Perdido en Afganistán: un piloto soviético desaparecido es encontrado 31 años después

Estilo de vida
OLEG YEGÓROV
Los medios de comunicación informaron, no hace mucho, que un piloto de la guerra afgana, que desapareció en 1987, está vivo y quiere regresar a Rusia. Muchos soldados soviéticos desaparecieron en acción en ese conflicto. Algunos regresaron, pero otros se convirtieron al Islam y se establecieron en el país centroasiático.

El pasado 1 de junio de 2018, los estadounidenses informaron a la embajada rusa en Kabul, Afganistán, que un piloto, que desapareció en 1987, durante la guerra afgana, había sido encontrado vivo.

“Hay muchos rumores, pero nada se sabe con seguridad, así que es mejor no mencionar ningún apellido. Necesitamos verificar si la información es fiable”, declaró Guennadi Shólojov, un funcionario de la asociación de veteranos de guerra, Hermanos en armas, involucrada en la investigación, reportó la agencia de noticias Interfax. De hecho, hasta el 7 de junio, la información oficial sobre el nombre del soldado no había sido divulgada.

Sin embargo, la mayoría de los medios rusos creen conocer la identidad del piloto. Según nuestras fuentes, sólo faltaba un piloto de los perdidos en Afganistán en 1987, escribió Kommersant. Es el primer teniente Serguéi Panteliuk.

‘No te preocupes por mí’

Nacido en 1962 en la pequeña ciudad de Zernograd (región de Rostov, a 1.000 km al sur de Moscú), Panteliuk era un ciudadano soviético de lo más corriente. Sus compañeros lo recuerdan como un tímido romántico que soñaba con aviones y se matriculó en la escuela de aviación, especializándose en reconocimiento aéreo. Sirvió por primera vez en Georgia, pero en 1987 fue transferido a Afganistán, donde los soldados soviéticos venían luchando desde 1979, apoyando al gobierno pro soviético en su guerra contra los rebeldes islamistas respaldados por Pakistán y Estados Unidos.

Panteliuk escribió a su esposa unos meses antes de su desaparición: Hola cariño... todo es raro e interesante... no te preocupes demasiado por mí.

Último vuelo

Piloto experimentado con 118 salidas de combate a sus espaldas, Panteliuk pasaba rutinario el 27 de octubre de 1987. Con otro avión, sobrevolaba la provincia de Kunar en el este de Afganistán, pero luego el tiempo empeoró y los aviones perdieron contacto. Horas más tarde, los soviéticos habían perdido el rastro del Su-117 de Panteliuk. La misión de búsqueda y rescate no encontró nada.

Un mes más tarde, la esposa de Panteliuk, que acababa de dar a luz a su hija, recibió una carta del alto mando: Su marido está desaparecido en combate... No lo consideramos muerto; seguimos buscándolo y esperándolo.

Hoy, su hija tiene 31 años, pero ni ella ni su madre han sabido jamás cual fue el destino de Serguéi. Esperemos que esto cambie ahora.

Lejos de casa

La guerra afgana fue una pesada carga para la Unión Soviética, con hasta 15.000 soldados muertos y 50.000 heridos. Además, 417 soldados desaparecieron: más tarde, 130 fueron liberados y regresaron a sus hogares; y más de 100 fueron asesinados en cautiverio o murieron. No sabemos el destino del piloto soviético al que se refieren los medios de comunicación, pero ha habido un número de historias increíbles sobre prisioneros de guerra soviéticos y desaparecidos en Afganistán. Aquí están algunas de las más interesantes.

Alexánder Rutskói. El “John McCain de Rusia”

El coronel Rutskói, comandante adjunto de la Fuerza Aérea Soviética en Afganistán, fue abatido en 1988 cerca de la frontera con Pakistán. Capturado por los muyahidines, interrogado y torturado, Rutskói se negó a dar información. Fui educado de otra manera, comentó en una entrevista años después.

Después de un mes, los soviéticos lograron liberarlo pagando una enorme suma de dinero. Héroe de la Unión Soviética (fue derribado en 1986 y se rompió la columna vertebral), Rutskói se convirtió en un político importante a principios de la década de 1990; fue el primer y último vicepresidente de Rusia. Dirigió las fuerzas anti-Yeltsin durante el conflicto entre el Presidente y el Parlamento en 1993, pero después de perder, abandonó la política.

Prisioneros de Badaber: lucharon hasta la muerte

Los prisioneros de guerra soviéticos fueron internados en campos pakistaníes, controlados por los muyahidines. En 1985, 12 soldados soviéticos junto con 40 camaradas afganos se rebelaron en uno de esos campos (Badaber), protestando por las condiciones inhumanas. Después de eliminar a los guardias y capturar el arsenal, resistieron durante 11 horas, repeliendo oleadas de ataques hasta que todo el edificio explotó, matando a los defensores y a los atacantes muyahidines.

Nikolái Bistrov, guardaespaldas de un señor de la guerra

Algunos rusos capturados abrazaron la cultura afgana y se convirtieron al Islam. Según Franz Klintsévich, líder de la asociación de veteranos afganos, muchos de estos desaparecidos y ex prisioneros de guerra no sienten ansiedad por regresar a Rusia.

He conocido a uno... apenas hablaba ruso y se negó a regresar, diciendo ‘han pasado 25 años y he terminado con Rusia’, relata Klintsévich.

Quizás la historia más sorprendente es la de Nikolái Bistrov, que estuvo a punto de ser asesinado en cautiverio, pero que luego conoció a uno de los caudillos afganos más prominentes, Ahmad Shah Massoud. Bistrov recordó más tarde que él, vio a un hombre diferente a los demás... Era un verdadero líder. Aunque yo era ruso, confiaba en mí... compartíamos habitación y plato. Cambiando su nombre a Islam-ad-Din, Bistrov se convirtió en el guardaespaldas más leal de Massoud.

Sin embargo, finalmente decidió regresar a la Patria con su esposa afgana. Sin su guardaespaldas ruso, Massoud fue asesinado en 2001 por agentes de Al-Qaeda. En cuanto a Bistrov, vive ahora en el sur de Rusia con su esposa y tres hijos.

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