¿Qué aspecto tienen ahora los lugares de los cuadros de artistas rusos? (Imágenes + Fotos)

Galería Tretiakov; Legion Media
El viejo Moscú, las murallas del Kremlin y el interior rural... hoy en día algunos lugares de los cuadros de artistas han cambiado hasta quedar irreconocibles. Pero también los hay que siguen igual cientos de años después.

Mijaíl Guérmashev "El viejo Moscú. Calle Arbat"

El cuadro de Guérmashev representa una de las principales calles de Moscú. En 1913, cuando el artista lo pintó, Arbat tenía un aspecto muy distinto al actual. Muchos edificios que aparecen en el cuadro en ese momento ya no existen. Por ejemplo, la mansión del príncipe Trubetskói (el edificio de seis columnas de la derecha) fue destruida en 1941 por una bomba de alto poder explosivo. También aparece en "El viejo Moscú" la iglesia de Nikola el Aparente, donde se coló Pierre Bezujov en la novela de Lev Tolstói, Guerra y paz. El templo también fue demolido en 1931. Ahora en la plaza Arbat hay una amplia calle peatonal, muchos cafés, así como el edificio principal del Comité de Investigación de la Federación Rusa.

Fiódor Alexéiev "Vista de la Puerta de la Resurrección"

Hace más de 200 años, en lugar de la plaza Manezh, delante del Kremlin de Moscú estaba el río Neglínnaia. Alexéiev también representó el primer paso de piedra de la capital: fue construido en 1603 bajo el mandato de Borís Godunov. En aquella época, el Kremlin se encalaba regularmente, algo que se hizo hasta la década de 1880, y luego se dejó el conocido ladrillo rojo.

Hoy en día en lugar del río hay una plaza, y el río va por una tubería. El puente, sin embargo, no se desmanteló y simplemente se cubrió de tierra. En la década de 1990, los arqueólogos lo excavaron y posteriormente consiguieron abrir un Museo Arqueológico subterráneo, donde ahora se pueden contemplar éste y otros artefactos de la capital. La Puerta de la Resurrección, que aparece a la izquierda en la foto, fue demolida en 1931. Pero su versión actualizada no se construyó hasta 1995.

Gerard Delabart "Vista de Mojovaia y la Casa Pashkov. Moscú, 1799"

El artista francés pintó este cuadro en 1795, durante el reinado de la emperatriz Catalina II. El lienzo representa una de las casas de Pashkov, "el primer rey del vodka". En 1812, la mansión sufrió un grave incendio y tuvo que ser reconstruida. El edificio sigue en pie en este lugar, y en su interior hay dependencias de la Biblioteca Estatal Rusa. Sin embargo, la hermosa verja y el jardín paisajista desaparecieron: tuvieron que ser retirados debido a la ampliación de la calle Mojovaia.

Alexéi Savrasov, "Los grajos han llegado"

El cuadro, pintado en 1871, representa la remota aldea de Molvitino, en la región de Kostromá. Y aunque la iglesia del fondo del lienzo no está escrita del natural, tiene un prototipo real en la Iglesia de la Resurrección, situada en el mismo pueblo. 

Actualmente este asentamiento sigue existiendo, pero ahora se llama Susánino.

Maxim Vorobiov, "La isla Yelagin de noche"

Yelagin es la isla más septentrional de San Petersburgo. Antes de que la aristocracia del siglo XIX se fijara en ella y la ennobleciera, había pantanos muy poco habitables y bosques de difícil acceso. El Ober-Gofmeister (importante cargo en la administración del zar) Yelagin (la isla fue bautizada en su honor) era el propietario de este territorio y más tarde consiguió convertirlo en un lugar de recreo tanto para la familia real como para los residentes ordinarios de la capital del norte. Actualmente acoge el Parque Central de Kirov.

Ha conservado casi por completo su aspecto histórico, en gran parte gracias a los monumentos arquitectónicos: casas señoriales, puentes y terraplenes. También cuenta con el único taller moderno de soplado de vidrio, que funciona sobre la base del museo.

Iván Aivazovski, "Vista de Moscú desde las Colina de los gorriones"

Vorobiovi Gori (la Colina de los gorriones) es el punto más alto de la capital. Desde allí se puede ver casi todo el centro de Moscú, pero no siempre fue así. En 1849, el lugar de la ajetreada metrópoli era un campo despejado, y aún estaba en construcción la catedral de Cristo Salvador, que puede verse en el cuadro de Aivazovski.

Ahora hay un mirador en el lugar donde el artista pintó el lienzo. Desde allí se puede contemplar el denso desarrollo urbano y uno de los mayores estadios de Rusia, Luzhnikí.

Konstantín Korovin, “Puente Moskvoretski”

Las murallas del Kremlin y el puente Moskvoretski son algunos de los objetos más reconocibles de la capital. En el cuadro de Korovin se puede ver cómo era este lugar en 1914.

Mucho ha cambiado desde entonces: las casas construidas casi bajo las murallas del Kremlin fueron demolidas en 1936. La iglesia de San Nicolás, que estaba situada frente a la de San Basilio, ha desaparecido. Incluso el puente Moskvoretski era diferente, ya que estaba hecho de madera. No fue sustituido por uno nuevo de piedra hasta 1938.

Iván Aivazovski, "Aldea de Gunib en Daguestán. Vista desde el lado oriental"

El artista viajó al Cáucaso en el siglo XIX, donde pintó un cuadro dedicado a la belleza de las montañas del Cáucaso. Aivazovski solía pintar de memoria en su estudio, pero pintó Gunib al natural. No es de extrañar que el lienzo reflejara con gran exactitud el terreno de aquella época. Es más, incluso ahora la montaña representada en el cuadro ha permanecido inalterada - el único cambio es que ahora el aúl (aldea de las montañas en el Cáucaso) está reconocido como uno de los mejores complejos climáticos de Daguestán. Pero en el pasado era muy difícil llegar a este lugar debido a la falta de caminos normales y a la altura de la montaña.

Alexandre Benois, "La casa de Anna Mons"

Benois pintó este cuadro en 1911. Representa la mansión de Anna Mons, una de las favoritas de Pedro el Grande. Existe la leyenda de que le regaló esta casa cuando revelaron su relación a todo el mundo. Sin embargo, en el lienzo la casa y sus alrededores no tienen exactamente el aspecto que tenían en el siglo XX - el artista se basó en la descripción del edificio que figura en los archivos para devolver a esos lugares el aspecto que tenían en el siglo XVII. Por cierto, la mansión en sí seguía siendo el único monumento arquitectónico de la Slobodá Nemétskaia, un barrio histórico de Moscú, donde vivían predominantemente extranjeros que no aceptaban la ortodoxia y/o no conocían la lengua rusa.

Hoy en día, la mansión sigue en pie en el lugar que le corresponde. Pero no se puede acceder a ella, la entrada está cerrada a los turistas. Sólo queda observar desde lejos.

Síguenos en nuestro canal de Telegram: https://t.me/russiabeyondes 

LEE MÁS: 10 cuadros de los artistas rusos para ponerte los pelos de punta

La ley de derechos de autor de la Federación de Rusia prohíbe estrictamente copiar completa o parcialmente los materiales de Russia Beyond sin haber obtenido previamente permiso por escrito y sin incluir el link al texto original.

Lee más

Esta página web utiliza cookies. Haz click aquí para más información.

Aceptar cookies