Subrayó la necesidad de sensibilizar a la población rusa sobre el problema del abandono de los animales. Fuente: AP.
La semana pasada tuvo lugar un nuevo caso de exterminio de perros que causó indignación entre los defensores de los derechos de los animales. En el oeste de la ciudad se encontraron cuerpos de varios perros, que presuntamente murieron después de ingerir carne envenenada.
Las autoridades abrieron una investigación, pero los activistas no confían en el triunfo de la justicia. “¿Acaso hay acusados? ¿Quién responderá ante la ley?”, preguntó Daria Taraskina, la presidenta del Fondo de protección de animales BIM.
BIM, cuya historia se remonta al año 1986, gestiona una red de refugios para animales en Rusia. Su fundadora, Daria, confiesa haber dedicado toda su vida a esta causa y jamás tiró la toalla aunque considera muy alarmante la situación actual.
“Se puede esterilizar a los animales callejeros pero la situación no cambiará porque cada día hay nuevos animales”, advirtió la activista al recordar que la mayoría son mascotas de las que se desprenden sus dueños.
La cantidad de los perros callejeros que vagan por las calles de Moscú oscila entre 30.000 y 100.000. Y este número sigue creciendo. Las estadísticas oficiales hablan de 12.000 perros en los refugios de la capital.
La fundadora de BIM reiteró que la única manera viable de acabar con el problema en Moscú es esterilizando a los animales domésticos para que la urbe “pueda digerir la cantidad existente”.
La activista, quien financió de su bolsillo un centro de esterilización de animales en la capital durante casi una década, abogó también por articular un sistema de descuentos y rebajas en ese tipo de instituciones, para que los dueños de las mascotas acudan en masa a las clínicas.
Por otro lado, subrayó la necesidad de sensibilizar a la población rusa sobre el problema del abandono de los animales y aprobar una ley que defienda a las mascotas contra el maltrato.
Las autoridades de Moscú planean destinar entre 2012 y 2014 más de 2.500 millones de rublos (unos 80.000 de dólares) para el mantenimiento de animales callejeros y el control de su natalidad.
Unas 16.600 personas fueron atacadas por perros callejeros en Moscú en 2008, el último año del que se disponen estadísticas, de acuerdo con la información que obra en poder del Servicio Federal de Protección al Consumidor. Lo cual acaba favoreciendo la aparición de los cazadores de perros callejeros, dedicados a perseguir sin piedad a estos animales.
Una pequeña guerra civil tiene lugar en las calles y en el ciberespacio entre los cazadores de perros callejeros y los activistas más radicales en favor de los derechos de los animales. Ambas partes, sin embargo, parecen estar de acuerdo en culpar a la Administración por negar el problema y a los funcionarios por beneficiarse de los flujos de dinero en principio destinados a dar solución al problema.
La legislación relativa a los derechos de los animales, que incluye también medidas de solución del problema de los perros vagabundos, además de ser muy imprecisa, se ha quedado atrapada en el Parlamento desde 2010. Desde que se produjeron acalorados debates entre los defensores moderados y los radicales de los derechos de los animales, la aprobación del borrador de la ley, al parecer, se ha pospuesto hasta un momento indefinido.
En Rusia se celebró un único juicio contra un supuesto cazador de perros. La legislación vigente considera delictivo el maltrato de los animales por sadismo o delante de los menores, factores casi imposibles de probar. La condena máxima son dos años de prisión.
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