Venta de armas rusas: ¿cómo se convirtió el país eslavo en un gran exportador mundial?

Economía
GUEORGUI MANÁIEV
En los últimos años Rusia ha ocupado el segundo lugar en el comercio mundial de armas. Pero en realidad el país ha estado en la vanguardia de este mercado durante casi cuatro siglos. ¿Qué factores clave han hecho que Rusia se convierta en un vendedor de armas tan poderoso?

Según un informe de 2018 del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo, los principales exportadores de armas son los siguientes: EE UU, con un 33% de cuota de mercado mundial; Rusia, 23%; China, 6,2%; Francia, 6%; Alemania, 5,6%; y otros países, 26,2%.

Los expertos afirman que la demanda mundial de armas alcanzará los 120.000 millones de dólares en 2020. Los principales importadores en la actualidad son India (13%), Arabia Saudí (8,2%), Emiratos Árabes Unidos (4,6%), China (4,5%), Argelia (3,7%) y otros países (66%).

Casi la mitad de las exportaciones de armas de Rusia son aviones de combate: bombarderos MiG y Sujói de cuarta generación. Alrededor del 25% está compuesto por equipos antiaéreos como el complejo de misiles S-400.

EE UU, Israel y Francia son competidores importantes. En algunos de los mercados tradicionales soviéticos, como en el de India, hay una intensa competencia y Rusia hace todo lo posible por conseguir contratos rentables y no perder ante sus rivales.

1. Larga tradición armera

La primera mención de un gremio profesional de fabricación de armas en Moscú data de 1475. En el siglo XVII, unas 500 personas trabajaban en el depósito de armas de la capital rusa.

Andréi Chójov fue uno de los primeros armeros legendarios, que crearon el Cañón del Zar y muchas otras armas famosas. Rusia ha tenido numerosos armeros expertos que continuaron con una tradición, que se han transmitido de una generación a otra.

Serguéi Mosin diseñó uno de los rifles más usados para el Ejército ruso, mientras que Fiódor Tókarev creó la pistola TT. Nikolái Makárov inventó la pistola Makárov, que dio lugar a decenas de modificaciones en Rusia y en el extranjero. Aunque, sin duda, el más famoso es Mijaíl Kaláshnikov, cuya ametralladora AK-47 es la más extendida en el mundo.

2. Fiabilidad

Desde que las armas de fuego aparecieron en Rusia entre los siglos XIV y XV, la fiabilidad ha sido una de sus principales características. Las armas solo se podían producir y reparar en ciertos lugares, y se utilizaban para luchar contra las tribus nómadas y los pueblos del este y el sur de Rusia. Por lo tanto, la fiabilidad era una característica importante para los armeros rusos.

Algunos de los mejores cañones rusos del siglo XVI todavía existen y son una muestra clara de la longevidad de nuestras armas. Las mismas cualidades también se pueden encontrar en las armas de fuego ligeras. Hay muchos ejemplos.

El rifle Mosin, que se utilizó en el Ejército ruso desde la década de 1890 hasta la de 1950, tiene un obturador que se puede montar y desmontar sin necesidad de herramientas. Además, es capaz de funcionar en cualquier condición y es muy fiable. Por su parte, el fusil Kaláshnikov también se puede montar en casi cualquier condición climática. En general, las pistolas, rifles y armas automáticas rusas más famosos son muy simples de ensamblar y mantener.

3. Abundancia de recursos naturales y conocimientos científicos

Rusia siempre ha sido una tierra con muchos recursos, incluido el mineral de hierro. Ya en el siglo XVII, el comerciante holandés Andrew Vinius decidió abandonar su negocio agrícola en favor de la producción de mineral de hierro de las minas situadas en Tula, ciudad que más tarde desarrolló la mayor producción rusa de armas, gracias al mineral local.

El mineral de hierro encontrado en la Rusia central y en Siberia permitió la producción de un gran número de armas de fuego. En el siglo XVIII, Rusia se convirtió en el primer exportador mundial de metales ferrosos.

Más tarde, muchas otras industrias (química, física, balística sofisticada, investigación en explosivos, etc.) se convirtieron en esenciales para la producción de armas. Rusia (y más tarde la Unión Soviética) siempre ha sido una potencia científica y desarrolló industrias relevantes junto con la producción de armas. En el siglo XX, los principales recursos científicos del país se dedicaron a desarrollar las armas más fuertes y mortíferas del mundo, especialmente durante la Guerra Fría.

4. El comercio de armas como instrumento político

La Guerra Fría tuvo un gran impacto en el comercio mundial de armas. A partir de la década de 1950, la URSS vendió armas a muchos países, sobre todo a los del Pacto de Varsovia. India y China, que siguen siendo los principales importadores de armas rusas, también sirvieron como mercados para la Unión Soviética por razones obvias: el régimen comunista soviético era aceptable para la China comunista y para India, además de que las rutas comerciales por tierra eran mejores que el comercio con EE UU, por ejemplo.

Cuando cualquiera de estos países compra buques de guerra, submarinos, aviones de combate y sistemas antiaéreos, también hay contratos con fábricas militares rusas para hacer reparaciones y colocar piezas de repuesto, así como contratos con escuelas militares rusas que invitan al personal para ir a entrenar, entre otras cuestiones. Así pues, los vínculos con estos países son cada vez más estrechos.

También hubo casos en los que se suministraron armas de manera gratuita, como apoyo directo a los “constructores del socialismo”. Declarar un giro hacia el socialismo era suficiente para obtener préstamos y armas de la URSS, y muchos regímenes pobres y débiles aprovecharon esta oportunidad.

Incluso después de la caída de la URSS, el comercio a largo alcance continuó. Lo que también ha sido esencial es que los ingenieros y armeros soviéticos enseñaran, entrenaran y consultaran a ingenieros en países que compraban armas soviéticas. Esto creó una red fiable de personas que dependían de la ingeniería soviética, lo que a su vez alentó la continuación del comercio con Rusia.

Estos son las cuatro armas rusas más mortíferas.