La búsqueda de la libertad parece ser algo natural en todas las criaturas, especialmente en los animales encerrados en zoológicos. No sorprende que intenten correr, nadar o volar a la primera oportunidad de escape. La extraordinaria historia del Zoológico de Moscú, fundado en 1864, lo demuestra.
Hace varios años, los empleados del zoológico compilaron una "crónica" (basada en los recuerdos de los cuidadores del parque) listando los épicos intentos de fuga de diferentes animales, desde serpientes a los elefantes.
Estas amenas historias breves esconden dramas de la vida real, algo que ni películas de animación como “Madagascar” o “Ice Age” pueden superar. Russia Beyond se complace en resumir el escrito de los trabajadores del parque de animales y contar las mejores historias con detalles añadidos.
Elefante hambriento asalta una panadería
"Mávrik, el elefante, se enfadó, rompió la valla y se fue del zoológico", informó la crónica de sucesos a principios de los años 20. Es difícil saber qué irritó a Mávrik tanto, pero no llegó muy lejos, deteniéndose para comer algo en una plaza cercana.
Rompió el escaparate de una panadería, haciendo caso omiso de los gritos del personal y los sobresaltados clientes, y comenzó a comerse los panecillos expuestos. Decidido, Mávrik se zampó hasta el último de ellos, y sólo cuando estaba satisfecho permitió a un pequeño y molesto ser humano que le devolviese al zoológico. Hoy en día, las vallas de este son mucho más difíciles de romper; o al menos no se han recibido alertas sobre elefantes comiendo en las panaderías locales.
Una serpiente escurridiza y el jefe de la policía
En 1934, como si la vida no fuese ya lo suficientemente dura bajo el gobierno de Stalin, una enorme serpiente no venenosa pero de aspecto peligroso (de la familia Colubridae) abandonó el zoológico y estableció su residencia en una gran pila de leña debajo de la ventana del jefe del departamento de policía local. (El zoológico se encuentra cerca del centro de Moscú, a solo 3.6 kilómetros del Kremlin).
"En los días calurosos a la serpiente le gustaba mirar la ventana del policía, por lo que este siempre tenía una pistola en su escritorio", según afirma la crónica. Tal actitud parece algo prudente: imagina a una serpiente gigante que te mira a través de la ventana de vez en cuando. El responsable de las fuerzas de seguridad, sin embargo, rechazó la ayuda de los cuidadores del zoológico, ya que temía que pudiesen robar parte de su leña. El destino final de la serpiente sigue sin estar claro.
Una avergonzada cabra alpina
En 1943, un íbice alpino huyó de la zona de cuarentena y deambuló por la ciudad. Como el texto de los cuidadores del zoológico moscovita recuerda "entró en una barbería, y después de verse reflejado en un espejo, lo rompió." No estamos seguros qué fue exactamente lo que no le gustó de su propia iamgen. Las cabras montesas alpinas, con sus gigantescos cuernos curvos, son hermosos animales. De todos modos, un empleado del zoológico y veterinario la apresaron, siendo devuelta la criatura a las instalaciones de las que había huído.
Disparos para un orangután
A principios de 1960, un orangután macho se volvió un poco loco, y después de escapar de su jaula empezó a romper cosas y asustar a otros habitantes de la zona de primates. Antes de que la situación se convirtiera en un completo desastre, el director del zoológico se enfrentó al animal con un arma.
Igor Sosnovski era un respetado científico y veterano de la Segunda Guerra Mundial, una persona con la que no te gustaría tener que pelear. El orangután rápidamente entendió que se enfrentaba a un hombre muy decidido y se rindió. Después de que Sosnovski disparase algunos tiros de advertencia al aire, el simio regresó rápidamente a su jaula.
Los pingüinos escapan
Los pingüinos son especialmente aficionados a la libertad, y miembros de esta especie han intentado huir en repetidas ocasiones del zoológico en las últimas décadas. A principios de los años 60 del pasado siglo, algunas de estas aves realizaron su propia versión de la serie Prison Break, llegando a recorrer dos kilómetros antes de ser detenidas.
Por supuesto, les encanta la natación, así que un grupo de pingüinos encerrados en el departamento de ciencia de la Universidad Estatal de Moscú "se sumergió en el río Moscova y, a nado, se perdió en la distancia, aunque los habitantes locales les dieron captura más tarde, enviándolos de vuelta al zoológico." Sólo Dios sabe hacia dónde se dirigían… ¿Tal vez la Antártida?
Guepardo al acecho
Los animales salvajes permanecen salvajes incluso cuando se les mantien en un zoológico. Una vez, a finales de 1990, un joven guepardo lo demostró escapando de su jaula, "intentando cazar a los ponis que unos niños habían terminado de montar". No hubo ponis ni niños perjudicados gracias a que los cuidadores del zoo atraparon al depredador antes de que pudiese realizar su caza. A pesar de que los guepardos son considerados los animales más rápidos sobre la Tierra, en este caso los guardianes del zoológico de Moscú les ganaron la carrera.
Los cuidadores del zoológico moscovita debieron sonreír el día en que dos tortugas casi logran escapar de un zoo siberiano. Si quieres leer esta rocambolesca historia, pincha aquí.
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