‘Vénik’, verdades y leyendas sobre la escoba rusa

Cultura
ALEXANDRA GÚZEVA
Hay algunas cosas sin los que es inimaginable una casa rusa arquetípica, como el vodka, la matrioska, la balalaika y la ‘bábushka’. Pero créenos, hay algo más que es absolutamente esencial.

Permítenos presentarte el vénik ruso. Seguro que se pregunta qué es y qué tiene de especial.

El vénik, o escoba, es en realidad una escoba con un mango corto. La palabra “vénik” existe en varias lenguas eslavas, y se traduce como “manojo” o “racimo”. Un vénik realmente parece un manojo de ramitas atadas en un nudo.

Históricamente, el vénik se hacía con la planta del sorgo (pero ahora también se utilizan materiales artificiales).

El vénik siempre se ha utilizado en todas las casas rusas y en todos los apartamentos soviéticos. Aun así, hay mucha gente que prefiere el vénik a las escobas modernas. Claro que no puede sustituir a una aspiradora, pero créenos si te decimos que nada barre mejor el suelo.

Además, el vénik es un artículo multitarea y puede utilizarse para diferentes fines, ¡incluso para barrer la nieve!

La principal ventaja de vénik es que es bastante duradera. Además, es bastante barato, así que si se desgasta y queda inservible, puedes desecharlo fácilmente y comprar uno nuevo.

En la antigua Rusia, el vénik era objeto de muchas supersticiones. En primer lugar, un domovói ruso (espíritu del hogar) podría vivir detrás del vénik. Al mismo tiempo, la gente creía que un vénik tenía el poder de barrer las fuerzas malignas del hogar.

Como algo relacionado con la magia y los espíritus místicos, un vénik viejo no solía tirarse a la basura, sino que se quemaba en Máslenitsa como parte de un ritual de purificación. Por lo menos, un vénik viejo nunca debe tirarse junto a la casa, ya que se creía que esto atraía a los espíritus malignos e incluso a las enfermedades.

Recientemente, los artesanos han empezado a fabricar suvenires inspirados en el vénik, una especie de amuletos que protegen de las fuerzas del mal (y atraen el dinero a la casa).

Por cierto, ¡el vénik es lo que más asusta a los gatos! Los campesinos rusos no eran especialmente aficionados a los gatos (sólo cumplían la función práctica de cazar ratones), así que si un gato molestaba a un ama de casa, ésta podía ahuyentarlo fácilmente con un vénik.

La palabra vénik también tiene otro uso: en el argot, es una forma grosera de llamar a un ramo de flores. “¿Quién te ha regalado este vénik?”, puede preguntar un marido celoso a su mujer.

El otro tipo de ‘vénik’

Otro tipo de vénik es muy popular en Rusia: el que se utiliza en la bania. Se hace con ramas de roble o de abedul y con las hojas todavía puestas, y se debe secar previamente. Luego, justo antes de utilizarlo para dar una paliza terapéutica, hay que remojar el vénik en agua caliente.

En el baño de vapor, el vénik se utiliza para azotarse, una especie de masaje de bania que los rusos creen que es muy bueno para la salud. Pero ese no es el único propósito: un vénik totalmente natural también aporta un olor agradable; a veces incluso se utilizan véniks de coníferas porque su aroma tiene un efecto curativo al respirar profundamente. Agitando un vénik húmedo y liberando las gotas de agua, también se puede aumentar la cantidad de vapor en la bania. 

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