La agencia de calificación S&P ha aumentado la nota del crédito soberano de Rusia a BBB-, elevándola hasta grado de inversión. Desde 2015 Rusia había obtenido un BB+, una categoría que ponía trabas a las inversiones extranjeras en el país.
La empresa atribuyó la subida de la nota el 24 de febrero a una gestión macroeconómica conservadora, a la fuerte posición de los activos exteriores netos, a la baja deuda pública y a la relativamente alta flexibilidad monetaria, incluido un tipo de cambio flexible.
“Esperamos que la recuperación económica de Rusia continúe hasta 2021, tras haber salido de la recesión en 2017”, afirman en S&P Global. Su predicción para Rusia es “estable”.
Entre las tres grandes agencias de calificación de EE UU, solamente Moody´s continúa manteniendo a Rusia dentro de los niveles especulativos o “basura”. Para la mayoría de los inversores, sobre todo los institucionales, un cambio en la calificación de S&P y Fitch podría ser suficiente para renovar la inversión en Rusia.
“Es una decisión lógica y esperada, la economía rusa se adaptó rápidamente a las nuevas condiciones y tiene tasas de crecimiento positivas”, declaró el ministro de Finanzas, Antón Siluánov, según informó la agencia TASS.
El ministro es optimista respecto a los indicadores macroeconómicos ya que el país está registrando una inflación muy baja, la tasa de cambio del rublo es estable a pesar de la volatilidad del precio del petróleo, la ejecución presupuestaria es sostenible y la dependencia del presupuesto de los préstamos exteriores es mínima.
“La nueva nota de la deuda soberana implicará el aumento de los intereses de los inversores en Rusia, y no solo de los inversores estatales sino también de los privados, porque la revisión de la calificación va a mejorar la calificación de los bancos y de otros participantes en el mercado. De esta manera, el costo de los préstamos será menor”, comentó el ministro.
“La decisión de S&P también va a atraer a una serie de inversores institucionales conservadores, como los fondos de pensiones extranjeros y las compañías de seguros, que prestan mucha atención a las puntuaciones de las agencias de calificación”, afirmó.
Por su parte, el ministro de Desarrollo Económico de Rusia, Maxim Oreshkin, declaró a la agencia TASS, que la subida de la nota soberana de Rusia hasta el nivel de inversión es una respuesta tardía a los éxitos de la política económica de Rusia.
“La tasa de cambio fluctuante, la baja inflación y las nuevas normas presupuestarias han contribuido a una reducción significativa de la dependencia de la economía rusa de los precios del petróleo. El año pasado el mercado dio a los activos financieros rusos una valoración más alta que la de las agencias de calificación”, declaró Oreshkin.
Según indicó, la nueva nota de S&P contribuirá al aumento del flujo de capitales, lo que abre el camino para el aumento de los préstamos y de la financiación de la deuda vinculada a la infraestructura.
“La actualización de la clasificación de Rusia aumentará la entrada de capital y garantizará que los rendimientos de las obligaciones federales a largo plazo queden por debajo del 7%”, dijo Oreshkin.
Sin embargo, según los economistas entrevistados por el diario RBC, todavía es temprano para celebrarlo, ya que la calificación rusa ha vuelto a un nivel comparable con el de Kazajistán, India e Indonesia.
Además, S&P es extremadamente cautelosa sobre las perspectivas económicas de Rusia. La agencia prevé bajas tasas de crecimiento económico (1,7% -1,8% hasta 2021, mientras que el gobierno ruso espera un crecimiento superior al 2%), unas condiciones demográficas desfavorables y una baja productividad.
“Entre los obstáculos estructurales al crecimiento productivo también se incluyen el papel dominante del Estado en la economía, un clima de inversión difícil y un nivel relativamente bajo de la competencia y de la innovación”, afirma el comunicado de S&P.
Por su parte, la agencia Fitch observa “un fuerte equilibrio soberano, factores externos confiables y una política económica efectiva en relación a los indicadores macroeconómicos”. Además, Fitch habla de “debilidades estructurales (dependencia de las materias primas y commodities y riesgos gerenciales), así como de contradicciones geopolíticas”. Fitch prevé un crecimiento medio del PIB ruso del 2% en 2018-2019 en un contexto de relajación de la política monetaria y de un precio estable del petróleo.
El crecimiento económico medio para una calificación de inversión BBB es del 3,1%.
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