendo numerosas  mujeres en Rusia con una actitud conservadora hacia los roles de género –y también existen las interesadas (como en cualquier país)– cada vez hay más mujeres modernas y con formación, que exigen igualdad de derechos y se ofenderán si alguien les dice que lo que andan buscando es una pareja extranjera, en vez de una persona respetuosa, de cualquier nacionalidad.

Aunque no todas son feministas (aunque también haya muchas en Rusia), ven las pequeñas y las grandes desigualdades que afectan a su sociedad y exigen la igualdad de género. Hablamos con algunas mujeres rusas y les pedimos que prepararan una lista de cosas para ayudar a combatir los estereotipos y ser tratadas con respeto. 

1. Saluda a los hombres y a las mujeres de la misma manera

Independientemente del saludo que utilices en diferentes situaciones, bien sea un apretón de manos, una reverencia, un grito victorioso o una danza ritual, úsalo tanto para hombres como para mujeres.

“Una vez ayudé a mi suegro a organizar una importante reunión de negocios con sus socios. Estuve encargada de las negociaciones por Skype durante dos meses. Cuando los socios se encontraron, se dieron la mano y solo se acercaron a mí al final de la reunión, para besarme la mano. En ese mismo momento se esfumó el deseo de mostrarles nuestra investigación, los resultados y las sugerencias. Para mí fue una falta de respeto muy grande”, afirma la periodista María Grigorián.

2. Habla sobre tus intenciones y pregunta directamente

Si invitas a una chica a tu casa para tomar té o para ver una película, entonces espera que haga lo que le propusiste. Si lo usas como pretexto para acostarte con ella, será considerado como una manipulación. En estos casos la mujer tiene el derecho de recurrir a la policía.

“Una amiga, cantante de jazz, aceptó la invitación de un compañero de clase para tomar té en su casa. Ella lo tenía como amigo y no esperaba nada. Sin embargo, el hombre trató de forzarla sexualmente después de que ella se negara. Mi amiga apenas logró escapar”, nos cuenta la cantante Victoria Andréieva.

Así que, no es no. Es vital respetar eso y no forzar la situación. Y si hay consentimiento no significa que puedas hacer todo lo que quieras, hay que preguntar antes a la pareja.

“A la hora de tratar las relaciones sexuales con la pareja, es importante hablar claramente sobre los métodos de protección. Saber si los dos se han hecho la prueba del VIH y comentar las sensaciones dolorosas”, comenta la ecologista Ekaterina Rósentseva.

3. Sé educado tanto en línea como en la vida real

El hecho de no conocer personalmente a una mujer, no es excusa para tratarla como un mero objeto sexual. Piensa en tu madre, en una hermana o en tu mejor amiga la próxima vez que quieras enviar un mensaje para ligar a una mujer desconocida.

“Una vez, un chico en Tinder me envió su foto, en la que aparecía desnudo, en mitad de una conversación inocente. Cuando le advertí de que no lo hiciera sin preguntarme primero, me llamó ‘infame sociópata’. Fue algo terrible y divertido, al mismo tiempo”, explica Tatiana Kamenétskaia, guionista de documentales.

4. No seas condescendiente con actos de ‘caballerosidad’

A la mayoría de las mujeres con las que hemos hablado, la galantería de un hombre les parece algo positivo. En Rusia, que un hombre abra la puerta a una mujer, que lleve las bolsas pesadas o que ofrezca su asiento en el transporte público, está considerado como algo de buenos modales.

El asunto se complica cuando hablamos de pagar la cuenta. Muchas mujeres nos comentan que, en una primera cita o en una reunión de negocios, se sentirían más cómodas si pagaran ellas mismas. Aun así, algunas están dispuestas a aceptarlo como un gesto noble. En cualquier caso, es mejor preguntarlo antes. Obviamente, si pagas, no pidas nada a cambio.

“En una primera cita prefiero pagar yo misma y que escojamos juntos el restaurante. Una primera cita, para mí, es una manera de conocer a una persona, no de saber cuáles son sus capacidades financieras”, explica María Liven, gestora de proyecto de TIC.

5. No piropees en público

Halagar a una mujer en público por su apariencia o por sus cualidades personales, puede ser considerado descortés, tanta para ella como para las mujeres que estén presentes.

“Me esfuerzo mucho más en el desarrollo intelectual que en la apariencia, así que apreciaré un cumplido, por ejemplo, por mis conocimientos o logros profesionales, pero no por mi aspecto. Podría aceptar un cumplido por mi apariencia en casos excepcionales (en caso de una fiesta o una celebración) cuando realmente he invertido mucho tiempo y esfuerzo en mi estilo, en el maquillaje, etc”, comenta María Liven.

“Es agradable recibir halagos, pero no en público, frente a gente desconocida y, sobre todo, ante otras mujeres. En esas situaciones me siento culpable por ser halagada”, explica la periodista María Grigorián.

Vayamos a un tema polémico. La misma autora explica por qué Rusia necesita el feminismo. 

Dibujos: Natalia Nósova

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