Yvgueni Umnov está considerado hoy en día como un fotógrafo soviético clásico, maestro del género del reportaje y cronista de Moscú. A través de su objetivo, la gente puede ver no sólo paisajes de la ciudad y retratos de sus ciudadanos, sino también el increíble mundo del ballet y la danza.
Durante dos décadas, Umnov fotografió el Teatro Bolshói y a su eterna estrella, la legendaria bailarina Maya Plisétskaia. En el escenario, ella era muy diferente. Interpretando a la apasionada Carmen...
...o la valiente joven Kitri en Don Quijote...
...o a Odetta, revoloteando en El lago de los cisnes.
Umnov también fotografió a la legendaria bailarina entre bastidores.
Hermosos retratos de famosos tomados por Umnov aparecieron como fotos de portada en las revistas soviéticas más importantes.
Otra gran bailarina soviética y prima del Bolshói a la que Umnov observó a través de su objetivo fue Olga Lepeshínskaia (en la foto de abajo interpreta el papel de Bacante en la danza Noche de Walpurgis del ballet Fausto).
Y la brillante prima del Bolshói Galina Ulánova, que fue sustituida entonces por Plisétskaia en este papel. En la foto de abajo aparece como Julieta, junto con Mijaíll Gabóvich interpretando el papel de Romeo.
En las fotos de Umnov, las estrellas del ballet parecen volar literalmente, no bailar. Como su musa, Maya Plisétskaya en el ballet Raymonda del Bolshói.
Y de nuevo Plisétskaya en Don Quijote...
...o Nina Timoféieva en El lago de los cisnes. Ambas como Odette...
...y su alter ego malvado Odile.
Los hombres en el ballet solían estar a la sombra de las brillantes bailarinas principales, pero no es el caso de Yaroslav Sej. En la foto de abajo, interpreta el papel de Paganini en el ballet La rapsodia, basado en la música de Serguéi Rajmáninov La Rapsodia sobre un tema de Paganini.
Algunas de las icónicas fotos de ballet de Umnov se consideran ahora parte del fondo de oro de la fotografía de ballet. Como esta épica de El lago de los cisnes.
Además, Umnov mostró que los actores de ballet no son sólo criaturas celestiales e ingrávidas, sino personas reales, al mismo tiempo. Esta es una foto de Umnov de bailarinas descansando después de protagonizar una versión cinematográfica del ballet La sílfide. Podemos casi sentir el frío que hacía en el plató de cine y que estas frágiles chicas, con sus ligeros vestidos, tuvieron que abrigarse.
O las bailarinas en la cafetería. Sí, ¡a veces comen!
Bueno, ¡al menos toman café!
Y siempre corriendo para volver a sus posiciones al oír la última llamada.
Umnov también hizo de cronista de jóvenes bailarinas que se preparan para su gran mundo de ballet.
Yevgueni Umnov/Sputnik
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