A finales de junio, los estudiantes rusos se despiden de su alma mater. Además de las ceremonias tradicionales como la entrega de diplomas y las veladas festivas con compañeros y profesores, muchas universidades tienen formas informales y divertidas de despedirse de sus alumnos.
La tradición más espectacular y conocida es la que se observa en la Universidad Técnica Estatal Bauman de Moscú. Los futuros ingenieros se sirven cerveza, se ponen cascos, se sientan en una palangana de hojalata con viejos apuntes de clase dentro, bajan las escaleras del dormitorio y luego enganchan la palangana a un coche y recorren el distrito hasta que la palangana queda limpia. ¿Te imaginas el ruido que hacen? En 2016, la policía prohibió oficialmente ese "entretenimiento", cansada de las quejas de los vecinos, pero los graduados siguen -al menos- bajando las escaleras. Por cierto, los ingenieros se graduaban en invierno y las palanganas no hacían tanto ruido sobre la nieve.
Los ingenieros de la Universidad Federal de los Urales, en Ekaterimburgo, también tienen una tradición parecida y alocada.
"Existe una tradición de este tipo: cerca de los dormitorios, los estudiantes de medicina hacen una gran hoguera y queman los apuntes de latín, cirugía, neurología y otras clases que dan miedo", dice Alexánder Viliaev, graduado en la Universidad Estatal de Medicina de los Urales en Ekaterimburgo. En la Universidad Politécnica de Tomsk también se queman cuadernos de trabajo.
Sin embargo, otros licenciados hacen "llover" con sus apuntes de clase.
En la Universidad Estatal de Medicina de Siberia, en Tomsk, los estudiantes de primer año cortan en pedazos los libros de trabajo de los graduados y los lanzan por las ventanas. Esto simboliza de alguna manera el cambio de generaciones.
Los estudiantes de medicina asisten a clase con bata y, al final de sus estudios, tienen la tradición de deshacerse simbólicamente de su uniforme. Por ejemplo, en la Universidad Estatal de Medicina de Volgogrado, los graduados firman sus batas y luego las rompen en pedazos y cada uno guarda un trozo como recuerdo.
En la Universidad de Innópolis, cerca de Kazán, las residencias de estudiantes están conectadas a los edificios académicos y los estudiantes pueden acudir a las clases literalmente en zapatillas, ¡y algunos lo hacen! Hace unos años, los estudiantes acudían en zapatillas a la ceremonia de gala, mientras que los demás invitados iban de "etiqueta". Después de eso, la universidad decidió celebrar una fiesta anual de "zapatillas del año" para festejar la graduación. Y también se premia a los estudiantes con una escayola de la pierna del rector "Por sus destacados logros no académicos".
Nikolái Pirogov e Iván Séchenov son médicos rusos legendarios que contribuyeron enormemente al desarrollo de la medicina. En Moscú, los monumentos a estos médicos se encuentran uno al lado del otro y los licenciados en medicina les prestan "ayuda de emergencia" poniéndose gorros de médico y envolviéndolos con vendas. A veces utilizan papel higiénico en su lugar.
Los graduados de la Escuela Naval de Frunze, en San Petersburgo, visten el monumento al primer navegante ruso Iván Kruzenshtern, que se encuentra en el malecón del Neva, con una camisa a rayas azules y blancas (telniashka).
También se le pone una telniashka al Hércules que hay en el Jardín de Alejandro, cerca del Almirantazgo, así como al águila de la Columna Chesmenskaia en la ciudad de Pushkin.
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